Tercer partido


Pryzbylewski ‏(@rpr3z) está poniendo ejemplos y comentarios en Twitter de un libro que no conocía. Pero sí a su autora, Inger Enkvist, que alcanzó cierta fama en España por una intervención extraterrestre en el parlamento de Cataluña [ prestentación–>].

Profesora de secundaria (ESO y Bachillerato) y de universidad, de inglés francés y literatura española, ahora ocupa la cátedra de español en la Universidad de Lund. Se acabó especializando en comparar sistemas educativos de diferentes países, por su interés en averiguar el resultado de las distintas estrategias. Con tal motivo es asesora del Ministerio de Educación en Suecia.

Sólo después de tener una gran experiencia personal, y de estudiar la realidad comparada de muchos países, se sumergió en la teoría. Pedagogía. La imagen que se me ocurre, y mi apuesta, es que  ha seguido el camino inverso del políticamente correcto. En vez de retorcer la realidad con la perversión de la teoría (básicamente una cuestión ideológica), mira la teoría desde la realidad. Lo que le hace preocuparse por una aberración: ¿qué es lo que funciona, y por qué? Se trata de un pecado que los pedagogos más logsianos llaman resultadismo. Tratar de averiguar, dentro de lo que se puede hacer en la realidad, qué es lo que lleva a situaciones mejores; en lugar imaginar cómo sería el mundo ideal … con total independencia de cómo funcionan las cosas en el mundo real. Eso le sitúa inevitablemente dentro del mundo «conservador». Porque -casi sin querer- acabamos de hacer una definición de conservadurismo. (Nota: No tiene nada que ver ni con Rajoy ni con el PP, cuya idea de conservar no va más allá de conservar … el cargo).

Como apuesto que la recomendación de Pryzbylewski es buena, por lo que sé de él y por lo que he visto de Enkvist, la traigo también a la plaza. Para los que no le siguen en Twitter. Es una discusión muy necesaria en España, a la que aparte de Ciudadanos [–>] no parece darle importancia nadie.

Pero aprovecho para añadir el índice, que siempre me parece una información útil antes de comprar un libro. Un clic en la portada lleva a La Casa del Libro, que tiene una versión digital muy conveniente, aunque cara (10€).

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Tanto hablan de «regeneración» que parece que los españoles estuviéramos todo el día suspirando por ella. Pero luego, cuando llega el caso práctico, regeneración siempre es algo que afecta a los otros; nunca a nosotros. Y también está lo de no herir los sentimientos (nuestros, no de los demás), lo de que no haya imposiciones (a nosotros, las nuestras sí valen), y toda es línea tan conocida que se puede resumir en una palabra muy gráfica. Cafres. Los españoles somos cafres. O como los niños antes de ser educados. Y eso da una definición muy buena de cafre: Adulto que pasado por la infancia sin conocer la educación. O sea; España, hoy.

Antes era distinto. Umbral decía, con mucha razón, que España era un país que había llegado a la televisión sin pasar por la cultura. Pero eso no excluye que tuviera alguna educación, aunque fuera básicamente ágrafa. Y la gente entendía que la idea de «no imposiciones» (etc) es algo que funciona sólo si se generaliza. Que si se trata de no imposiciones a mi, pero sí a ti, no estamos hablando en absoluto de «no imposiciones»; sino de sí imposiciones. Y lo resolvían de una forma muy práctica. Hacían una guerra, y el que ganaba mandaba. Y una vez hay mando, todos a aplaudir. Funciona.

Ahora no; ahora queremos regeneración. Pero como no nos han educado, no comprendemos que si quitas la opción mando, y no introduces la generalización del «no imponer» (etc), lo que tienes es una llaga permanente. Todos protestando sonoramente por la imposición (corrupción, odio) de los demás, pero al mismo tiempo practicando lo mismo con muy desinhibido entusiasmo. O sea, la regeneración es una idiotez; no es lo que queremos. Menos algún despistado.

La cuestión es que el asunto podría -tal vez- mejorar si los despistados afinaran su mensaje y su filosofía. Porque lo que dicen es que tenemos que ser buenos. ¡Hala, un pacto para ser buenos! Y claro, todo el mundo aplaude eso (no hay discusión). Pero lo que piensan por debajo del aplauso es que ¡los demás! sean buenos. Y no hemos hecho nada.

