Kindergarten


Esta sentencia en apelación va al núcleo de lo que discutíamos, que es la madre del cordero de la sentencia previa, ahora encontrada errónea.

En defensa de la sentencia errónea, Marod lo expresaba así:

No. Nadie está prohibiendo ideas y menos arbitrariamente.

La idea (mejor dicho la expresión) no está prohibida. Maya puede ponerse en una esquina y gritarla a los 4 vientos. Puede publicarla en twitter, en Facebook, o en la hoja parroquial de su barrio. Como si quiere empapelar la panadería de debajo de su casa.

Lo que yo creo que el juez está diciendo es que la parte ofensiva (la que viola la dignidad de terceros) es lo que la ley no va a proteger. Porque el Derecho es a expresar ideas, informaciones u opiniones, no a ofender a nadie. La ofensa la “perdonamos” si se justifica dentro del argumentario, pero no resulta acreedora de ninguna protección especial.

https://plazamoyua.com/2019/12/20/maya-y-marod/#comment-359703

El asunto no es si una idea está prohibida, sino si está permitida la discriminación (por ejemplo, laboral) por expresar esa idea. En este caso afectan dos leyes anti-discriminación. La Equality Act 2010, del Reino Unido, y el artículo 9 de la Convención Europea sobre Derechos Humanos.

Los abogados de Maya Forstater resumen así el resultad de la apelación. Y está bien resumido si uno lee la sentencia.

La creencia de que el sexo biológico es real, importante, inmutable y que no debe confundirse con la identidad de género, está protegida por la Ley de Igualdad de 2010 y el artículo 9 del Convenio Europeo de Derechos Humanos («CEDH»).

Esto significa que tener creencias críticas de género es una característica protegida por la Ley de Igualdad de 2010 (‘EqA10’) y es ilegal que los empleadores y los proveedores de servicios discriminen o acosen a sus empleados o clientes simplemente por tener o expresar tales creencias, y también por compañeros de trabajo para hacerlo.

https://oldsquare.co.uk/forstater-v-cgd-europe-others/

Resumiendo más, la sentencia de la apelación considera algo muy sensato. Que las leyes y la jurisprudencia llevan a no considerar protegidas de discriminación algunas pocas ideas excepcionalmente extremas, del orden del nacismo o el totalitarismo, y que incitan al odio y la violencia.

It is only in extreme cases involving the gravest violation of other Convention rights that the belief would fail to qualify for protection at all.

Sentencia: https://www.bailii.org/uk/cases/UKEAT/2021/0105_20_1006.pdf

No se trata de si puede ofender, o incluso de si es inevitablemente ofensiva para alguien. Una idea puede ser ofensiva para alguien, y puede ser digna de protección contra la discriminación. La mayoría. Pero también puede ofender de forma que merezca castigo. Depende de las circunstancias muy concretas de cada caso. Por ejemplo, que se haya expresado para ofender. Y a nadie se le ocurre (a nadie no subni, quiero decir) que Forstater exprese la idea de que las «mujeres trans» son machos de la especie humana, para ofender a los trans. Es, como ella misma dice, la mera constatación de un hecho neutral. Con el que, de hecho, muchos trans están de acuerdo. Así como un montón de académicos, y una parte muy notable de la sociedad. Esto lo señala la sentencia. Que y creo que no es necesario para el argumento, pero me suena a que está avisando: ojo, esto es ingeniería social.

Otra parte importante de asunto, aparte de las dos leyes mencionadas, es el Certificado de Cambio de Género. Que se extiende en el reno unido «a todos los efectos», menos las exclusiones. La sentencia explica: es a todos los efectos legales. El certificado no puede pretender que la gente cambie de opinión. O que no se pueda hablar del pasado de Mari Trans, cuando era Mari (ella). Y si no estás obligado a cambiar de opinión, tampoco vamos a hacer de tu opinión un tabú (un pesamiento discriminable).

