ebooks


Santiago

Hace tiempo, bastante, que no me dirijo a vosotros, queridos co-moyua-blogueros, para comentaros las novedades que en los temas del epígrafe he tenido ocasión de conocer. Hemos vivido y seguimos, inmersos en sucesos políticos y económicos de la máxima trascendencia y tampoco he querido distraeros de vuestras nobles y trascendentes discusiones sobre el (¿putrefacto?) estado de nuestra Nación o lo que fuere. Ahora que se acercan esas fechas tan señaladas, conmemorativas del día en que el niño Dios vino a la Tierra, y para aliviar un poco el fardo del pesimismo que nos abruma, os cuento cositas que puedan distreros, sólo sea unos breves momentos, de las penurias de todo tipo que nos acechan.

Así que, entrando en el tema de lleno, os diré que he tenido ocasión de probar a lo largo de un mes la famosa Galaxy Tablet de Samsung, que tanto da que hablar. Y lo primero es daros unos datos de probable interés. Esta tableta se lanzó comercialmente en Alemania hace poco más de un mes. Salió al mercado con un precio de 730€ y se podía comprar en «amazon.de». Sin modificación de ninguna clase, actualmente ha bajado el precio a 640€; casi 100€ en un mes. En España he leído que se lanzaba con un precio teórico de 850€ -siempre me refiero a productos no ligados a operadoras. Al parecer, con contrato de Vodafone, el precio resulta mucho más razonable.

Por otra parte, hace unos pocos días también se ha lanzado en EEUU. Allí, el precio de la tableta libre, se ha fijado en 600$, alrededor de 500€. De modo que ya está rondando el precio de los últimos smartphones lo que es perfectamente razonable porque eso es lo que la tableta es: un smartphone «gordo». En cualquier caso el precio ya es inferior al de un IPhone G4.

Respecto a la tableta en sí os daré mi impresión personal. Por un lado, el acabado del aparato es excelente; impecable, sólido y con materiales que inspiran confianza. Además, como «cacharro», es bonito. La primera impresión, por tanto, no puede ser mejor. En cuanto a su uso, resulta cómoda y rápida con respuesta inmediata pero no brusca a las instrucciones que transmitimos con los dedos; con el punto justo de sensibilidad a los toques y una sensación de manejo, también muy satisfactoria.

La ventaja fundamental de la tableta sobre el phone convencional, se circunscribe básicamente a tres aspectos que son: por un lado y para quien guste la lectura de libros en páginas similares a los libros de papel, es perfecta. Por otro, se pueden visionar películas con una pantalla más que suficiente para tenerla en las manos o en el regazo. Pero la diferencia quizás más notable se refiere a la navegación por Internet. Con la tableta nos aproximamos tanto al ordenador personal que al cabo de unos minutos no nos acordamos de él. Además, como lleva incorporado en el último Android el visor de Flash, no se echa en falta nada.

Las desventajas, también son evidentes: no cabe en el bolsillo de la camisa, pesa más del doble y abulta cuatro veces más en superficie comparada con un smartphone. Es decir, no es tan «portable». Aunque funciona exactamente igual que el móvil -se puede hablar por teléfono de la misma forma- consume mucha más energía, de modo que la batería incluída, de 4000 mAh (en vez de la habitual de 1400), se vacía en unas seis horas de uso continuado. La recarga de la batería es bastante más larga que la del smartphone y tiene un inconveniente añadido: sólo se puede cargar con el cargador suministrado con el aparato que entrega dos amperios en vez de la habitual unidad que suministran los USB y otros cargadores. La tableta NO se carga enchufándola al puerto USB del portátil. Punto bastante débil.

Y para terminar, no debo pasar por alto lo que me ha parecido el más serio «borrón» en el diseño de esta tableta, y que se resume en su resolución. Sólo tiene 1024×600 píxels para una superficie casi cuatro veces mayor que la de los móviles Android estándar. Pero éstos tienen 800×480. Es decir, sólo tiene un 60% más de píxels para una superficie, como digo, de casi cuatro veces. El resultado, lamentablemente, es que los píxels se ven, algo imposible en los smartphones de que hablamos.

A algunos, esta circunstancia nos molesta extraordinariamente.

Tampoco debo olvidar el hecho de que pesa el doble de un lector medio de Ebooks de tipo «paper». Cogiéndola con una sola mano, al cabo de un rato, ese peso extra se nota.

