ecología


chuleton

Esta es una duda existencial terrorífica. ¿Es moral comerse una chuleta de buey? Ojo, que no es ninguna tontería de pregunta. En The Guardian dicen que para producir un Kg. de carne de vacuno hacen falta 15.000 litros de agua. Clic.

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Y ese es un de los grandes argumentos para convencerte de que comas solo paisaje. Porque imagina que comes 6 filetes de vacuno de 150 gramos cada mes. Hace un kilo al mes. Un consumo moderadísimo, como de quien le tiene miedo a la carne. Sólo es del doble que la media de España (sin contar el consumo de cerdo y pollo). Pero quiere decir que cada año necesitas 12 X 15.000 litros de agua para producir esa carne. 180.000 litros de agua. Si vives 80 años serián más de 14 millones de litros de agua consumidos en forma de carne. Vamos a secar el mundo. Completamente inmoral.

¿Joder, pero tanto beben las vacas? Ni que fueran peces. Hagamos esos números.

  • 15.000 litros por cada kilo de carne de vaca.
  • Con un rendimiento del 25% y un peso vivo de 200 Kg la vaca da 50 Kilos de carne [–>].
  • La vaca se ha bebido 50 X 15.000 litros = 750.000 litros de agua.
  • Como se suelen sacrificar, de media, con un año de edad, son 750.000/ 365 = 2.055 litros al día [–>].

Deben ser vacas hidro-maníacas. Y aun así, para creerse que una vaca se bebe 2.000 litros de agua al día habría que habitar en un mundo de fantasía más psicótico que el de un separata catalán. Vaya, como de récord galáctico.

Pero veamos lo que  dicen los ingenieros argentinos que se dedican al asunto [–>].

Como valores orientativos podemos decir que un toro adulto consumirá en verano entre 50 a 60 litros/día y en invierno aproximadamente unos 25 litros/día.

De media salen unos 43 litros al día. A comparar con los 2.000 de la prensa. O puesto en forma de litros de agua por kilo de carne, serían: 43 litros al día X 365 días / 50 Kgs de carne = 300 litros de agua por kilo de carne. ¡Han exagerado por un factor de 50! ¿De dónde salen los números de los periodistas y los verdes? Porque no se trata de un gazapo loco de The Guardian:

New Scientist lo multiplica por 4:

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Pura fantasía. ¿De dónde sale? En su libro Meat: A Benign Extravagance, Simon Fairlie explica que a menudo calculan toda el agua que ha caído en los prados que necesita el ganado para su alimentación. Como si no fuera a llover con independencia de que haya vacas en el prado. Y además, los terneros tampoco hacen desaparecer el agua. Mean. Y eso riega el campo, y se filtra, y lo expulsa la hierba en forma de vapor de agua … que luego lloverá. ¡Es agua limpia de nuevo!

Probablemente la cifra real de agua que desaparece por cada kilo de chuleta que te comes es ¡cero patatero! Que no te acomplejen. No eres inmoral por comer carne. Por otros motivos, puede; pero no por comer carne.

Fuente. Quillete.com. Keir Watson.

Un artículo muy recomendable, que desmonta muchos de los «cálculos verdes» con los que se crea la fantasiosa mitología ecolo-franciscana. Y presenta un estudio reciente donde calculan, desde un punto de vista puramente económico / ecológico, que el ideal desde el punto de vista de alimentar a la humanidad en sus necesidades de calorías ¡y de proteínas! incluye usar ganado y pastos para alimentarlo.

Human food security requires the production of sufficient quantities of both high-quality protein and dietary energy. In a series of case-studies from New Zealand, we show that while production of food ingredients from crops on arable land can meet human dietary energy requirements effectively, requirements for high-quality protein are met more efficiently by animal production from such land.

Tampoco es tan difícil de verlo desde un punto de vista ecológico . ¿Cómo tienes más biodiversidad; dejando pastar a los rumiantes devoradores de hierbas …

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… o en un campo arado para grano?

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Pues los ecologistas te quieren alimentar con el desierto de biodiversidad del campo arado. Odian lo que nos gusta a las personas normales.

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Añadido para los comentarios (del artículo citado):

Everything-But-the-Moo

 

 

 

 

Por Rafael Fernández-Cotta, desde el Sahel

A la FAO, no se si para jodernos, se le ocurrió decir hace tiempo que las tierras mas fértiles del mundo no están en la selva, sino mas bien a las puertas del sahel. Como además el sahel es pobre y esta cerca de Europa, las ONG nos tomaron como lugar preferente para ponerse morenitos y gastarse la pasta de las subvenciones, que vosotros, queridos lectores, estaís pagando. Y esto se infestó de ecologistas, como una plaga.