La apelación le da un varapalo espectacular a la chorrada del juez anterior, con su gimnasia de que no podía protegerse en una sociedad democrática por ser «absolutista», y por no poderse separar la ofensa incrustada en la idea del acto que conduce a la ofensa.

Y sí, Marod. La libertad de expresión es muy exactamente el derecho a ofender. No en el sentido de poder joderle la vida a alguien, pero sí en el sentido de que la «ofendibilidad» de alguien no puede establecer tabúes (ideas discriminables). La idea de que una «mujer trans» sea una hembra de la especia humana (o sea, una mujer) es exactamente igual de capaz de ofender que la idea de que se trata de un macho. Pero las dos ideas se pueden expresar con unos propósitos en absoluto relacionados con fastidiar a alguien. ¡Aunque resulten en que alguien se fastidie! Que se joda. Habrá que entrar en cada caso concreto, y examinar lo del propósito de ofender.

La sensibilidad puede ser libre, pero sus consecuencias, no. Y de hecho esta sentencia protege ambas ideas, sin entrar en cuál tiene razón, y sin entrar a contar el número de ofendiditos.

Y es función primordial de la libertad de expresión que la sociedad (el «ambiente») no pueda andar estableciendo tabúes. La idea de que no protegerla de discriminación no es lo mismo que prohibirla, es una pavada. Valdría para el caso de ideas a favor de corriente. No hay nadie intentando hacer un tabú con ellas. Pero es ridículo para las ideas contracorriente, que son las que corren el peligro de no poderse expresar, por las consecuencias (la discriminación). Y esas son, además, las ideas necesarias en el mercado de ideas. Porque son las que faltan, o están a punto de faltar. Y son necesarias para poder pensar. Sociedad idiota / sociedad inteligente.

Pensar que una «mujer trans» no es una mujer (una hembra adulta de la especie humana) no es «transfobia». No hace que nadie odie a nadie, ni hace de menos a nadie. No es es más, ni se es menos, por ser mujer u hombre. Es simplemente diferente cuando vives en el mundo de las mediciones; y vaya usted a saber qué es cuando circulas en el mundo de las ideologías, y sus asunciones sacadas de la puta gorra. Pero por mucho que las mediciones ofendan a las ideologías, eso no hace que las mediciones sean perseguibles por discriminación, o tabú. El Kindergarten, quieto en el Kindergarten.

Hasta aquí llega, de momento, el interesantísimo y muy clave asunto de Maya. Con una apabullante victoria de lo razonable, para mi completamente inesperada. Una extraña nota de optimismo.

Enlaces:

Sentencia:

El abogado de Maya. The Forstater Judgemente: What Next?

Old Square Cambers (otros abogados)

La entrada anterior, con la aberrante sentencia previa:

Yo creo que aquí [–>] pones el dedo en la llaga, Marod.

  • Y lo que digo es que ese tipo de manifestaciones no deben quedar impunes, pero se puede ser un poco más liviano en la pena, y no meterles en la cárcel (efectivamente, vale para “fabricar” mártires que luego engrosan las filas de partidos). Creo (es opinión personal) que la intención del “artista” es más bien provocar que incitar.

Me parece que hay dos maneras de verlo. La clásica pasa olímpicamente de todo lo que se quede en provocar, sin llegar poder incitar algo -digamos- físico e inmediato. Y su mejor expresión puede ser el «test de Brandenburg», que ya hemos visto antes.

  • El discurso está «dirigido a incitar o producir una acción ilegal inminente»,
    Y
  • Es probable que el discurso «incite o produzca tal acción».

https://www.law.cornell.edu/wex/brandenburg_test

Donde «acción ilegal» (es una traducción de lawlessness) se refiere a desórdenes públicos, anarquía y esas cosas. Kale Borroka, en una de las pocas aportaciones de Vasquilandia a la cultura universal. No se trataría de despertar sentimientos perniciosos, sino acciones pericolosas que pueden producir .daños físicos.