En resumen, tal y como veo yo este tema, el equipo consistente en un smartphone y una tableta es redundante y poco lógico. Entiendo la tableta si se acompaña del más sencillo, pequeño, simple y barato móvil del mercado y para aquellas personas o que salgan poco de casa o que saliendo, no les importe llevar la tableta encima. Por otra parte, si tengo que elegir entre un móvil, supongamos el Galaxy S de Samsung o su tableta, Galaxy Tab, siempre me quedaría con el móvil.

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Ebooks.-

Nada más que comunicaros que el antiguo blog de Epubs que fue delorablemente cerrado y al que en Moyua’s Home se le daba un trato especial, se ha transformado en una página Web hecha y derecha y sin cerradura de ningún tipo. Mejor dicho, en cinco páginas donde podreis encontrar Epubs, Ebooks en PDF, Ebooks específicos de Teatro, Música y Películas. Se trata de una colaboración llevada a cabo desde tres países distintos -¿una trilateral? desde luego, no un «tripartito»- con el sólo intento de expandir la cultura y sin ánimo de lucro alguno (más bien, un poco de lo contrario). El trío de Alonso_Quijanos recorriendo el mundo… lo podreis encontrar en:

En la página principal, arriba a la derecha, teneis los enlaces a cada sitio. No dejeis de visitarlo. No ha sido pequeño el trabajo hecho desde el hemisferio Sur que sólo podemos admirar. Todavía no hay mucho material, pero los almacenes están a rebosar y se irán colocando nuevos «productos» cada día. Que yo sepa, ya hay, al menos, 500 Epubs a la espera.

Agradezco mucho la paciencia de los que hayan leído estas líneas y envío un muy cordial saludo a todos. Hasta pronto.

Santiago

En lo que sigue voy a tratar de aclarar cómo, partiendo de otro tipo de formato electrónico, podemos hacer un libro en formato EPUB. Como hay muchos tipos de formato, de momento trataremos sólo del más extendido y más complejo a la vez. Es decir, en esta entrada vamos a suponer que partimos de un libro en PDF y que terminaremos con el mismo material en formato EPUB. Suponemos que el libro se titula MyBook; queremos pasar del fichero bajado con el título MyBook.pdf al titulado MyBook.epub.

Existen muchas formas de conseguir esto. La dificultad estriba en encontrar y utilizar la más sencilla, la que menos tiempo nos ocupe y la que de un resultado suficientemente bueno. Por la experiencia que he obtenido haciendo esta labor, creo que puedo decir que para llevar a cabo en óptimas condiciones la transformación a que me he referido, existen una serie de aplicaciones y/o utilidades, a las que llamaré en su conjunto «herramientas», que facilitan notablemente la actividad en cuestión.

Antes de nada, debo decir a los fanáticos de Linux, entre los que me cuento, que por una vez y sin que sirva de precedente, es preciso acudir al Window$ de Gates (hoy comenta LD que «a lo mejor» el bueno de Billy se hizo rico en sus contactos con IBM; ¡ya lo creo! menuda «larga cambiada» les dió: y con el MS-DOS…). Ocurre que hay una aplicación fundamental en toda la cadena a seguir, que sólo «rueda» en Windows; al menos, yo no he conseguido hacerlo en Linux, ni con, ni sin «Wine». Dicho queda.

Todas las demás versiones de libros electrónicos, llámense *.DOC o *.RTF o *.TXT o *.PRC o *.LIT o….etc., tratan el texto de modo más sencillo si lo queremos recuperar. El que siempre ha sido la «piedra de toque» o la «prueba del algodón» para los programas transformadores de formatos, ha sido el PDF. Pues bien, existe un programa que sin ser comercial ni pretencioso (es gratuito), lo hace de forma excelente, pero… sólo existe versión para Windows. Y llevo usándolo al menos 4 o 5 años. Lo mejoran, lo actualizan, alguna que otra vez, pero sólo en esa versión. Se llama «Creator» y ha sido creado por la firma «Mobipocket». (Al parecer, Amazon la ha comprado y es la propietaria actual).

Con lo anterior, vamos a entrar ya en materia. Las utilidades o herramientas que mejor resultado me han dado trabajando en cadena, han sido las que enuncio a continuación:

  1. Creator
  2. Fiction Book Designer
  3. fb2epub.jar
  4. Sigil

El proceso consiste en tomar como entrada de «Creator» el fichero original «MyBook.pdf». Seguir las pasos estándar y obtener como resultado dos ficheros. Uno en el formato propio de Mobipocket, que se llamaría «MyBook.prc» y otro, de tipo auxiliar y que se encuentra en el mismo directorio, que llevaría por nombre «MyBook.html».