Desde siempre han venido a visitarme, aquí vivimos pocos europeos. Yo me dedicaba a la agricultura integrada, que no renuncia a los pesticidas pero se lo piensa dos veces antes de usarlos, buscando el máximo rendimiento, presente y futuro, lo que implica cuidar la tierra. A los verdes siempre les he tenido  manía, pero llevadera. En realidad, en el cuerpo a cuerpo, con una cerveza por delante, nos apreciamos. Además, al cesar lo que es del cesar, siempre han sido amables y me han enseñado bastantes cosas.

Hace un par de años conocí a un agricultor italiano que aseguraba dedicarse a la agricultura ecológica de alta tecnología. Raro, porque estaba peleado con los ecologistas. Un cínico, pensé. ¿Comunista de derechas? No me cuadra.

Resulta que en Alemania la agricultura ecológica supone un 10% en valor de toda la demanda [EL País –>]. Y el resto de Europa detrás, subiendo el consumo a velocidad de crucero. Cantidades fabulosas de dinero. Y falta producto. En seguida me quise hacer su amigo, para que me ensañara. La finca de Máximo huele a dinero y las de los ecologistas a rojete, que quieren que les diga, la cabra tira al monte.

En Roma, me contaba, los restaurantes de lujo no dan a basto. Monsieur, le pregunta el maitre al rico finlandés; qué prefiere, la ensalada con tomates de invernadero  traídos en Camión, de hace una semana, o sabrosos tomates ecológicos cultivados por italianos en Senegal, con mucho sol, en diciembre, recolectados hace menos de 48 horas y traídos en avión. Y el rico le dirige una mirada amorosa a su amante de turno, y le dice al maitre, pero pensando en la susodicha: “traiga de lo sabroso, ni lo pregunte”.

Ese mismo día empecé a estudiarme el reglamento y una semana después estaba preparando una parcela para plantar ecológico. Desde entonces me dedico a la agricultura ecológica de alta tecnología, si eso pudiese existir, que no lo creo. Es un término que han inventado los italianos, para hacerle la competencia desleal a nuestro solar patrio. Ya saben ustedes que los italianos son tan simpáticos como los andaluces, pero mucho mas pillos. Yo de lo de ecológico de alta tecnología ya digo que no lo creo, pero sé distinguir entre lo que creo y lo que me interesa. Y aprender del tema me interesa. En Huelva trabajé en hidropónicos de alta tecnología, de la de verdad, y se un poco de que va. Por eso digo, si los italianos pueden hacerlo, los españoles no vamos a ser menos. Y cuando digo hacerlo no me refiero a que sea alta tecnología, que no puede ser, sino a decir que lo es.

Os pongo unas fotos de mis berenjenas, para que os hagáis una idea del follón. Hay que tener tres instalaciones de riego. Más gasto para la mitad de kilos, con suerte. Para los purines y el té de compost, hay que regar por el pie de la mata. Todos los productos, aceites, jabones, insecticidas, como el neem, o el caldo bordeles, para los hongos, con los aspersores. Como hay que usar diez veces mas cantidad de productos que en la agricultura no ecológica, bombear con mochila,  incluso con bota y  tractor, sería demasiado trabajo. Y como las solanáceas no deben regarse con aspersores, el riego normal de todos los días va por goteo.

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Alberca para preparar los potingues. En la foto estoy preparando un té de caca de gallina ponedora.

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A pesar de ser amigo de Máximo, con los ecologistas me sigo llevando bien. Me llaman la derechona y yo a ellos los subvencionados, pero la cosa no va a mas. Cuando alguno nos ponemos malo todos nos ofrecemos a llevarlo a Dakar al hospital. Mi finca no esta certificada como ecológica, me dicen. Y a ti que coño te importa, les digo, a mi me inspeccionan con lupa, cuando vosotros vais despachando salmonella y toxinas tóxicas certificadas por todos lados. Ya veis que soy muy de campo, y cuando me hablan de reglamentos y certificados se me calienta la boca. Un debate picante, pero civilizado.

Pero con Máximo es distinto. Máximo, que es ingeniero, les explica con lujo de detalles porque cree que los ecologistas están repartiendo pobreza y destruyendo el planeta. A el no le gusta esto, ni la ecología, de la que reniega. Su empresa es grande, no son ecologistas, esa solo es una rama de su actividad.