Y ahora está claro que hay un ambiente de restringir más la libertad de expresión, rebajando el nivel al daño psicológico. A la ofensa. Me refiero a expresiones genéricas, no referidas a una persona concreta. Injurias y calumnias ya estaba dentro. Ojo, me refiero siempre al «ambiente», a lo que se pretende; no a la ley que hay. O la ley actual de España. Me interesan los principios, las ideas.

El precedente es obvio. Las leyes anti nazis en Alemania. Ya han pasado suficiente horror los judíos, y ya teneos suficiente vergüenza por lo que hemos hecho, como para seguir tocando los cojones con discursos antisemitas. Era, claramente, una situación excepcional. Y en esa línea de excepción iba también la ley española de enaltecimiento del terrorismo, después del asesinato industrial de inocentes como herramienta política.

El problema de las excepciones es el de siempre con las leyes «ad hoc». Que pueden ser el caballo de Troya para darle la vuelta a las leyes por la puerta de atrás. Por ejemplo, el Kindergarten ampliando esa excepción a los grupos que considera, de forma completamente arbitraria, como «víctimas». Logrando hacer de la sociedad una carrera de identidades por conseguir el mayor estatus de víctima.

La cuestión, creo, es pensar por qué antes no se preocupaban por el discurso que genera odio u ofensa, y ahora sí lo hacemos (mayoritariamente). ¿Eran más bestias antes, o hay un cambio de fondo que lo justifique? Y es posible que exista ese cambio y justificación. Por ejemplo, si antes se dejaba el control del discurso de odio en manos de la educación (manners) y de la moral, y si eso hubiera dejado de funcionar. También podría ser que antes hubiera un grupo (identidad) muy mayoritario, que controlaba eso dentro del grupo mediante la educación y la moral, y simplemente se despreocupaban de lo que pasara en los márgenes, fuera del grupo dominante. Y así mismo puede ser que la mayor conectividad de la sociedad, en órdenes de magnitud, haya hecho saltar por los aires las barreras naturales (educación y moral).

Pongamos que aceptamos esa ampliación de la restricción a la libertad de expresión, con esta disculpa. (Y tienes razón: es absurdo que la cárcel sea la pena por defecto). Tendría mucho más sentido prohibiendo expresiones concretas, que creando grupos protegidos. Del tipo de: no puedes expresar el deseo de la muerte o daño físico de nadie, ni el deseo de implantar el asesinato de inocentes como herramienta social; en lugar de: no puedes «ofender» a los grupos protegidos. ¿Por qué? Porque la función de la libertad de expresión es no impedir pensar, y con ello conocer. Y desear la muerte o el daño físico de alguien, difícilmente va a ampliar la capacidad de pensar; mientras que evitar «ofender» te puede impedir pensar en alto que Dios no existe, o que el sexo es inmutable. Y todo tipo de asuntos necesarios para saber cómo funciona el mundo.

Con este esquema, el cantamañanas catalán de los mofletes sería francamente condenable. Propone todo el rato la muerte y el asesinato de todos los que no le gustan, y hoy no hay forma de que la educación ni la moral vayan a hacer que se corte. Y también condenarías al bestia del Klan, Brandemburg. Pedía la «venganza» contra los negros, y es muy difícil pensar en una venganza no física. Sin que fuera necesario que se trate de una incitación directa de un acto inminente, ni que sea verosímil que va a ocurrir. Bastaría con expresar el deseo. No necesitas desear la muerte de nadie para pensar lo que quieras sobre ese alguien, o sobre las diferencias que tiene respecto a otros, o lo que sea. Pero eso no incluye la «ofensa» en general, sin desear ningún daño físico a nadie. Es muy frecuente tener que ofender para poder pensar.