Una aclaración: Si instalamos «Creator» partiendo del «creator.msi» que os voy a facilitar, cada vez que lo utilicemos para transformar un libro, creará un directorio con el nombre del título que tenga el fichero del libro. Todos esos directorios que irá creando, los va guardando en el primero que ha creado la primera vez y que lleva por nombre: «My Publications». Éste último, cuelga de «Mis Documentos». Cuando hayais hecho, digamos, el cuarto libro, abrís el Explorador, vais a «Mis Documentos» (o el equivalente si no está en español) y vereis la carpeta «My Publications». Pinchais, la abrís y dentro encontrareis cuatro directorios, cada uno correspondiente a los libros que hayais hecho. Dentro de cada uno de esos directorios estarán los ficheros PRC y HTML que he mencionado arriba.

Esta operación, usualmente, tarda menos de un minuto. Al que le guste leer en el Navegador, puede abrir el fichero HTML con Firefox, por ejemplo, y tendrá el libro delante de sus ojos. Alternativamente, podeis instalar también «Calibre», cuya dirección os facilito. «Calibre» es otro programa libre de cargas y que además funciona en cualquier S.O. Es un conversor de formatos de eBooks. Si le dais como entrada el PRC de Mobipocket creado, os devuelve como salida, si quereis, un Epub. Además le podeis incluir los «metadatos» importantes. El problema es que el Epub de salida es sólo mediocre. Ya veremos por qué.

El camino a seguir para hacer un buen eBook pasa por instalar, también sólo en Windows, la aplicación «Fiction Book Designer» (FBD, en adelante), que os facilito (des-zipear primero). Es un excelente programa que, al igual que «Sigil», sirve para escribir libros o documentos o lo que uno quiera, creando capítulos y apartados, marcando letras en negrita o itálicas, y generando un fichero FB2. (Lo creó un ruso inteligente y trabajador. O sea, que si uno quiere entrar en profundidades, es posible armarse un pequeño lío). Lo más simple es abrirlo; dejar la ventana que ocupe la altura de la pantalla con un ancho de un tercio o algo así; abrir el directorio donde está «MyBook.html» y simplemente pincharlo y arrastralo a la ventana del FBD. El programa tarda un poquito, hace sus «enjuagues» y pronto aparece el libro delante de nuestros ojos.

Usualmente, hay que retocar el «autor» y el «título» pinchando en «Format», (los dos primeros de arriba), y escribiendo, tachando o corrigiendo lo que sea para dejarlo bien. Puede ser adecuado, si el PDF no traía foto de portada, buscar una foto por Internet que sea pertinente, o de la obra, si se encuentra, o del autor…; queda más bonito.

También es habitual tener que revisar el libro rápidamente, para verificar que están señalados todos los capítulos y, en general, que todo está «en orden», corrigiendo lo que no lo esté. Los capítulo se señalan con letras en azul marino. Los apartados, con letras en azul clarito. Es importante no confundirse. Los capítulos son fundamentales para el índice que genera automáticamente. Los apartados… pues depende del lector. El FBReader, del mismo autor, (que también facilito la dirección), lo señala. Pero el mío, en concreto, pasa de los apartados. En la mayor parte de las novelas, los capítulos son simples números, convencionales o romanos. En otros libros, tienen un encabezado o frase…

Es bueno conocer las pocas combinaciones de teclas para cambiar números o texto de normal a «cabeza de capítulo» y a la inversa. Siempre se puede verificar una duda abriendo el PDF original con Acroread o el que sea. Si vemos que se ha saltado y no ha marcado un capítulo (ocurre con mucha frecuencia cuando se numera con números romanos, en el capítulo quinto, o sea una sola V). Sea eso, sea una o más palabras, se marca el texto pasando el ratón presionado por encima y se pulsa la combimación de letras: ALT + T . Si vemos que hay algo que aparece como capítulo y que no lo es, hacemos lo mismo y pulsamos: ALT + P . Para señalar epígrafes, o sea, azul clarito, repetimos la operación y pulsamos: ALT + S (todo esto sin tocar la tecla de mayúsculas).

Para recorrer el texto arriba o abajo, las teclas de PgUp y PgDn son excelentes. Una vez revisado el libro, pinchamos en el primer apartado del «menu», (File o algo así) y elegimos «Hacer libro FB2». Se abre una ventanita donde debemos escribir los metadata: Título del libro, Autor, Tag del libro: Novela, Filosofía, Historia o lo que uno quiera. Por defecto toma como autor y título el que hayamos marcado al comienzo y para el tag sugiere uno, usualmente poco atractivo que se sobre-escribe. Pinchando abajo a la izquierda, hace la operación y coloca el libro donde se indica. (Se puede definir dónde se quiere obtener).