Porque los hoteles lo que quieren es evitar enfermedades y los productos ecológicos pueden ser una fuente de diarreas,  en Europa. Los buenos restaurantes compran agricultura integrada en transformación (a ecológica) de grades empresas. Los mayoristas tienen agentes, que nos visitan y se aseguran de la calidad y de que no usamos pesticidas. Y les tienen mas miedo a los ecologistas que mi burro a una vara verde. Imagínense a la guapetona sacándose un gusano de la boca, gritando en el restaurante  y el ligue quedándose sin polvo. Toma tomate fresco, 20 euros por la ensalada. No puede ser. Los hoteles trabajan con empresas como la de Máximo, y nunca van a comprarle a un ecologista, por muchos certificados que presente.

Esto es un negocio, como el que vende zapatos cosidos a mano a 200 euros el par. Para empezar, hay que comprar híbridos de Monsanto u otra multinacional, que son inmunes a muchas enfermedades, porque de lo contrario ni lo intentes. Mal asunto, porque Monsanto es la bestia negra del ecologismo.

Sacas menos kilos, pero vendes al triple de caro, y a veces diez veces mas. Dejas una notable huella, no sólo de carbono, para tener un bajo rendimiento, y si todos cultivaran así, sería insostenible. Y por supuesto la humanidad no tendría para comer. Yo siempre lo he visto claro, pero no tengo porque machacar a los compañeros. Máximo si.

Máximo les hace sufrir, sobre todo a los que comprenden lo que les dice. Con él están desarmados, cumple sus leyes, que considera estúpidas, por dinero, traicionando todos sus principios, sabiendo y diciendo que es la opción mas contaminante que puede existir. Máximo ha llegado a ser su demonio, y como la niña del exorcista, contorsiona la cabeza 180 grados, para asustarlos.

Solo era un manzano y Eva lo convenció para que lo probase. Y comieron del árbol de la ciencia del bien y del mal. Se vieron desnudos y fueron expulsados del paraíso. Y a partir de entonces tuvieron que labrar la tierra con el sudor de su frente.

Ciencia, tecnología y progreso, el pecado original de Máximo. Acusa a la progresía de mantener a los campesinos en la pobreza, y algunos, que piensan, tienen dudas de fe. Y rezan a su Dios gea para que les ilumine. Madre tierra, protégeme, hoy he sido tentado, he tenido una visita de Lucifer.

Marod

Estimadísimo Anónimo Jerónimo.

Lo cierto es que tu misiva me ha conmovido hasta el punto de sentirme concernido a salir de mi retiro temporal. Eso sí, he de confesar que al leer los comentarios de los lectores, sentí cierta punzada en el orgullo al ver tantas y tan justas alabanzas a tu magnífico estilo.

Antes de comentar tu texto, me gustaría que reconsideraras tu drástica decisión de no participar más en este sitio. Confío en que no sea por un prejuicio. O mejor dicho, por la aplicación de un pensamiento colectivo en un sitio donde se trata de evitar precisamente eso.

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Me explico. Verás. Como seguramente ya sabes, los humanos tenemos la bendita habilidad de simplicar el complejo mundo que nos rodea. Lo hacemos mediante mitos. Etiquetas. Cajitas. Como quieras llamarlo.

Toros sí: Facha. Toros no: Rojo. Aborto sí: rojo. Aborto no: Facha. Es fabuloso. Con tres frases y cuatro símbolos somos capaces de saber si podemos cooperar con otro humano que no hemos visto en la vida.

Así por ejemplo, podemos etiquetar a Plaza como “facha” (con perdón) o “liberal” o “neoliberal”, o “negacionista”, etc (La etiqueta es lo de menos, podemos poner desde las más complacientes a las más ofensivas).

¿Le conocemos? No. Pero sin embargo, con leer un sólo texto ya sabemos en qué cosas podemos cooperar y en qué cosas no.

Podemos cooperar por el bien de la nación (ambos somos de la misma nacionalidad), Podemos cooperar en intercambios comerciales (ambos utilizamos la misma moneda) y NO podemos cooperar en una campaña de concienciación de la cosa del clima. ¡En 5 minutos y sin conocimiento previo de ninguna clase!. No me digas que no es acojonante.
Bueno, quizá no resulte tan acojonante. Yo es que soy un flipado de estas cosas. Pero bueno, al menos, debemos reconocer que es funcional (que funciona, me refiero). En el plano colectivo, si no utilizásemos estas etiquetas y esta forma de procesar la información (pensar) ni de coña sería posible la cooperación a gran escala.

