acidificación el mar


Del arranque de las conclusiones:

Aquí presentamos un examen de múltiples especies, años, y etapas de la vida, de las deficiencias sensoriales y conductuales que han sido reportados para peces de arrecifes de coral bajo los niveles de CO2 de finales de siglo, por lo tanto respondiendo a una convocatoria internacional de estudios completos de replicación sobre temas de importancia mundial. En particular, nos esforzamos mucho en mejorar la transparencia, mediante la documentación sistemática de nuestros experimentos proporcionando datos brutos y código de análisis. En contraste con estudios previos sobre las mismas especie y estrechamente relacionadas, no encontramos efectos perjudiciales consistentes de los niveles de CO2 de finales de siglo en la evitación de las señales químicas de los depredadores, los niveles de actividad, o lateralización del movimiento.

El «abstract»:

La presión parcial de CO2 en los océanos ha aumentado rápidamente durante el siglo pasado, provocando la acidificación de los océanos y aumentando la preocupación por la estabilidad del ecosistema marino. Se predice que los peces de los arrecifes de coral serán especialmente susceptibles a la acidificación de los océanos de finales de siglo, según varios artículos de alto perfil que han informado de profundas deficiencias conductuales y sensoriales, por ejemplo, atracción completa por las señales químicas de los depredadores en condiciones de acidificación de los océanos. Aquí, mostramos de manera integral y transparente que, a diferencia de estudios anteriores, los niveles de acidificación de los océanos de finales de siglo tienen efectos insignificantes en los comportamientos importantes de los peces de los arrecifes de coral, como la evitación de señales químicas de los depredadores, los niveles de actividad de los peces y la lateralización del comportamiento. (preferencia de giro de izquierda a derecha). Utilizando simulaciones de datos, mostramos además que los grandes tamaños de efecto y las pequeñas variaciones dentro de los grupos que se han informado en varios estudios previos son altamente improbables. Juntos, nuestros hallazgos indican que los efectos reportados de la acidificación de los océanos sobre el comportamiento de los peces de los arrecifes de coral no son reproducibles, lo que sugiere que las perturbaciones del comportamiento no serán una consecuencia importante para los peces de los arrecifes de coral en océanos con alto contenido de CO2.

De entrevistas en revistas científicas (Science Bulletin):

«Esperábamos que los resultados previos serían fáciles de repetir, por lo claros y contundentes que parecían. En cambio, encontramos un comportamiento consistentemente normal en los peces que aclimatamos a los niveles predichos de CO2 para final de siglo», explica Clark.

El artículo tiene siete autores, todos muy convenientemente «afirmacionistas». Dicen (en opinión, no en estudio), que el CO2 es un problema del carajo. Pero que, en lo que ellos han estudiado, el problema imaginario de los peces locos no es un problema. Trabajan en Australia, Canadá, Suecia y Suiza, en 9 instituciones de prestigio distintas. Enlace a conveniente PDF completo y gratuito:

Este caso es otro ejemplo precioso, el enésimo, del problema con el cuento del clima. Es una ciencia verde, completamente de frontera. Y para facilitar las cosas, está politizada al extremo. Sus popes se comportan más como activistas que como científicos. No tratan de aumentar el conocimiento; intentan «demostrar» la idea-manía sobre la que se soporta su bella causa, ¿Qué se puede esperar que produzca en esas condiciones? Pues montones y montones de «estudios» apoyando la fe; y muy pocos, si alguno, sin prejuicios. ¿Y quién es el guapo que se libra de los prejuicios de los que depende el buen desarrollo de su carrera?

Este estudio tiene un año. Y está publicado en Nature; no precisamente una revista marginal. Y a pesar de mi interés por el tema, ni me había enterado hasta ahora. De los que sí me había enterado, quiera o no quiera, es del montón de estudios de chichinabo sobre peces tarumba en el futuro, por el Calentamiento Global Acojonante. Los autores entran un poco en explicar por qué creen que esos estudios alarmistas no se pueden repetir. Pocos casos para demasiada variabilidad, y mediciones «de aquella manera». De ahí sale lo que les dé la gana a los autores. Y en este tema, «ganas» no es precisamente lo que falta. En este caso han tratado de evitar ese problema, aumentando muchísimo el número de peces a medir, y usando cámaras y software que traza los movimientos y los tiempos. Y repitiendo lo mismo tres años seguidos. Y por supuesto con total disponibilidad de datos y software para cualquiera. La pinta es muchísimo mejor, aunque siga si ser la palabra de Dios. Pero por lo menos tiene algún fuste comparado con los anteriores. Eso sí, no lo vas a ver en tu prensa favorita.