O sea, daño físico, aun en mero estado de propuesta, sería la clave. Y suena muy civilizado evitarlo. ¿Por qué no empezamos por ahí, y vamos viendo lo que pasa? Y dejamos tranquila a Falcón, que ya hemos comprobado que nos ha hecho, precisamente, pensar.

¿Te parece un esquema razonable para empezar a digerir el problema?

Nota: el «enaltecimiento del terrorismo», en la medida que sea el aplauso a la agresión física causado por el terrorismo, entraría en el esquema. Aplaudir algo, y proponerlo, es básicamente lo mismo.

Añadidos para los comentarios:

Afortunadamente, y sin que sirva de precedente, el ataque ha sido rechazado. Los académicos de Cambridge han ganado una victoria a favor de la libertad de discurso (free speech) al rechazar los planes del vice-canciller para cambiar las reglas que rigen los debates en Cambridge.

Ya resulta curiosa la mera idea de una necesidad de cambiar las reglas de debate, en una universidad que tiene más de 800 años, y un carrerón inigualable de «free speech» a sus espaldas. ¿Acaso no han tenido un buen código para debatir hasta ahora? ¿Y por qué hay que corregirlo? ¿Qué corrección o añadido querían hacer?

Una muy cuqui, muy sutil. Oponen, a la libertad de discurso (speech), la libertad de no discriminación. Copio y traduzco:

Los valores fundamentales de la Universidad son la «libertad de pensamiento y expresión» y «la ausencia de discriminación». La Universidad fomenta un entorno en el que todo su personal y estudiantes pueden participar plenamente en la vida universitaria y sentirse capaces de cuestionar y poner a prueba la sabiduría recibida, y de expresar nuevas ideas y opiniones controvertidas o impopulares dentro de la ley, sin temor a faltas de respeto o discriminación. Al ejercer su derecho a la libertad de expresión, la Universidad espera que su personal, estudiantes y visitantes respeten las opiniones divergentes de los demás, en consonancia con el valor fundamental de la Universidad de la libertad de expresión. La Universidad también espera que su personal, estudiantes y visitantes sean respetuosos de las diversas identidades de los demás, en consonancia con el valor fundamental de la Universidad de no sufrir discriminación. Si bien el debate y la discusión pueden ser sólidos y desafiantes, todos los oradores tienen derecho a ser escuchados cuando ejercen su derecho a la libertad de expresión dentro de la ley.

La oposición entre libertad de expresión, y ausencia de discriminación, tiene magia. Han asociado falta de «respeto» a discriminación. Es de suponer que para distraer al personal, y que no se note que se trata de oponer libertad de discurso a «respeto». Respeto, además, ¡a las opiniones! Con lo que se cargan la libertad de criticarlas. La crítica, y es lo primero que han contestado los profesores por abrumadora mayoría, a menudo ha de ser irónica, humorística, dura, y absolutamente carente de ningún respeto. Joder, que respeto es lo que piden, por ejemplo, los mafiosos. A punta de pistola. Y en general todos los abusones, para ahorrarse la crítica. Por respeto a las opiniones, podrían impedir hablar a un ateo. No respeta la idea de Dios. O podrían impedir hablar a Maya, Rowling, Falcón, y tantas feministas, porque decir que Mari Trans no es mujer se puede interpretar como una falta de respeto acojonante a una «identidad».

En el artículo de The Spectator, del que saco la noticia, el autor cuenta sus problemas al tratar de que los prebostes de Cambridge le explicaran hasta dónde llega lo del «respeto»:

Sé, por intentarlo la semana pasada, que nadie en la jerarquía de la universidad pudo responder a estas cuestiones. Tanto que Roger Mosey, antiguo director editorial de la BBC, y «master» del Selwyn College, admitió después que, mirado retrospectivamente, «respeto puede no haber sido la palabra que deberíamos haber elegido».

Ya, las narices. Eso lo dice ahora, cuando han perdido la votación entre los académicos por 1316 contra 162. (Hubo 208 abstenciones).