Terminado este proceso tendremos el libro en formato FB2 y, si hemos pinchado la casilla de «zip», zipeado (muy conveniente). Lo abrimos luego con FBReader y vemos si el índice y todo lo demás está a nuestro gusto. Si queremos modificar cualquier cosa y no hemos cerrado el FBD, lo hacemos y re-creamos el libro siguiendo los mismos pasos. El formato FB2 es excelente y sólo tiene unas mínimas limitaciones respecto al Epub. Sin embargo, parece que finalmente es éste último el que ha ganado la partida y es el más universal que existe.

Antes de rematar esta entrada, quiero aclarar que todo esto que he escrito está dirigido a personas extremadamente respetuosas con los libros, que quieren ir haciéndose su biblioteca o mejorando la que reciben, de modo que no parezcan libros sin tapas de cuarta o quinta mano. Para los soberbios, engreídos, fetichistas, vanidosos, prepotentes, acomplejados… o simplemente, amigos de las libros con personalidad y bien editados, o sea, para la mayor parte de los que nos encontramos en los blogs, no deja de tener un cierto atractivo la idea de disponer de un libro único, o por la portada o por un fallo de un carácter tipográfico en la página 272, línea 23, número 17… etc. Se consiguen auténticas «piezas únicas».

Si por el contrario, somos de fácil contento, no hace falta andarse con exquisiteces. Se pasa el PRC por Calibre y a leer, que la vida es corta cual suspiro…

Decíamos que tenemos una «monada» de libro en formato FB2. Bien. Pues entonces, transferirlo a un Epub igual de aspecto y funcionamiento es cuestión de segundos. Para ello, tenemos que tener Java instalado en el ordenador. Para el que no lo tenga, doy también la dirección. Basta con el JRE, o sea, para Windows se elige el fichero que tiene entre 10 y 15 Mb. de tamaño. Los de Linux, ya saben. Una vez instalado Java, se abre una consola de esas negras, asquerosas, que tiene Windows. Si estamos trabajando en el Escritorio o Desktop, escribimos: » cd Escr » y pulsamos la tecla TAB. Aparece la palabra completa y damos a ENTER. (Tenemos que tener en ese Escritorio una copia de la utilidad que os paso «fb2epub.jar», y una copia del libro del tipo «MyBook.zip» o «MyBook.fb2»). Y ya sin tardanza, escribimos en la consola birriosa que nos ofrece Gates, la siguiente frase mágica:

  • «Java -jar fb2epub.jar MyBook.zip MyBook.epub»

Pulsamos ENTER y…. POR FIN!! Nos aparece «MyBook.epub», terminado, con índice y rematadito.

Termino con una «quisicosa» que he vivido esta tarde. He cogido el PDF de la obra «La Decadencia de Occidente» que todos deberíamos leer a pesar de la discutida prensa que tiene. La tengo en versión original en un libro que tiene 1270 pág. Bien, pues he hecho todo esto que os he contado y he tardado en total ¡menos de cinco minutos! Todo perfecto. No había nada que corregir en FBD. Estaba todo en orden. Lo he pasado al móvil y me he puesto a leerlo. Después me ha parecido que obra tan gigantesca no podía «despacharse» con tan poco esfuerzo, de modo que he hecho una foto a la portada de mi libro, y la he añadido como portada del Epub. ¡Una preciosidad! Y a vuestra disposición, claro… 😉

Termino ya. Os he repetido la frase «… os facilito, …os dejo, …os adjunto», etc. Y no, no me he equivocado. Todo lo teneis en el fichero » crear_epub.zip » que os podeis bajar de la siguiente dirección:

Deszipeais el fichero y os generará un directorio donde está todo lo que he dicho y algo más. Será para la siguiente y última entrada sobre este tema. Si no quereis más líos, esperad a entonces para que hablemos de «Sigil» y algunos samples***.zip y algo más. (¡Hombre, podía haberos incluído «La Decadencia…» y también «El Manantial» -Viejecita, con la portada de la peli con Gary Cooper y Patricia Neal!!!. Era maravillosa!)

Si soportais todo esto, me quito el sombrero. Estaré a vuestra disposición para consultas varias.

Santiago

MATERIAL DISPONIBLE DE LECTURA

GENERALIDADES.-

En esta segunda entrada de «Cacharrerías» me voy a centrar, como anunciado, en el material disponible de lectura sin costo alguno. Y digo «sin costo alguno» porque de pago están practicamente ya, y si no, en muy breve plazo, todos los libros disponibles.

