fukushima


Francisco

Plaza, si quieres puedes colgar esto en la entrada. Como verás, es un tema que me parece mucho más importante que a ti. Lo digo porque a lo mejor a otros también les interesa averiguar de qué va la cosa, y aquí queda un poco escondido.

Lo que describes son discusiones internas de guardianes oficiales. Es como si para que yo me haga una idea del efecto invernadero, me dieras a elegir entre un modelo propuesto por Mann y otro propuesto por Jones. Tienes que entender que la industria nuclear está completa y totalmente regulada por…. la industria nuclear, en un sistema de puertas giratorias perfectamente engrasado desde hace mucho tiempo, y que la actividad de investigación independiente está mucho más ferozmente excluida y demonizada (aquí el término es muy apropiado) que todo lo que hayas visto en la industria del clima.

Tienes que entender que la evidencia **empírica** en el aumento de la incidencia de varios tipos de cáncer y muchos otros trastornos tras accidentes o en las inmediaciones de plantas o zonas de descarga de desechos, ha sido medida en innumerables estudios y es sistemáticamente ignorada por los reguladores de la industria con el argumento de que no se ajusta a lo que predicen sus modelos, y que por lo tanto es imposible. ¿No te recuerda algo este tipo de argumento a tus investigaciones sobre el clima?

Supongo que tú debes saber perfectamente cómo funciona el sistema de peer review, sobre todo en las ciencias altamente politizadas, por eso me extraña un poco que de pronto le des tanta importancia a comprobar la existencia de heterodoxias que se hayan colado por ese filtro, o estén envueltas en tan venerable lazo. Trataré de compilar una buena bibliografía a su debido tiempo que cumpla esos requisitos.

Una compilación enorme de este tipo de estudios fue publicada (tal vez por despiste) en la New York Academy of Sciencies hace unos tres años. Se titula Chernobyl: Consequences of the Catastrophe for People and the Environment. Encontrarás fácilmente la reseña en el web de la NYAS. Los estudios mencionados, publicados originalmente en revistas científicas del bloque soviético, sobre todo en Rusia, supongo que estarían sujetos a algún tipo de peer review no necesariamente más cutre que el occidental, probablemente menos.
NEW YORK—“Chernobyl: Consequences of the Catastrophe for People and the Environment,” Volume 1181 of Annals of the New York Academy of Sciences, published online in November 2009, was authored by Alexey V. Yablokov, of the Russian Academy of Sciences, Alexey V. Nesterenko, of the Institute of Radiation Safety (Belarus), and the late Prof. Vassily B. Nesterenko, former director of the Belarussian Nuclear Center. With a foreword by the Chairman of the Ukranian National Commission on Radiation Protection, Dimitro M. Grodzinsky, the 327-page volume is an English translation of a 2007 publication by the same authors. The earlier volume, “Chernobyl,” published in Russian, presented an analysis of the scientific literature, including more than 1,000 titles and more than 5,000 printed and Internet publications mainly in Slavic languages, on the consequences of the Chernobyl disaster.”

No pocos guardianes de la verdad oficial se sintieron muy molestos con esta publicación. En el web correspondiene de la NYAS nos informan: “Out of print and will not be reprinted”. Creo que todavía existe la versión online, pero hay que ser miembro y pagar.

Christopher Busby (una especie de Lindzen elevado al cubo, no solo por la claridad de sus explicaciones, sino también por la saña con que es calumniado y perseguido por la industria) da una breve descripción de algunos estudios más recientes, también peer reviewed y todo, a partir del punto marcado en este enlace:

Esos modelos que describes ni siquiera tienen en cuenta cosas como el enorme aumento de trastornos cardíacos en niños a consecuencia de la acumulación de Cesio 137 en el músculo cardíaco, aún en dosis muy bajas. Los modelos no los predicen.