Respetando las opiniones, nunca hubiera ocurrido la Ilustración. Que es exactamente lo que quieren; que no hubiera ocurrido. Y a falta de poder cambiar el pasado, pretenden corregir ese problema en el presente. Por eso necesitan cambiar las normas del debate y la conducta en Cambridge.

¿Cómo lo han conseguido parar los profes ilustrados? Por lo derecho. Por lo básico. Han decidido que las normas que quieren introducir, en vez de pedir «respeto» a los estudiantes y a los curritos para las opiniones opuestas, lo que deben es exigirles tolerar la discrepancia. Le han dado la vuelta al asunto, y le han metido un rejonazo y una buena lección al Kindergarten. ¿Quieres «respeto» a tus opiniones, nene? Pues mira, no; lo que vas a hacer es tolerar que los demás discrepen de tus opiniones, y que estas sean criticadas con toda la dureza y escarnio que sea.

La última frase que había copiado de la propuesta de la Universidad, también es mágica.

Si bien el debate y la discusión pueden ser sólidos y desafiantes, todos los oradores tienen derecho a ser escuchados cuando ejercen su derecho a la libertad de expresión dentro de la ley.

No tiene ningún sentido. No hay ninguna oposición entre «derecho a ser escuchados», y «debate sólido y desafiante». Pedir un debate tan sólido y desafiante como uno quiera, de ningún modo significa estar pidiendo que el otro no pueda rebatirlo, y con tanta solidez y desafío como tenga a bien. ¡Al contrario! Y esa perfecta aberración lógica la está diciendo una gente cuya profesión consiste en pensar con claridad, y en enseñar a hacerlo. Con lo que parece que queda poca duda de lo que se trata. Cargarse la libertad de discurso, disimulando. Y con la libertad de discurso, la de pensamiento. Son lo mismo.

Esta vez el Kindergarten ha fallado. Pero claro, Cambridge. Y no todo el monte es orgasmo.

Añadido para la discusión:

Fuentes:

The Spectator

Cambridge University (Las normas que querían encalomar)

Este caso nuevo es especialmente interesante, y traerá cola. Es una expulsión, por opinión, o por tabú más bien, en educación secundaria. En uno de los templos de la libertad de expresión de Europa, y el mejor ejemplo de educación de élite que cabe. Eton. 47.000 € al año. 19 primeros ministros, e innumerables príncipes, académicos, escritores, diplomáticos y héroes militares.

Profesor Will Knowland

El profesor expulsado es de Literatura Inglesa. El atentado contra el tabú no ha llegado a ser distribuido en el colegio. Lo vieron otros profesores antes de ser liberado, y organizaron la caza de brujas. Es un vídeo preparado para clases no presenciales. Por lo del covid. La charla se llama La Paradoja del Patriarcado, y no es una lección para aprender, sino un estímulo para que los alumnos participen después en críticas sobre el temas que se propone. El módulo educativo se llama, muy convenientemente, Perspectivas. Y perspectivas es lo que no va a haber, porque han puesto al profe de patitas en la calle. Al menos, la de si es cierta la historia de un patriarcado que subyuga y ataca sistemáticamente a las mujeres. Y que las diferencias entre mujeres y hombres no son más que un constructo social del patriarcado.

Lo que se expone, en principio no es la opinión de su autor. Explica: se pretende estimular el debate presentando algunas perspectivas contrarias a la ortodoxia prevaleciente. Y usa una cita de apoyo que podría considerarse delicada si se mira desde el punto de vista de la ortodoxia: «La perla se forma por abrasión». ¿Abrasión? ¿A los delicados copitos de nieve que necesitan «safe spaces» para que no les dé un sofoco? No sé yo si presentarlo así es la mejor estrategia para que traguen debate como herramienta cognitiva. Probablemente Knowland es un desfasado que todavía cree que «libertad de expresión» es un ideal vigente. Y que sirve de algo el dar una lista completa con 41 referencias de soporte a cada una de las afirmaciones y argumentos que muestra.