Según Zapatero me encuentro por tanto incluído en lo que él llama «Piratas de la Cultura». Así es y, además, lo tengo a mucha honra. Considero que la Cultura, o el acceso a ella, es uno de los primerísimos «Derechos del Hombre», si es que, en verdad, existe alguno, y que aquéllos con menos «posibles» son a los que debemos facilitarles más éste maravilloso bien.

DE DÓNDE BAJAR.-

Conozco a una señora argentina, sólo a través de escritos por Internet, que opina exactamente lo mismo. Se llama Mirta (no sé si nombre real o virtual). Esta mujer, digna del mayor respeto, lleva años luchando contra los intereses económicos de los grupos de presión literaria, tipo «los de la ceja» en formato argentino.

Ella es una especie de Agustina de Aragón de los tiempos en que vivimos. Coloca muchísimos libros en su blog que cada cierto tiempo se lo cierran. Ella abre otro y se repite el proceso. Y así lleva mucho tiempo. Los blogs los hace con Blogger, hasta ahora. Finalmente, estaba sometida a una verdadera persecución y le cerraban sus páginas en menos de 24 horas, de modo que se ha pasado a WordPress. Veremos cómo le va…

Tiene muchísimos libros para bajarse y los presenta con la portada y una breve sinopsis o comentario. Os indico a continuación el link al blog porque ya podeis ir empezando a bajaros lo que querais, y cuanto antes por si se lo vuelven a cerrar:

(Os lo pongo sin el «http://» para que no creen problemas los links que iré poniendo).

Los libros que ofrece Mirta, están todos en español. No hay versiones originales en otros idiomas. Suelen ser ficheros comprimidos en formato RAR o ZIP que al decomprimirlos generan un directorio donde se encuentra el libro en sí, en formato PDF, y una breve sinopsis así como la foto correspondiente a la portada.

Seguro que Mirta os agradecería mucho que le pusiérais unas palabras de ánimo o agradecimiento. Se lo merece. Otro día os hablaré de la música que también tiene disponible, así como de películas «eternas» (o sea, tipo Al) y teatro. Esto lo tiene junto a una amiga brasileña, Sonia con la que lleva un largo recorrido.

El sitio que yo conozco con una librería más extensa disponible se llama «El Último Libro». Se accede simplemente tecleando la dirección:

y eligiendo después «libros», para que salga el catálogo entero. Está muy bien ordenado por orden alfabético y hay muchísimo material disponible de todo tipo de autores. Suele haber dos opciones para bajarselos; una a través de Rapidshare y otra en Mediafire. Da lo mismo, en general, aunque Mediafire suele ser más rápido sin tener que esperar 10 o 20 segundos para que la bajada empiece.

A diferencia de la de Mirta, en esta página se baja uno todas las obras existentes del autor elegido en un paquete comprimido. Al descomprimirlo genera el correspondiente directorio. Hay que ir pinchando en los enlaces de los nombres para saber qué obras hay. Todos los libros están en español.

Finalmente (de momento no voy a atosigaros), teneis la página «reina» de Internet por el tiempo que lleva y lo mucho que hay. La encontrareis tecleando:

y pinchando en Browse Catalog o algo así. A diferencia de las dos anteriores, en esta página existen libros en muchos idiomas aunque con predominio notable del inglés.

QUÉ HACER CON EL MATERIAL BAJADO.-

Dependiendo de dónde os bajeis los libros os encontrareis con formatos de lectura de uno u otro tipo. En lo que sigue, voy a considerar que queremos pasarlos todos a EPUB.

Como luego os diré, existen aplicaciones para copiar emtre formatos que, aunque no perfectas, pueden simplificar bastante la vida.

Pero, en cualquier caso, lo primero es saber qué podeis hacer, cuáles son las herramientas para poder llegar a un libro impecable y en formato de lectura EPUB.

Personalmente considero que un libro «impecable» debe reunir tres condiciones fundamentales aunque lo cierto es que alguna de las tres es más importante que otras. (También depende mucho de lo «perfeccionistas» que seais). Esas condiciones son:

1– Una portada agradable o bonita. La del libro original o no dependiendo de vuestros gustos. Usualmente, «la del libro original» no existe, sino que se encuentra uno, si las busca, diferentes portadas de libros de papel, según edición, editor…etc.

2– Un Índice impecable y cómodo de usar. Este punto es muy importante en teoría.

3– El libro escrito sin errores o fallos, lo que no es muy fácil. Todos suelen tener algún desliz o fallito.

Todos los lectores de Ebooks (dignos de ese nombre) guardan en memoria la página que se está leyendo, de modo que al cogerlo después de una pausa y encenderlo, se encuentra uno por donde iba.