Desde hace más de 4 décadas, incontables toneladas de desechos radioactivos han sido vertidas, y continúan siéndolo, en los mares del norte de Europa. Hasta hace unos 20 años los tiraban en barriles desde los barcos. Y a veces los tiraban en cualquier parte, ya que la tripulación de los barcos encargados de estas operaciones estaba expuesta a la radiación de los barriles y tenía que ceñirse a un límite estricto de tiempo por su propia seguridad. Cuando se cumplía el tiempo los tiraban donde se encontraran. Muchos están por el canal de La Mancha, a profundidades de 100 metros. Desde los años 90, el método cambió. En vez de barriles, empezaron a utilizar tuberías desde tierra a través de las cuales vierten los desechos al mar. En el documental titulado: Radioactive Waste: Dumped and Forgotten, disponible en youtube, hay momentos ligeramente cómicos dentro de la sombra general, como cuando preguntan a uno de los baluartes de la industria (uno de los guardianes de esos modelos que mencionas) qué diferencia hay entre tirarlos al mar en barriles, o verterlos al mar a través de tuberías. El hombre, un poco sobrepasado por la pregunta, acertó a balbucir: “Bueno, es una cuestión filosófica”.

Hubo una zona en la costa de Irlanda donde la cantidad de vertidos fue demasiado alta y apareció un brote galopante de leucemia infantil que era imposible ocultar. Otro guardián de los modelos que tú envías dice en el documental, con toda seriedad, que eso no puede ser debido a los vertidos nucleares, simplemente porque sus modelos no lo predicen. Dijo que lo lógico es buscar explicaciones alternativas. Dijo que bien podría tratarse de un virus llamado “desconocido” o bien “population mixture”. Fijate vos.

Eso te da una idea de la calaña intelectual de los guardianes. Una combinación exquisita de ignorancia, codicia, cinismo, sociopatía y canalladuría.

Mira, la calentología oficial es un inmenso timo basado en modelos a su vez basados en una pila de hipótesis y suposiciones superpuestas, y en la supresión u omisión sistemática de las observaciones empíricas que los invalidan. La ciencia de que estamos hablando también se basa en la supresión de datos empíricos a favor de modelos inútiles. Pero en este caso no es solamente un choriceo. Ah, si lo fuera. Es una actividad francamente criminal de consecuencias horrorosas para la salud pública.

Tú eres capaz de entender que la dispersión masiva de material radioactivo militar y civil, por tierra, mar y aire, que continúa desde hace 6 décadas, entra en la cadena trófica y multiplica sin cesar esas loterías negativas de que habla Borges en su cuento La lotería en Babilonia, cuando los “babilonios” se entregaron, por aquello del thrill, a los vaivenes vertiginosos de innumerables loterías cuyos premios consistían en todo tipo de castigos, oprobios y ejecuciones. Aquellos que no participaban en estos excitantes juegos de azar eran tachados de pusilánimes, pero el menos tenían la opción de no participar. Nosotros no.

Al igual que ocurre con la climatología, si quieres obtener información sobre los efectos de estas cosas en la salud pública, tienes que salir del ámbito de los guardianes. Y de Wikipedia, por supuesto.

No sigo mucho la prensa convencional, pero creo que todavía no ha salido en España. Imagino a Ruiz de Elvira calentando motores para El Mundo, o Antena3. Y en los demás medios, a sus «expertos» favoritos. El caso es que después del «cambio climático» no hay ninguna rama de la ciencia que haya producido tanta ciencia basura como la relacionada con salud y la radiación. La radiación de las centrales, claro, porque para ellos no parece que existe una radiación natural, ni una radiación de fondo repartida bien por todas partes.

El nuevo estudio por el que apuesto fanfarria inmediata es:

Energy & Environmental Science.  John E. Ten Hoeve y Mark Z. Jacobson.