Pero el tema, y por eso te ruego que reconsideres tu postura, es que este esquema no es para nada necesario en el plano individual. Puedes tomarte tu tiempo y analizar y debatir y rebatir todas las cosas que dice el otro.

Y eso es lo que se pretende aquí. Que nos despojemos de los ropajes y empecemos a pensar como individuos, no como grupo.

Ya, ya sé que Plaza utiliza mucho la etiquetas (Kindergarten, Alicia, etc). Pero es que su labor requiere cierta simplificación. Si no esto sería interminable. Nosotros no necesitamos simplificar. Y, en todo caso, las etiquetas están para ser usadas cuando lo necesitamos.

No hay contradicción en discutir (e incluso en dar parcialmente la razón) aquí y luego volver a la trinchera intelectual cuando pasamos al plano colectivo. Simplemente son ejercicios diferentes: pensar como individuo, pensar como grupo.

Piénsalo, es divertido. Es verdad que te llevas algún soplamocos, pero también los das. Anímate.

Hay un párrafo tuyo que ha causado la hilaridad entre alguno de los lectores. Por dogmático, dicen.

“Pero lo cierto es que no dejamos de ser un bicho que se ha salido de su papel, que se ha puesto a hacer trampas (en un contexto evolutivo) y que ha alterado profundamente el equilibrio con una intensidad sobrecogedora. Lo cierto es que la vida no acepta demasiado bien esos cambios de equilibrio, y que si los acepta lo hace a regañadientes, y con tiempo y esfuerzo. Lo cierto es que nos iremos a tomar viento (por no utilizar una expresión más adecuada) y que al final, el que ria el último será el que no entendió el chiste. A buen seguro que al menos se aprenderá algo de todo esto, si es que queda alguien para contarlo, pero al fin y al cabo la evolución no es más que esto ¿no? ensayo y error.”

El párrafo es brillante. Conmovedor. Y no es tan dogmático, ni tan alejado de la realidad.
Me refiero, es innegable que homo sapiens ha alterado profundamente el ecosistema. De una forma inalcanzable para cualquier otro bicho.

Eso no es afirmar que el hombre está fuera del ecosistema, al contrario. Está dentro, pero ha adquirido una capacidad del alteración del entorno tan desproporcionada que le pone en una condición especial. Desde la revolución agrícola hemos cambiado la faz de la Tierra de una forma especialmente intensa.

Y no cabe duda, que tenemos la capacidad de reflexionar sobre las consecuencias de los cambios que introducimos. No sólo la capacidad diría yo, sino el deber de hacerlo.
Homo sapiens ha alterado especies, domesticado plantas, quemado superficies de bosque, cambiado el uso de la tierra para cultivo, ha exterminado (muy probablemente) la megafauna americana, ha exterminado al resto de especies de homínidos que convivieron con él en sus primeras etapas, y va camino de alterar su genética, el clima global y vaya usted a saber cuantas cosas más.

Esto nos debe hacer reflexionar como especie acerca de las consecuencias que tienen todas estas alteraciones. Y paliar, en la medida de lo posible, todas aquellas que preveamos negativas (para nosotros y para el resto del ecosistema).

No, no porque la vida no acepte estos cambios de equilibrio. La Vida, así en mayúsculas, no existe. Es un mito. Llámalo Gaia, Madre Tierra, Pachamama. Vida, Madre Naturaleza. Da igual.

La Vida no es consciente. Es un conjunto de procesos inconscientes que no tienen opinión, ni voluntad, ni disposición sobre los cambios.

El planeta no decide (ni opina, ni puede hacer nada al respecto) sobre su grado de contaminación, población, temperatura, composición de la atmósfera, etc.
Homo Sapiens ha introducido todos estos cambios brutales en “La Vida” y la consecuencia “terrible” es que ha pasado de ser un mono imberbe asustado de la sabana africana, a colonizar todo el planeta y superar los seis mil millones de individuos. Como “castigo” es realmente extraño, siempre que midamos el éxito por un criterio numérico, claro.

A lo que me refiero es a que la consecuencia (el éxito o fracaso de una determinada conducta) no tiene que ver con la catadura moral que nos suscite la conducta humana, sino con su eficacia. No a que a “La Vida” le parezca o acepte mejor o peor los cambios, sino a que esos cambios ayuden o no a la proliferación de la especie.