Se puede plantear de otra forma. Nada de decidir ser buenos, y mucho menos ningún pacto al respecto. Al contrario; se trata de partir de una asunción muy simple. Los españoles somos cafres — y los vascos en mayor medida, así nos dé por sentirnos españoles o extraterrestres. Nos gusta abusar (robar, intimidar, odiar) a los demás. Ojo, aunque la asunción es indiscutiblemente cierta, no hace falta que lo sea para que la estrategia funcione. Esa es su virtud; no depende de circunstancias.

¿Y de qué sirve asumir que somos cafres? ¡Joé, cambia el mundo! Pongamos el ejemplo de una de nuestras discusiones / peleas más idiotas y alucinógenas. Las putas lenguas. Ahora mismo hay un caso estupendo en Pamplona. (Pamplona viene de Pompeius Magnus, no de Pompitxuberri o similar). El vascopiteco, que se ha hecho con el ayuntamiento, está cambiando la lengua de algunos institutos. Vaya, eliminando el castellano contra la voluntad de los padres. Y para dar cierto barniz legal al asunto se han inventado unos informes que «demuestran» que los padres no quieren lo dicen que quieren — por ejemplo en los periódicos. Y el juez les ha sacado un dedo a los cafres.

Nota: Para Potemos esos padres no son la gente. La gente debe ser una puta lengua, o algo.

Pero lo del juez no es plan. En este caso ha salido estupendo, y ha ordenado la suspensión cuatelar. Porque si se espera a que acabe el juicio y los recursos, los chavales habrán acabado antes esos estudios y no sirve para nada. Pero este es un caso, un juez. Volverán a repetirlo y les saldrá bien con otro juez. Por ejemplo con un juez cafre, que hay a patadas.

Por otra parte, la composición del ayuntamiento en la guerra de lenguas depende de tan pocos votos que puede cambiar en cualquier momento. Y sería lógico que si el funcionamiento es ser cafres, pero pensando que cafres sólo son los otros, una nueva composición del ayuntamiento produjera lo mismo en sentido contrario. En lugar de imponer puto vascuence, imponer puto castellano al que no quiere.

Ahí está la virtud de la asunción los españoles somos cafres. No vale una imposición porque sea la mía. Ni la tuya. Los dos somos cafres. Y podemos estar peleando y cambiando putas lenguas hasta la eternidad, o podemos pactar — no lo de ser buenos, sino limitarnos lo que nuestra reconocida condición de cafres nos impele a hacer. Y entonces, por ejemplo, el ayuntamiento no tiene nada que decir en cuestión de lenguas. Nunca. No puede, punto. A tomar por saco los cafres. Idealmente esto se puede elevar a la ley y a la Consti, y así también quitamos a los jueces de en medio. Y sólo quedaría la gente. Aunque a veces fuera la gente a la que Potemos no llama la gente.

En realidad, esta filosofía de los españoles somos cafres es algo muy parecido a una estrategia de desarme. Los progres deberían ser sensibles al desarme. Pero ya puedes esperar sentado.

Octavio

Por si alguno aún no se ha enterado el día 20D hay elecciones generales para que el pueblo pueda elegir a las personas elegidas por las cúpulas de los partidos para que sean quienes, el día que toque, digan si o no a las leyes que elaborará un ejecutivo y  además, voten a quienes las mismas cúpulas designen para formar parte del poder judicial/constitucional.  En realidad, lo único que «no» se elige ese domingo son los miembros de un legislativo… totalmente independiente.

Para que estas elecciones fueran realmente para elegir diputados representativos  tendríamos que ir a otro sistema.

El modelo de elección del legislativo que propone D. Antonio García Trevijano es el del distrito uninominal elegido por sistema mayoritario. La elección por distritos uninominales convierte a los diputados electos en auténticos representantes porque los hace depender mucho mas de su labor para con el distrito por el que compiten, que sujetos sometidos a los designios digitales de la cúpula de su partido (y digo “mas” porque el dedo siempre terminará por estar presente).

En la Teoría Pura de la República se sostiene por el  insigne jurista que en el sistema actual no hay libertad política, representación de la sociedad civil ni democracia formal, por ello, propugna la abstención activa frente al sistema para deslegitimarlo.