Dos conocidos activistas anti nucleares y pro renovables. Se basan en una idea que nunca pasó de ser una especulación gratuita, sin la menor prueba, y hoy completamente desacreditada. Tras Chernobyl sabemos que es falsa. La suposición de que si una radiación pongamos de 1.000 produce un cáncer cada mil personas, una radiación de pongamos 10 producirá un cáncer cada 100.000 personas. Y por tanto esa radiación de pongamos 10 mataría a 30.000 personas si afecta a un área de 300 millones. Calculando así lo que llaman la «dosis colectiva». Es una de las claves del pensamiento mágico (y religioso). El mal no depende de su cantidad, sino de su esencia. Sea esta lo que sea.

Esa asunción ridícula, tan querida por los antinucleares y otros ecolojetas, es conocida por el nombre de LNT (linear no-threshold).  Lineal sin umbral. Mal independiente de la cantidad. Magia potagia. Otros ejemplos son el tabaco y el cambio climático. Pero en este caso, aunque a regañadientes, las organizaciones de salud ya han reconocido que el LNT no se sostiene, y recomiendan no utilizarlo en los cálculos.

Por ejemplo,  Health Physics Society:

El mejor ejemplo es calcular el número de efectos sobre la salud calculados sobre una gran población expuesta a muy pequeñas dosis de radiación. Por ejemplo, podrías predecir 40.000 casos de cáncer fatales para la población  USA a partir de solo la radiación de fondo. Sin embargo, es improbable que eso sea cierto, por una serie de razones. Recientemente, el International Council on Radiation Protection se pronunció diciendo que el uso de las «dosis colectivas» para predicción de efectos en la salud no es apropiado en niveles bajos de radiación. La razón es que si la persona más expuesta recibe una radiación trivial irrelevante, la dosis de todos será trivial inconsecuente, y no se puede esperar que nadie contraiga cáncer.

¿Elemental, no? Y hay pruebas directas, por si faltara esta lógica elemental. Básicamente con Chernóbyl, que iba a producir cáncer en Europa en plan industrial, pero no:

En ambos se hace hincapié en la comprobación empírica, con Chernobyl, de la falsedad del peligro de la radiación en bajas dosis. Como era de esperar, una dosis trivial desdeñable sigue siendo trivial huera aunque se la enchufes a mucha gente. O incluso muchísima. Hay hasta estudios que parecen indicar efectos beneficiosos en la salud, con dosis suficientemente bajas de radiación. Se pueden ver en el enlace del trabajo de Jaworowski para la ONU.

Pero todo esto no debe de importarles a los activistas, por mucho que sean de la Universidad de Stanford. Y siguen erre que erre con el LNT, o la magia.

Effects are quantified with a 3-D global atmospheric model driven by emission estimates and evaluated against daily worldwide Comprehensive Nuclear-Test-Ban Treaty Organization (CTBTO) measurements and observed deposition rates. Inhalation exposure, ground-level external exposure, and atmospheric external exposure pathways of radioactive iodine-131, cesium-137, and cesium-134 released from Fukushima are accounted for using a linear no-threshold (LNT) model of human exposure. Exposure due to ingestion of contaminated food and water is estimated by extrapolation. We estimate an additional 130 (15–1100) cancer-related mortalities and 180 (24–1800) cancer-related morbidities incorporating uncertainties associated with the exposure–dose and dose–response models used in the study. We also discuss the LNT model’s uncertainty at low doses.

Y dan una referencia desfasada (2005) como disculpa para el método. Lo que no olvidan es poner hermosos gráficos del mal extendido por el orbe, para pasmo del incauto.

En resumen, menos lobos, Caperucita.

Recomendación (clic para PDF 45 págs):

Noticia y parte de los datos, de un artículo de Mark Lynas en su web:

Ya ha salido el esperado estudio de Manuel Fdez Ordoñez sobre lo que pasó en Fukushima. Clic.

Lo resume así:

Este documento no pretende nada ambicioso. No se trata de un documento técnico sino de una explicación fenomenológica y cualitativa de los eventos que tuvieron lugar durante las primeras horas del accidente de Fukushima Dai-ichi.  Pretende desarrollar, en un lenguaje coloquial y sin formalismos, la evolución de los acontecimientos que desencadenaron las tres explosiones de hidrógeno que tuvieron lugar durante aquellos días.