El vídeo está disponible fuera del colegio. En Youtube. Y es muy bueno. Nivel Eton. 30 minutos. Pongo enlace al final.

El asunto no ha llegado todavía a fase judicial. Pero llegará, si no hacen algún apaño en la fase previa; el recurso dentro del colegio. Me parece un caso apasionante, porque el colegio, una vez embarcado en el Kindergarten, no puede no expulsar a Knowland definitivamente. No puede. Los argumentos van tan destructivamente a la raíz del tabú, que sólo queda, o quemar al hereje, o abandonar el tabú. Y no van a abandonar cuando van ganando. Vaya, arrasando.

Imaginemos la expulsión definitiva, y que el caso llega a los juzgados. Ni idea de si la leyes Kindergarten están suficientemente desarrolladas en el Reino Unido como para mantener fuera de la educación al pecador. Pero si no es el caso, hay una apuesta casi segura. No le van a tocar las narices a la élite, y esta tiene capacidad de sobra para «mejorar» la ley en el futuro. Aquí no sólo te contamos lo que pasa, sino lo que va a pasar. 😉

Saco dos ejemplos del vídeo.

Primer ejemplo. Si esto no es fomentar la discriminación contra un grupo por motivos de «género» (sexo), ya nos explicará Marod qué es. Y no sólo resulta ofensivo para las mujeres, según la nueva moralidad Kindergarten llena de heroínas supuestamente musculosas que combaten con ventaja contra los hombres. No, es pura discriminación de considerar a las mujeres «distintas», y menos capaces para ciertas cosas. Directamente, inferiores en esos campos. Punto. En España sería de uno a cuatro años, y multa de seis a doce meses. Salvo que Marod nos explique algo en contra.

Sólo el honor masculino es inseparable de la fuerza y el coraje. Llamar débil a una mujer no es realmente un insulto. Un estudio sobre la agresión entre mujeres adolescentes encontró que las luchas físicas eran raras, pero normalmente empezaban con las chicas llamándose puta, zorra, o fulana. Un episodio de Sex and the city se titulaba: ¿Somos putas? Esto es porque el honor de las mujeres está ligado a estándares antiguos de propiedad sexual. Estos insultos apuntan a la propensión de la mujer insultada a la infidelidad, haciendo más improbable que un hombre la considere como compañera potencial. Llamar «puta» a un hombre sólo provocaría una mirada confundida.

Nota. En español no se pueden hacer estos insultos manteniendo el género: puto, zorro o fulano tienen distinto significado que sus versiones en género femenino. Y no es insultante.

Las mujeres se agreden sobre todo con palabras, y por la espalda en lugar de cara a cara. Usando chismes para difamar. No puedes probar la castidad peleando.

Y este otro ejemplo no sólo es una defensa de la «masculinidad tóxica», sino una muy cabal explicación de que está creada por las mujeres para su propia conveniencia. Como herejía, no vas a encontrarla mayor en el mercado.

A los atletas masculinos no les motiva dominar mujeres atletas. Los torneos de dominación son entre machos en todas las especies, y entre hembras en algunas especies. En todos los casos son intra sexos, no entre sexos. Biológicamente hablando, la idea de que el hombre ejerce poder sobre la mujer es absurda. A lo largo de las distintas especies, las hembras pueden explotar su poder de elección sexual, para hacer que los hombres compitan de forma que hagan cosas para ellas.

En comparación con otras fases de su ciclo, las mujeres en su pico de fertilidad prefieren el olor de hombres poderosos, caras más masculinas, y hombres comportándose de manera más dominante. Eso es porque la ovulación hace que la mujer desee un protector fuerte. El embarazo y el parto las hace vulnerables. Y es una ilusión creer que se pueden establecer y defender barreras, sin violencia. Y sin los valores de fuerza, coraje, y honor.