En relación con lo que llevo escrito, debo decir que los libros bajados de Gutenberg, como tienen la opción de bajarlos en formato EPUB, son los que menos complican la vida… siempre que no os empeñeis en que se añadan a vuestra colección de «impecables»: no tienen portada alguna y llevan unas notas al comienzo y al final relativas al proyecto Gutenberg que, algunos preferimos eliminar, ergo… hay que «asearlos» un poquito si merecen la pena. Tened en cuenta que estais haciendo una biblioteca que será «vuestra biblioteca-e» o como querais llamarla.

De la página «El Último Libro», vereis que una vez descomprimidos los ficheros que os bajais, aparecen varios libros y no siempre en el mismo formato. Es muy frecuente el formato DOC de Word. Alguno tiene el formato RTF y algunos otros son PDF’s.

Del blog de Mirta os saldrá cada libro en formato PDF.

De entrada os diré que para trabajar y crear vuestro EPUB, el formato más latoso resulta ser el DOC. De siempre, el que tenía peor fama para «manejarlo» era el PDF, pero, afortunadamente, tenemos una herramienta (aplicación) con los que se manejan estupendamente.

HERRAMIENTAS DE TRABAJO.-

Existen varias aplicaciones (sólo hablo de las «free» o de costo cero) para terminar creando el EPUB final. Enuncio las principales a continuación:

1– Creator (disponible en Mobipoket: http://www.mobipocket.com/en/downloadSoftDownloadCreator.asp)

2– Sigil (editor de EPUB’s. Insustituíble: code.google.com/p/sigil/downloads/list)

3– FBReader (Lector de EPUB): Este lector se puede usar en el ordenata para leer los libros hasta tener un lector y, posteriormente, sirve para ver cómo han quedado los libros que hayamos hecho antes de pasarlos definitivamente al lector. Soporta los formatos EPUB, FB2, PRC y Plucker. De ellos hablaremos a su debido tiempo.

4– Calibre (Intercambiador de formatos)

5– Fiction Book Designer (editor de FB2 muy bueno)

Hay más aplicaciones pero, francamente, las que he puesto ya me parecen un poco excesivas. Además, no todas existen para cualquier S.O. Para Window$, creo que sí. Para Linux y Mac, creo que el «Creator» no está disponible y no sé si para Mac el Fiction Book Designer. Para Linux, no.

Teóricamente, las imprescindibles son Creator y Calibre, pero Sigil es fundamental para el acabado y orden del libro. Calibre y Sigil están disponibles para cualquier S.O. En realidad, sólo con Sigil se puede hacer cualquier cosa, pero a veces el esfuerzo y el tiempo empleado, es excesivo.

Ahora debería empezar con la parte más técnica (y, me temo, más aburrida para algunos). Pero eso quedará para una próxima entrada. Como es fácil imaginar, estaré pendiente para atender cuantas consultas querais hacerme.

Adjunto incluyo unas tomas de pantalla de mi lector donde se ve la portada, el índice y una página de un libro que considero «impecable». No sé si el «Primus Maestrus» podrá ponerlas o no…

Santiago

Me pedisteis ayer que escribiera una entrada relacionada con los libros electrónicos o «ebooks» y a ello me pongo.

Generalidades.-

En primer lugar me gustaría comentar que el tema en cuestión es bastante amplio, dependiendo de dónde queramos poner más énfasis. Por un lado está el aspecto puramente práctico de la compra de un lector para este tipo de material. Por otro, es fundamental saber dónde podemos obtener la lectura y a qué costo. Finalmente y bajo un aspecto más técnico debemos contemplar la facilidad/dificultad de hacernos nosotros nuestros propios ficheros (libros o artículos) en el formato más adecuado y partiendo de documentos en otros formatos de amplia difusión hasta ahora y de los hay en enorme cantidad (no es cuestión de tirar lo existente y además, todo es aprovechable).

En esta primera entrada (sí, me temo que no sabíais el precio de vuestra petición; en asuntos de libros electrónicos creo que se me puede atribuir el título de «pelmazo oficial» sin reserva alguna; ¡serán varias las entradas…!), como digo, hoy toca hablar de los aparatejos electrónicos o lectores.