Vía, Desde el Exilio:

http://www.desdeelexilio.com/2012/03/11/fukushima-dai-ichi-un-ano-despues/

Acojonante. Parecía que la payasada de la España Zapateresca era insuperable, pero no. Merckel nada menos; aquella Merckel tan seria y preparada que parecía un lujo de política y daba envidia.

Ocurre el tsunami terrible de Japón, con más de 20.0000 muertos y algunos miles de desaparecidos. Ninguno de ellos por los daños en la central nuclear de Fukushima; pero los verdes, ya se sabe, si ven pasar una cucaracha nunca pierden la oportunidad, y le echan mano. Con elecciones a la vista, ni te cuento. Y la gran Merckel decide hacer un guiño a la histeria, para sacar unos votos, anunciando el cierre las centrales nucleares.

Hasta aquí no es más que la caradura y demagogia habitual en ese esperpento que llamamos política. Lo de la improvisación va más alla. Porque si cierran las centrales nucleares algo tienen que poner a cambio para cubrir el 26% de la energía de Alemania que producen. ¿Molinillos de viento y placas solares (ja,ja), ya que la cosa va de verderío? Eso pensaba la peña, pero parece que cuando se han puesto a pensar (después, y no antes de tomar las decisiones), han decidido que no era buena idea elegir unas fuentes de energía especialmente caras y cuya producción depende del capricho del viento y de las nubes.

Y tras la improvisación, la payasada. Ya que se trata de usar «energías limpias», verde que te quiero verde, nada como usar el fondo destinado a «cambio climático» para hacer la inversión necesaria en el cambio de fuentes de energía. Y como lo de los molinilos y placas solares no es de fiar, y es caro, usamos ese dinero, previsto para reducir las emisiones de dióxido de carbono, en instalar centrales de … ¡tachán! … ¡carbón y gas natural!

– ¿Que qué?

Tal cual:

The German government wants to encourage the construction of new coal and gas power plants with millions of euros from a fund for promoting clean energy and combating climate change.

The plan has come under stiff criticism, but the Ministry of Economics and Technology defended the idea. A spokeswoman said it was necessary as the government switches from nuclear to other renewable energy sources and added that the money would promote the most efficient plants possible.

En WUWT, y con comentarios:

Me lo pone a huevo Lubos Motl. Si ya lo ha escrito el, y tan clara y sucintamente, no voy a repetir el esferzo. Y ojo, Lubos nunca ha sido especialmente pro nuclear:

Lubos Motl

Mientras los problemas en Fukushima sólo han llevado a una muerte – que no ha tenido que ver con la radiación, un ataque al corazón de un empleado mayor (a comparar con las 14 muertes producidas hasta el momento por los pepinos «orgánicos» españoles, con docenas de consumidores verdes extra en camino) – los luditas [–>] de todo el mundo siguen con su jihad irracional y deshonesta contra la energía nuclear. Alemania se ha convertido en el epicentro de esta lucha.

Justo hace un año, Alemania planeaba extender la vida útil de muchas centrales nucleares. La fecha de cierre viene indicada, en blanco la prevista originalmente, y en amarillo la extendida. La roja es la de inauuración.

Sin embargo, después de Fukushima todo ha cambiado. La histeria de masas ha afectado a los principales partidos del público con el cerebro lavado de Alemania. Se ha acordado cerrar todas las centrales nucleares para 2022.

Por supuesto, Alemania puede sobrevivir una decisión tan insana. Lleva un extraordinario crecimiento del 5,2 por ciento del PIB entre el primer y segundo trimestre de 2011. Aparentemente puede permitirse pagar montones y montones de miles de millones de euros para  varias Grecias, Irlandas, Portugales, españa, y tal vez otros.

Asi que, ¿por que no iba a pagar por la energía extra que va a necesitar? En este momento Alemania recibe un 23% de la energía de las centrales nucleares.

Seguir:

German nuclear suicide: 2022

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