Como propuesta de discriminación por motivo de género (pena de uno a cuatro años), no queda nada mal la idea de que a las mujeres no les sirve de gran cosa la fuerza, el coraje, y el honor, y que evolutivamente les ha resultado más ventajoso provocar esas virtudes en los machos de la especie. ¡Yo quiero ver ese juicio, a poco que la ley se parezca a la española!

Hay muchos más ejemplos en el vídeo. Los que he puesto no son necesariamente los mejores, sino los que me han parecido más rápidos y claros. Y menos frecuentes. Pero está lleno de perlas, cada una producida con no poca abrasión. Algunas bastante conocidas para quien haya seguido la discusión; otras, no tanto. Pero de morbo, tiene tela. Y precisamente porque cada una de ellas es muy difícil de discutir. Sólo cabe prohibir. Tabú.

La presentación en Youtube:

Añadido / actualización. Carta de alumnos defendiendo a Will Knowland:

Los chavales hacen un buen puñado de argumentos. Los cuatro primeros son de carácter general, y de interés en el contexto de estas entradas sobre Maya, Rowling y Falcón. 

  1. No ven pega a las formas, que creen que tienen los matices y sensibilidad exigibles en un ambiente académico. Por tanto, concluyen, el problema estaría en las ideas mismas. (El tabú).
  2. La hipocresía del asunto. Se supone que el colegio está protegiendo minorías. Y expulsa a Knowland  por exponer una visión distinta de la de la mayoría – pero que tampoco es una rareza. (Minoría intelectual contra minoría de identidad).
  3. La locura. El Head Master del colegio, en una reunión sobre este asunto hace cuatro días, explicó cuál es su esquema para determinar qué ideas son ilegales. Se censurará cualquier expresión que pueda ser considerada «hostil» por un solo miembro de uno de los designados como «grupos minoritarios». En opinión de los alumnos, este «test de hostilidad» excluye prácticamente todo lo que hace una educación liberal. (Abandono de la libertad de expresión como herramienta cognitiva, a través de la moral victimista e identitaria).
  4. En otra reunión, el Head Master expuso su criterio de que las profesoras iban a estar «comprometidas» de alguna forma al tener que discutir el vídeo en clase. Los alumnos alegan que las mujeres están tan adecuadamente equipadas para discutir el tema como los hombres, sea en contra o a favor. (La discriminación de los supuestos anti-discriminación).

Añadidos para la discusión:

Fuente de la noticia, Daily Mail:

Aviso terminológico, por si las moscas legales. Ante la sospecha razonable de que no se puede sugerir, sin consecuencias penales, que un antropoide que se autodefina como mujer, podría en algunos casos no serlo, emplearé la siguiente terminología.

  • Mujer nativa: animal humano de sexo femenino (XX), o hembra.
  • Mujer colona (o no-nativa): animal humano que se hace llamar mujer, sin ser mujer nativa.

No es ninguna broma lo del aviso. Que le pregunten a Lidia Falcón. Clic.

El motivo de su persecución legal se puede resumir muy bien con esta frase suya:

Ya no hay mujeres, somos género; pero las bofetadas se la dan los hombres a las mujeres, no al genero.

El argumento, que no es el de una turista que pasaba por ahí, sino el de la líder y bandera de una organización y partido feminista, es bastante de cajón. Los problemas de discriminación de la mujeres, contra los que lucha el feminismo, no vienen de que «se sientan» mujeres. Vienen de que son las que paren, y son las que tienen menos fuerza para pegar bofetadas. Probablemente también vienen de diferencias evolutivas en las estrategias de formar pareja, que se derivan inevitablemente de las dos diferencias físicas anteriores. Con el añadido cultural, por supuesto; que suele tender a magnificar lo que ya produce la naturaleza. En fin, que es algo que ocurre por todas esas circunstancias diferentes que hay entre hombres y mujeres nativas, pero que no hay entre hombres y mujeres colonas. La fuerza media de Mari Trans a la hora de devolver una bofetada, no es comparable a la de una mujer nativa, pero sí es comparable a la de los hombres. Y Mari Trans no va a tener una tara en su carrera laboral por gestación y parto. Probablemente tampoco se va a desvivir por los cachorros en una medida comparable a la de las mujeres nativas, pero sí en una medida comparable a la de los hombres. Estadísticamente, quiero decir. Por tanto, los muy respetables problemas que tenga Mari Trans por ser mujer colona, no son los mismos problemas de las mujeres nativas. No son los mismos problemas del Partido Feminista. Y encima, pretenden secuestrarlo.