Discrepo de esta visión, como jurista D. Antonio sabe que a los ordenamientos, normalmente, la motivación subjetiva “mayormente” se la suda, es la causa objetiva la que prima. Y objetivamente la abstención forma parte del sistema, es una opción legítima dentro del sistema por lo tanto en nada deslegitima abstenerse.

No estamos en un sistema  no democrático, las teorías son rebatibles y si son puras, significan que no están en el mundo real.

Nuestro sistema es democrático, pero de baja calidad y por supuesto mejorable, que es de lo que se trata.

La mejoría podría venir de la mano de una nueva ley electoral como la que propone Ciudadanos.

El régimen electoral es  el marco del ejercicio del derecho de sufragio ciudadano y  es el que traduce la voluntad ciudadana en representantes. El partido al que estoy afiliado propone  acometer una reforma inspirada en el régimen electoral alemán lo que supone que la elección de los diputados se hará simultáneamente entre escaños unipersonales y listas proporcionales, disponiendo en consecuencia cada elector de dos votos , un sistema dual que permite corregir las posibles carencias de un sistema mayoritario puro.

Esta reforma viene acompañada, en el ámbito de la regeneración, de algunas  propuestas mas;  unas auténticamente regeneradoras, otras… como dice Plaza, para “bailar la conga”, ya las hemos discutido aquí:

Propuestas regeneradoras…uhmmm ,  un “deja vu” que nos lleva al año 2008 cuando bajo esa premisa acudimos a la formación de UPyD… bueno, no del todo , tengo que recordaros el ambiente, la verdadera motivación… Zapatero y su claudicación ante el nacionalismo y aprobando todo lo que venga del parlament de Cataluña; el tripartito.

El hartazgo de todos por las continuas cesiones ante los nacionalistas,  tanto de los gobiernos del PSOE como los del PP y su catalán en la intimidad, la negociación encubierta con los amigos de los de las capuchas,  esos eran los verdaderos motivos,  la regeneración era un banderín de enganche añadido que Gorriarán tejió ( La democracia en los partidos, o el cacao Gorriarán) y que  puesto en boca de Rosa Diez,  nos enganchó a todos como merluzos. Aquello acabó mal, no porque la regeneración  no fuera necesaria, sino que resulta muy difícil que venga de la mano de quien nunca ha creído en ella.

Siempre he dicho que no me importa la opinión de ningún partido sobre las farolas, la opinión que me importa para poner farolas en tal o cual sitio es la del técnico (funcionario) que sepa del tema.  Lo que a mí me  interesa es lo que, según Rajoy, no le interesa a nadie, la reforma del sistema para hacerlo depender más del votante que de Bárcenas.

El sistema actual termina por corromper, por eso  para su cambio, lo más práctico es partir de una fuerza política que  no lo esté … aún.

Y otra necesidad, que hoy por hoy, encarna Ciudadanos, el enfrentamiento contra el nacionalismo (Rajoy solo toma las  medidas que le obliga el cargo y solo contra su forma extrema, el secesionismo). Para poder vencerles hay que tener fuerza, en toda España y especialmente…en Cataluña.

Y Albert Ribera  la tiene, tanto individual como líder catalán  que muestra su orgullo de español, como colectivamente con un partido, que por fin ha dado el salto definitivo al resto de España, y  que no está sometido a hipotecas.

Pero, entonces… ¿por qué la UPyD del título? Sencillo,  primero porque es un anzuelo que te he lanzado  y has picado lector hereje  y segundo, por lo siguiente, aunque lo que voy a decir me costará algún disgusto.

Trevijano tiene razón, el legislativo debe ser lo más independiente y representativo posible y sus miembros deberían ser elegidos mediante elección directa entre los mejores.  La propuesta en este sentido de Ciudadanos es la más convincente, pero el desafío secesionista también cuenta,  y desde mi punto de vista,  exige que Albert este enfrente.

Pero la regeneración es necesaria, no es una pamema, es una necesidad acuciante,  y mientras que  no se reformen las estructuras del sistema hay que confiar en las personas y buscar las más capaces, y las mejores, y para todos los órganos políticos.

El único órgano constitucional  de elección directa por los votantes es el Senado.  De todos los candidatos al Senado por la Comunidad de Madrid hay uno cuya trayectoria personal en defensa de las ideas y los valores que compartimos sobresale muy  por encima del resto.