Homo Sapiens ha matado a Dios. Ya no le hace falta. Ya no hay que rezar ni que sacrificar corderos a Dios para que mejore nuestras cosechas. La ciencia ha dado esas respuestas. Dios ya no es necesario. Si la ciencia pretende suplantar a Dios, dejará de ser ciencia.
Retomo la premisa inicial. Homo sapiens tiene no solo la capacidad, sino el deber de reflexionar sobre su incidencia en el medioambiente. Pero por una cuestión moral.
Sí. Moral. Porque tenemos moral. Y eso, que son juicios morales, no deben ser atendidos, ni resueltos por la ciencia.

Esos deben ser atendidos y resueltos por la Política o por la Religión, nunca por la ciencia.

Dices que la ciencia está desprestigiada por demasiada especialización y tecnificación que resulta ajena al ciudadano. No. La ciencia (en realidad, no la ciencia, sino la política) se desprestigia en el momento que suplanta a la política. Y pasa de emitir juicios de ser a juicios de deber ser. Nadie, en su sano juicio, duda de un neurocirujano cuando le dice que le va a trempar el craneo y quemarle un tumor. Y que me aspen si entiendo dos palabras de su puñetera de jerga.

Ahora, dudaré del primer neurocirujano que me diga que mi tumor ha sido generado por mi adicción a ver pornografía, a apostar en las carreras o que es un castigo divino por mi inagotable avaricia de querer producir más y más barato.

En definitiva, tu texto tiene un buen enfoque y un mal planteamiento. No es una cuestión de no hacer enfadar al Planeta, ni siquiera de agotamiento de recursos (pudiera, pero no es el caso de momento). Es una cuestión moral. De qué es lo correcto y qué no lo es. Pero a esas preguntas o inquietudes NO DEBE contestar jamás la ciencia. Ni siquiera debemos mezclarla (contaminarla) ni de una forma tangencial.

Esas preguntas deben ser contestadas en la política, en la ideología, en la religión. Pero no lo llaméis ciencia, por favor.

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NOTA: Políticamente, creo que hay que cambiar el modelo productivo e ir sustituyendo lo más rápido posible el uso de combustibles fósiles (lo digo para que veas que no estoy de acuerdo con Plaza…aunque en esto del clima me temo que tenga razón)

Nota (pm). Es una respuesta de Marod a esta entrada de Jerónimo:

La entrada de la sexta extinción cabrea a un Jerónimo

Originalmente estaba colgado como comentario ahí:

Así que si realmente estuviérmos en medio de una extinción masiva -empecé- no sería una cuestión de preocuparse de salvar tigres y elefantes …

Cierto, probablemente nos preocuparíamos por los coyotes y las ratas.

Viene de una entrada en WUWT, que a su vez refleja un artículo en The Atlantic. Con una entrevista A Doug Erwing, paleontólogo del Smithsonian, de lo mejorcito del circuito internacional.

Y la idea es muy obvia, y muestra el tipo de trampa que hacen siempre los vendedores de catástrofes. Usan mediciones totalmente diferentes, y completamente incompatibles, para comparar las cinco clásicas extinciones masivas con la actual extinción masiva imaginaria que dicen que hay en curso.

Imagina. Para enterarte que hace millones de años hubo una de esas extinciones, lo único que ven es la desaparición, a partir de una fecha, de unos tipos de fósiles. Generalmente de invertebrados marinos con cochas duras. Almejas y similares. Que es lo único relativamente abundante que queda en el registro fósil y que resulta válido para hacer comparaciones. Y ni siquiera miden desaparición de especies, sino de géneros enteros de gran disribución mundial.

«Y entonces puedes preguntar: vale, cuántos taxones de gran distribución geográfica, abundantes y de esqueleto duro, se han extingudo hasta el momento? Y la respuesta es, muy muy cerca de cero» -señaló Erwin. «De hecho, de entre los grupos de animales modernos mejor conocidos  -como los corales duros, anfibios, pájaros y mámíferos- las especies que han desaparecido durante la reciente historia humana reciente es algo parecido a entre el 0 y el 1 por ciento. Por comparación, el horror de la extinción masiva del final del Pérmico está por encima del 90% de todas las espceies de la tierra».