Ahora, en ese párrafo de arriba, que no es literal de Falcón pero sí es la idea que expresa, sustituye cada vez que pone mujer nativa, por mujer; y cada vez que pone mujer colona, por persona trans. Por ejemplo, la última:

– Por tanto, los muy respetables problemas que tenga Mari Trans por ser persona trans, no son los mismos problemas de las mujeres.

Bien, pues exactamente ese es el motivo que lleva a Lidia Falcón a ser procesada por la ley de delitos de odio. Decir que Mari Trans tiene unos problemas muy respetables, con los que se solidariza plenamente, pero que no son los mismos problemas de las mujeres. Nota: aquí hablo como si fuera Falcón, no yo; no me vengáis con líos, que para eso he inventado lo de mujeres colonas.

¿Parece un poco gordo, no? La líder de una asociación feminista y partido político, no puede defender a sus asociadas con un razonamiento absolutamente obvio, sin que le persiga la ley. En España, hoy, está prohibido defender a las mujeres nativas por los inconvenientes que les producen las circunstancias que hacen de ellas mujeres nativas. No por algo que eligen dentro de su «autonomía personal»; sino por lo que son, y no pueden dejar de ser. ¿Y esto no es, exactamente, discriminación por motivo de sexo?

Pues con ser bastante sorpresa que esté ocurriendo esto, todavía me ha parecido mucho más escandaloso comprobar que no ha tenido ninguna repercusión pública. Me he tropezado con la imagen de la papela de la fiscalía en Twitter. En la cuenta de un exaltado que no merece ninguna confianza. Y he buscado la imagen en Google, para comprobar su veracidad. Sin encontrar ninguna otra referencia. Aparte de algunos sitios igualmente radicales de derechas y poco fiables. Pero tampoco la noticia misma de la imputación de Lidia Falcón por un delito de odio, que fue hace tres días, sale en ninguna prensa convencional. Buscando en Google por noticias sobre Lidia Falcón, sólo aparecen unos pocos sitios muy frikis, o noticias viejas no relacionadas. Pero creo que sí puedo dar por confirmada la noticia (1). Y es acojonante. Literalmente acojonante; de dar mucho miedo.

El otro día hablábamos de Maia Forstater. Expulsada de la empresa en la que trabajaba por decir en Twitter que Mari Trans no es una mujer. (Lo decía Forstater; yo nunca lo diría, que soy miedoso). Y el juez le dio la razón a la empresa. Esa opinión no está amparada por la libertad de expresión. Y ahora llegamos a Lidia Falcón, empurada por la fiscalía por el mismo motivo. De perder el trabajo, a que te caiga el código penal. Así va avanzando el Kindergarten. La gente no les tiene miedo, porque son como niños. Pues yo diría que conviene ir empezando a tener mucho miedo.

¿Marod, aquí estás con la ley, o estás con Falcón? ¿Ni siquiera con esto vas a ver el problema?

(1)

Añadido para los comentarios:

MADISON, USA – AUGUST 31: White supremacist racist organization Ku Klux Klan (KKK) members are seen during a rally in Madison, Indiana, United States on August 31, 2019.
(Photo by Megan Jelinger /Anadolu Agency via Getty Images)

Página siguiente »