En Madrid se eligen tres puestos para el Senado, dos los reservaré para candidatos de Ciudadanos y el tercero, para el mejor de todos los  candidatos que se postulan con independencia del partido al que pertenece y con independencia  de los errores que en materia magenta ha cometido y comete … Fernando Savater (como además, si ganan los míos vamos a suprimir el órgano en cuestión … 😉 )

Luis Bouza-Brey

Felipe González publicó hace dos días una carta abierta «A los catalanes» que, aunque rechaza la alternativa independentista del nacionalismo catalán, sigue aceptando de hecho, junto con su partido, los presupuestos etnicistas y antidemocràticos de aquél, y ofreciendo una «vía de entendimiento» y reforma ante esos presupuestos.

Felipe González y el PSOE aún no se han dado cuenta de que no hay nada más que negociar; que no hay más solución que derrotar de una vez al etnicismo: vencer a un nacionalismo étnico que quiere imponer los rasgos culturales de la etnia catalana a una sociedad que ha sido siempre plural, y lo será cada vez más; derrotar a un etnonacionalismo anacrónico, que pretende dar marcha atrás a la historia, apropiándose de un territorio que nunca ha sido exclusivamente suyo para ahormarlo antidemocráticamente, eliminando el pluralismo cultural inherente a una sociedad dual, que siempre ha hecho de la convivencia entre diferentes su razón esencial de ser, en el contexto español y europeo y en su propia naturaleza interna.
Esta es la cuestión: que no hay nada más que negociar con un etnonacionalismo que para conseguir su objetivo de exclusión y xenofobia pretende alcanzar la secesión; o, alternativamente, lograr el privilegio de la ordinalidad contra la solidaridad, además de la eliminación definitiva de la cooficialidad lingüística a favor de la imposición del monolingüismo, además del control total del sistema educativo para imponer el adoctrinamiento étnico y xenófobo, además de la anulación del orden jurídico estatal y su sustitución por un ordenamiento propio, para eludir responsabilidades y construir impunemente su orden clientelar y corrupto.

Esta es la cuestión: que no se puede continuar reculando ante el chantaje reaccionario y anacrónico, ofreciéndo al nacionalismo nuevas oportunidades de pseudonegociación para que imponga la violación de los principios democráticos y respublicanos de libertad e igualdad, pues esto es lo que está haciendo Felipe González y propone el PSOE desde los orígenes del régimen del 78.
Ambos están liquidándo definitivamente la libertad y la democracia, con absoluta impunidad irresponsable y prevaricadora.
No es admisible ceder ante el chantaje de la amenaza independentista formal ofreciendo como alternativa negociadora las ventajas de una independencia de facto sin los costos que una independencia formal implica.
Espero que esta política buenista, oportunista y traidora reciba su merecido ostracismo de una vez.

Felipe González Márquez: «A los catalanes», en «El País» del 30-8-15

MARTIN BEAUMONT EN «EL SEMANAL DIGITAL»: ALBERT RIVERA PONE A CIUDADANOS COMO PRIMERA FUERZA EN CATALUÑA

http://www.elsemanaldigital.com/movil/albert-rivera-pone-a-ciudadanos-como-primera-fuerza-en-cataluna-142928.html
Es una posibilidad no descartable. Veamos el panorama político de Cataluña: los etnotarugos de Mas en delirium tremens, cercados por el golpismo genético de ERC; a lo que hay que sumar la felonía y traición de PSC e ICV hacia los trabajadores; complementado todo ello por la delicuescencia del PP, dirigido por el dúo Camacho-Rajoy, un par de plastas anodinos…

¿Qué puede votar una persona con un mínimo de sentido común? No le queda otra opción que Ciudadanos, salvo que se haya vuelto ignorante y populista, y desee hundir el país votando a la tribu bolivariana.
Y a nivel del conjunto de España, con los bolivarianos haciendo el indio, Sánchez el ZP, apoyándolos y volviendo al condón sanitario zapatético contra el PP; Rajoy haciendo el Rajoy, disuelto en sus muecas y balbuceos y envuelto en aromas de corrupción…

Tampoco tendría nada de extraño un subidón de Ciudadanos hasta la Moncloa.

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