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En Estados Unidos parece haber un escándalo entre la gente de filosofía. ¡Sólo el 28% de los doctorados son para mujeres!

Asunción 1: Toda profesión de prestigio  e influencia (*) con claro dominio masculino (**) tiene un problema de sexismo: hipermasculinizado; combativo; no cooperativo; crítico; individualista; y hostil a la mujer.

Nota (*): Sólo las de prestigio e influencia; nadie se preocupa porque haya pocas fontaneras, o mecánicas.

Nota (**): Tampoco les preocupa la inversa; las profesiones que sí son de prestigio pero tienen un claro sesgo femenino en la composición de su fuerza de trabajo. Como por ejemplo psicología o antropología.

Asunción 2: La asunción 1 es una memez, y las mujeres tienen -por lo general- intereses que no siempre son iguales a los de los hombres.

Sally Haslanger:

Yo he sido filósofa. Mi marido es filósofo. Mi hijastro es filósofo. He vivido rodeada por muchos filósofos. Se pueden decir muchas cosas de los filósofos, pero que sean «hiper-masculinos» no es una de ellas.

Clic para vídeo:

filofofos-hipermasculinos

Sally Haslanger:

Hay menos mujeres que estudian filosofía (27%) y por eso tienen menos doctorados (28%). Pero a la hora de encontrar trabajo, un estudio de la American Philosophical Association (APA) encontró que a igualdad de condiciones, las graduadas en filosofía tenían un 65% más de posibilidades que los hombres de encontrar trabajo en los dos años posteriores a acabar la carrera. Y mira a la APA misma. Durante los cinco últimos años las mujeres tenían el 60% de los puestos superiores en la asociación. En 2016 tienen el 100%. Así que parece difícil dar por supuesta una hostilidad hacia la mujer en la disciplina.

También se puede intentar generalizar un poco, y ver cuáles son carreras hiper-masculinizadas, combativas, no cooperativas, críticas, individualistas, y hostiles a la mujer; y las que no tienen ningún problema de sexismo porque muestran un claro dominio femenino.

carreras-sexistas

Pero si se tratara de una diferencia en la distribución de intereses, también sería indicativo mirar las ocupaciones de menor prestigio. Tomamos los datos de la Oficina Central de Estadística de Holanda [–>].

 

Ocupaciones sexistas y tasa femenina:

  1. Metalúrgicos y soldadores (0,0%).
  2. Fontaneros y calefactores (0,0%).
  3. Mecánicos de automóviles (0,0%).
  4. Carpinteros (0,2%)
  5. Electricistas (0,3%).
  6. Camioneros (0,3%).
  7. Construcción (0,3%).
  8. Obra pública (0,5%)
  9. Carpintero mecánico (0,5%).
  10. Parques y jardines (0,6%).

Ocupaciones antisexistas y tasa masculina:

  1. Secretaria médica (0,25%).
  2. Asistente química (1%).
  3. Recepcionista médica (1%).
  4. Secretaria de dirección (1%).
  5. Secretaria (1%).
  6. Ayuda doméstica baja (2%).
  7. Atención enfermos doméstica (6%).
  8. Centros de atención (6%).
  9. Enfermera de estudiantes (6%).

Parece que a los hombres les gusta mucho más que a las mujeres cuando se trata de trabajar con / para cosas; y a las mujeres, o bien les gusta más que a los hombres cuando se trata de trabajar para personas, o bien los humanos que contratan ayudantes prefieran contratar a mujeres.

La informática es otro de los campos manifiestamente sexistas, y la programadora Sarah Hoyt tiene una visión bastante curiosa sobre la idea de hacerla «más amigable para las mujeres».

Joé,  tampoco es una profesión amigable para la mayor parte de los hombres. Atrae a los raros, a la gente poco socializada. (Sí , yo también soy de esos; puedo disimular un rato, pero tarde o temprano se nota). Programar, al final, es para gente que puede prescindir de las chorradas que suponen la mayor parte de la vida diaria, y enseñarle a un idiota muy rápido (una computadora) las cosas que la gente común valora para su uso. Si no tienes la competencia básica, mejor que lo olvides.

Y parece que va saliendo un esquema, y que sí se trata de preferencias. Un fontanero, un electricista, un programador, un ingeniero, o un matemático, hacen una labor sorprendentemente comparable. Siguen «hilos» para conectarlos de forma que funcionen. Varía el nivel de abstracción y de complejidad. Pero todos los hilos son una parte muy pequeña de mundo, aunque formen una madeja horrorosa para el mortal común. Y el resto del mundo, lo que no son los hilos concretos del problema en cuestión, son chorradas perniciosas de las que se debe prescindir. Es la única forma de que funcione «la cosa»; sea esta una instalación de aguas fecales, un programa, una teoría filosófica, una central nuclear, o un sistema hamiltoniano. Al final se trata de problemas que funcionan con lógica. Y tienen soluciones claras, o claras no soluciones.

Son, por tanto, «hipermasculinizados»; pero no de músculo, sino de cerebro. Combativos; no cooperativos; críticos; e individualistas. No son «negociables» ni «sociales». O sale el agua, o no sale el agua. (O sale más agua así que de la otra forma). Y, por ejemplo, aquí las discusiones no son estrategias para sacarse la mierda de encima, sino para buscar y encontrar soluciones. De forma inevitablemente competitiva, claro; hay que eliminar cuanto antes las malas soluciones.

Ahora mira las actividades no acusadas de «sexismo», y trata de aplicar el mismo esquema. No funca. Porque no se trata de que los practicantes de la actividad supuestamente «sexista» sean «machistas», sino que son perseguidores de hilos que necesitan quitarse las chorradas de encima para poder hacer su labor. Concentración en un solo problema; síntesis;  lógica; y prescindir de lo demás. también son problemas relativamente más simples, con menos elementos. Cuando el paleolítico les llamaban cazadores. Y sí, hay más hombres con esa tentación o disposición. Y es obvio que con chorradas no hay caza.

Queda para otra entrada mirar por qué hay tanta obsesión por la ausencia de filósofas, y por hacer la filosofía más «amigable para las mujeres». Porque no es, ni de lejos, una obsesión de las mujeres. La filosofía se la suda a la mayor parte. Pero hacerla «amigable para las mujeres» puede ser una forma de hacer de la filosofía algo diferente. Por ejemplo, no-filosofía. En España parece que la estrategia es distinta. En lugar de «feminizar» la filosofía para hacerla no-filosofía, les parece más práctico eliminarla directamente de la educación.

Esto también explicaría por qué no es problema ni «sexismo» cuando el sesgo es al revés. Parece ilógico, pero dejaría de serlo si motivo no es el aparente.

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Fuente: Amy Alkon. Que viene a decir lo mismo, pero en femenino — supongo.