Personalmente, llevo más de tres años sin leer un libro de papel y leo todos los días. Hasta este año, me he arreglado con un primer «cacharrito» que vendía Nokia (el N810), parecido a un móvil grande con una pantalla de 4.1 pulgadas, y posteriormente, tras regalarlo a alguna de esas voraces alimañas que son los hijos, hermanos y demás parientes, me he pasado a la lectura directa en el móvil. Si seguís un poco la evolución de los teléfonos móviles, habreis visto que en la gama de los llamados «smartphones» (o sea, los caros), la tendencia a aumentar el tamaño de la pantalla se va imponiendo. El único que ha mantenido el tamaño invariable es el IPhone que es muy bonito, una maravilla de fabricación (con problemillas, al parecer en este cuarto modelo) pero absurdamente caro (si se compra liberado) y con las ventajas e inconvenientes que conocen bien los apple-adictos, o sea, «made by Steve Jobs».

Afortunadamente, los «pájaros» de Google desarrollaron el sistema operativo Android lo que ha provocado una avalancha de nuevos dispositivos tan (o más) prácticos que el IPhone, más baratos (no mucho) y completamente «abiertos»: el que sepa (y sea valiente) puede hurgar en el software del móvil, hacer que vaya más rápido, optimizar el firmware…etc. Se han desarrollado varios fórums de hackers que se dedican a eso, se lo pasan pipa y facilitan las últimas mejoras (que se deben utilizar con muchísima prudencia).

No sigo con los móviles porque os aburriría. Resumiré diciendo que un móvil de última generación es realmente un ordenador, que va tan rápido o más que algunos netbooks y que sirve casi para lo mismo, siendo más cómodo para determinadas aplicaciones y menos para otras. A partir de una pantalla de 3.2 pulgadas (los más pequeños) se pueden utilizar como lectores electrónicos. Lamentablemente, no para todo el mundo. A muchas personas no les gusta pantalla y letra pequeñas o no lo ven bien o se cansan de leer. (Personalmente creo que, para los que tenemos «cierta edad» es un problema de graduación de gafas.) Debo confesar que no conozco otro lector empecinado en utilizar el móvil para leer (entre otras cosas, la totalidad de los «Episodios Nacionales») aparte de mi humildísima persona. Y es una pena, porque la sensación que te da salir a la calle sabiendo que llevas dos o tres mil libros encima, aparte de unas cuantas obras de Bach (y algunas cancioncillas menos trascendentes que «El Clave bien Temperado») para escuchar mientras lees y dos o tres películas de esas inolvidables para los descansos, es una gozada. Y todo en el bolsillo de la camisa…!!

Lectores convencionales.-

A lo largo de este último año la industria del ebook, por fin, se ha desperezado y, como suele ocurrir, se lanza a una competición algo disparatada sacando nuevos modelos cada tres o cuatro meses. Estamos, pues, en un momento de rapidísima transición. Y es en situaciones como ésta en las que hay que plantearse bien lo que uno quiere y lo que existe a su disposición.

Las dos filosofías que destacan se diferencian bien por la tecnología utilizada: por un lado tenemos los defensores del papel simulado, que sigue siendo el más utilizado y por otra la opción directa de la pantalla tipo LCD iluminada. De momento, la primera opción va ganando la partida, pero la segunda, y a partir del IPad, empieza a moverse con rapidez. Ya veremos qué pasa o si conviven juntas, que es lo que yo creo que pasará durante una larga temporada.

El «papel electrónico» cuenta con una ventaja teórica imbatible, que es la duración de la batería. Prácticamente todos los sistemas del tipo LCD deben dejarse por la noche cargando. Por otro lado, dicen, se oye, se comenta…etc, que la lectura en esas pantallas cansa menos la vista. Puede que sea una leyenda urbana, pero ha calado entre «el personal». Finalmente, si uno no pretende exquisiteces, resultan más baratos que las tabletas de lectura LCD, aunque eso cambiará.

La gran ventaja del tipo «papel», es, sobre todo, importante en salidas, viajes, vacaciones…etc, donde se desentiende uno de la necesidad de cargar la batería. (Los que escasamente nos levantamos del sofá elegido en nuestra casa, no vemos en ello ventaja alguna.) Sin embargo tiene una, para algunos, pequeña pega que es el tiempo de refresco de la pantalla al pasar la página. (A mi me pone enfermo pero reconozco que soy un tipo raro.) Lo usual es acostumbrarse y rápidamente. Una de las últimas veces que me levanté de mi rincón del sofá, me fuí de viaje a Dubai. Allí compré el último smartphone que quería para mi, y un lector de estos de papel (el iRiver: muy parecido al Kindle de Amazon). El móvil me costó 400 eurazos y el lector, 200. (Sólo si se va uno a un sitio tan absurdo como Dubai se puede patear alegremente la poca pasta que a uno le queda.)