Comparar ese tipo de datos entre las extinciones masivas, y hoy, sí sería comparar peras con peras. Una comparación correcta. En forma gráfica queda así.

la-sexta-extinción

Los puntos rojos son las cinco extinciones clásicas; el punto naranja es una nueva que están proponiendo recientemente; y el punto azul es la imaginaria «sexta extinción» en curso, usando la misma forma de medirla que las anteriores. Porcentaje de géneros de invertebrados marinos de esqueleto duro, y gran distribución, extinguidos. Que da una cifra indistinguible de 0%, o la perfecta no extinción masiva. Imagino, por el siguiente gráfico, que usan el 20% como frontera para extinción masiva. ¡Lo que queda del 0 al 20!

¿Y cómo venden los cantamatinas la «sexta extinción»? Nada más fácil que mirar los santos en Wikipedia. Remarco en rojo las cinco clásicas. La sexta actual sería la que pone (H), por Holoceno.

extinciones-wikipedia

Pero la han plantado en medio del cielo, a la altura de las otras, sin ningún dato debajo que la soporte.

extinciones-wikipedia-holoceno

Si hubieran querido no mentir lo hubieran tenido que representar así. Con la (H) bien abajo. O sea, entre las no-extinciones.

extinciones-holoceno-bien

Pero es peor. Si amplias el gráfico lo suficiente ves que el último punto está aun más abajo de lo que parecía, y coincide con los mínimos de extinciones de otros períodos.

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Tampoco es muy seguro, porque a saber qué fecha es el último punto. Lo que sí es válido es comparar los datos del pasado con los mismos datos del presente. Generos marinos de amplia distribución y esqueleto muy duro extintos, en porcentaje (no en número total). Que es el primer gáfico. Con estos datos de Wikipedia, y un cero papatero al final (he puesto 0,5, por darle un margen). O sea:

la-sexta-extinción

¿Donde está la sexta extinción? ¿En cero extinción? Vale.

Siempre conviene recordar este trabajo de Willis Eschenbach, contando extinciones presentas. Nada masivas. Y son de pájaros y mamíferos, que no se verían en el gráfico anterior. Y cuenta especies, no géneros. Y la mayor parte son de distribución marginal, como en islas. Las que no cuentan para las exticiones masivas. Y todo esto, en el gráfico anterior es cero. P a t a t e r o.

Joder, que no hace falta ser científico. Basta con no ser analfabeto. Basta con fijarse qué meten en los datos de los que salen los gráficos, y si son puntos comparables. Una media de temperaura de 300 años no es comparable a la media de un año, ni una década. Lo que hacen siempre para «mostrar» temperaturas modernas sin precedentes. Tampoco se puede comparar las especies de cualquier bicho, y cualquier distribucion, con géneros de bivalvos marinos de una distribución global. Y así siempre. Los caraduras del fin del mundo.

Y mientras se extinguen o no se extingen las almejas, disfruta del interglacial. Cuando se acabe, eso sí que será un problema. Gordo.

Añadido para los comentarios (Avinareta)

Przewalski

Añadido posterior (15-jul). Las cinco extinciones en el contexto de la bio-diversidad. Nótese que lo que se cuentan son los géneros, no las especies.

Añadido para los comentarios (Avinareta):

avinareta-especiacion

Otro, para Jerónimo.

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Fuentes

WUWT:

The Atlantic (Doug Erwin):

Wikipedia:

Eschenbach:

WUWT:

Ceratonia

El agotamiento de los recursos es una falacia. Miguel Anxo Bastos, profesor titular Universidad de Santiago de Compostela

Me ha parecido interesante este vídeo, que recomiendo ver. A mí me ha clarificado mucho las cosas, porque no me había parado a pensar muy detenidamente. Es el debate entre la economía y el ecologismo.

 

Extraigo algunas frases literales:

“No se ha agotado ningún recurso (natural). Al contrario, ha más que nunca”.

“Los recursos económicos llevan bajando (de precio) en los últimos 100 años”.

“¿Para qué se hizo ahorrar carbón a la gente? Ahora hay todo el carbón que se quiera. No vale para nada. Si acaso para quemarlo en centrales térmicas subvencionadas”.

“El Verdadero recurso es la inteligencia”.

“¿Quién salvó más árboles, el pen-drive o los ecologistas?»

Yo añadiría otra sentencia reconocida: que la bombona de butano contribuyó más a la repoblación forestal que toda la profesión desde que se creó como tal.

En todo caso, parece que tiene razón. Y si tenemos en cuenta la incorporación de las neuronas de los millones de chinos e indios al conocimiento y la investigación, parece que la tecnología a la que podremos acceder no tiene límite…

Gracias. Ceratonio

 

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