Para no alargarme mucho más (no os preocupeis; ya seguiré…hasta que me pidais piedad), y refiriéndome a los comentarios de ayer con María, diré que he estado echando un vistazo por Internet viendo las novedades, posibilidades…etc. Hay una página en concreto, donde sin grandes y últimas novedades se puede ver bastante bien las peculiaridades de los diferentes modelos. Es ésta:

http://ebook-reader-review.toptenreviews.com/

Como le decía ayer a María, lo del Kindle me resultaba sospechoso. Por un lado tiene sus ventajas innegables, pero los fallos son aparatosos: no admite EPUB, que admiten todos los demás. No admite tarjeta externa, otro fallo estrepitoso. Dice que se pueden llevar mil o dos mil libros. En formato EPUB, un libro, como media (amplia), suele ocupar 500 Kb. En una tarjeta externa de 32 Gb., que ya están a la venta, se podrían llevar hasta 64.000 libros. Tampoco hace falta. Con que tenga espacio para duplicar una hermosa biblioteca privada es más que suficiente.

Como siempre, hacen trampa al dar las especificaciones y el periódico o lo que sea, se vende. Pero bueno, esa es práctica habitual en todos lados. Por ejemplo, hablan de la duración de la batería, similar a la de los demás, pero no dicen que esa duración se calcula sin utilizar la conexión inalámbrica que consume una barbaridad y es totalmente innecesaria.

Si nos fijamos en el modelo de Sony, el más recomendable de los que aparecen, entre otras cosas por su bajo precio (el euro vuelve a estar a 1.3 dólares), y tenemos en casa un ordenata que tenga ranura para tarjetas SD (hoy día, prácticamente todos… no sé si con la excepción del fabuloso portátil de… Apple), simplemente extrayendo la tarjeta del Sony (y lo mismo con los demás) e introduciéndola en el portátil, podemos copiar todos los libros que queramos en un instante al lector. En cualquier caso, mucho más rápidamente, si son muchos, que a través de wi-fi.

Las dos condiciones que he mencionado creo que son «sine qua non» a la hora de elegir un lector. Es decir, lectura del formato universal EPUB y posibilidad de tarjeta externa. Como dato interesante, os diré que en la página de Gutenberg, la primera en distribuir ebooks gratuitamente, sin derechos de autor, han añadido a los formatos que tenían anteriores (texto y html) el formato EPUB que va divinamente, por cierto.

Por otra parte, creo que la compra que se haga hoy de uno de estos aparatos debe hacerse con mentalidad de duración limitada para los más jóvenes (de espíritu, claro!). Luego, esperar tres o cuatro años para que haya cosas mucho más convenientes y con precios razonables.

Otros aspectos a considerar están relacionados con el tamaño de la pantalla y el peso del lector. La pantalla estándar viene siendo de seis pulgadas para que el aparato sea manejable y «movible». El iRiver de mi mujer pesa 280 gr. Que no pase de 300 gr. resulta muy cómodo. De espesor debe ser, como límite, un centímetro. Tampoco es despreciable que tenga ciertos «añadidos» muy convenientes. Volviendo al iRiver (es el único que conozco bien), se puede llevar y escuchar música o grabar lo que uno quiera con micrófono, o sea, hablando o sonido externo.

Pantallas mucho mayores que las de seis pulgadas tampoco son recomendables para leer. Yo diría que siete pulgadas, como el IPad, es un límite. Para leer un libro, las líneas horizontales muy largas no resultan cómodas al saltar de línea. Claro que eso depende del tamaño de la letra. Todos estos «cacharros» permiten cambiarla.

La claridad de las letras depende, claro está, de la definición de la pantalla, que no suele ser espectacular. Todos están pensando para un rango de tamaño de letra más o menos similar: un poco más grande o un poco más pequeña.

Ayer (me volví a levantar del sofá; exigencia de mi adorable esposa) estuve en El Corte Inglés y tuve oportunidad de «jugar» con el IPad. El cacharrito es una maravilla para «pasearse» por la Web y se lee estupendamente. Es rapidísimo y con una pantalla de alta definición. Una gozada. Para mi sería ideal si costara exactamente la mitad, admitiera tarjetas externas y pesara, también, la mitad. Este último punto es su talón de Aquiles. Pesa casi 800 gr. Por cierto, María, el que te gusta de Kindle pesa alrededor de 650 gr. Piénsatelo bien. Aunque todo depende del uso que se le vaya a dar, claro está. Para leer periódicos, puede estar la mar de bien.

Termino ya aunque con la sensación de que me dejo un montón de cosas entre las teclas. La próxima entrega irá dedicada al que llamaríamos «software», o sea, los libros. Perdonad si os he aburrido. 😦