– Tú es que no crees en «la ciencia».

– No seas imbécil. Creo en la ciencia como la mejor forma para la adquisición de conocimiento. Pero esa forma consiste, precisamente, en no «creer» en los resultados de la ciencia, sin mirarlos. Se analizan, se juzgan, y se repiten. Y se comparan con otros. Y el número no dice nada; la mierda, aunque sea mucha, sigue siendo mierda.

Fuentes:

El «paper» en Nature (2020):

Comentarios de los autores en Science Bulletin:

La foto viene del artículo de Science Bulletin.

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Peter Ridd es un profesor e investigador australiano que se ha pasado toda su vida estudiando la Gran Barrera de Coral. También desarrolla instrumentos para medir el estado de ecosistemas marinos. Y los resultados de sus estudios no coinciden con lo que quiere oír el alarmismo climático.

Básicamente dice que al coral no le pasa nada con esto del «cambio climático». Que hay más coral ahora que hace cien años, y crece más rápido. Precisamente por el calentamiento. De hecho, en el mundo, hay más coral donde el agua es más caliente; y no hay ningún lugar con el agua tan caliente como para perjudicar al coral. Lo que sí ocurre es que al calentarse algo el agua de latitudes más altas (aguas más frías), el coral ocupa zonas en las que antes no podía vivir … ¡porque eran demasiado frías! Si quieres buscarle problemas a un calentamiento global, puedes imaginar que a los osos polares no les guste, pero el coral es exactamente lo menos indicado para suponer que el calor le haga mal.

Pone un ejemplo muy bueno, comparando con los árboles. Las semillas de estos se van a desarrollar en un lugar del mismo clima del árbol que las ha producido. Porque caen alrdededor del árbol, o no muy lejos. Pero las esporas por las que se reproduce el coral viajan con al agua cientos e incluso miles de kilómetros. Y la temperatura y otras condiciones van a ser muy distintas casi con seguridad. Por tanto necesita poder gestionar un rango muy amplio de climas, y eso es justo lo que hace. Pero siempre con el esquema de que más temperatura es mejor.

Ridd también ha publicado trabajos sobre la falta de calidad de la mayor parte de estudios sobre el coral. En general, y especialmente sobre el caso del blanqueamiento, y el de la acidificación. Las investigaciones no se chequean, ni contrastan, ni replican. Para empezar, no existen estudios de áreas marinas grandes antes de la década de 1970. Así que no hay con qué comparar. Y el blanqueamiento, que ocurre con El Niño y no con el «cambio climático», lo compara con los incendios de los bosques australianos. El incendio regenera los bosques, y el blanqueamiento regenera el coral. Es la hipótesis del blanqueamiento adapativo, que ya hemos comentado.

Bien, todo esto debería dar lugar a una interesante discusión académica. Pero alarmismo y discusión no casan. El alarmismo, al fin una postura moral, lo que hace es silenciar al discrepante. Y es lo que intenta hacer con Peter Ridd. Primero le cascaron una orden de silencio. Su universidad, James Cook University, le prohibió expresar sus críticas en público. Porque la crítica supone actuar … ¡de forma no colegiada! Imagina; ciencia colegiada, sin crítica. Pero esa es la ciencia del cambio climático. ¡Incluso le prohibieron decirle a su mujer que tenía la orden de silencio!

Ridd les puso una demanda por atentar contra su libertad de expresión, y académica. Y ahora le han expusado de la universidad por no quedarse callado.

On 2 May, 2018, I received a letter from James Cook University (JCU) terminating my employment. JCU have sacked me because I dared to fight the university and speak the truth about science and the Great Barrier Reef.

Estaría bien que esto acabe en una nueva demanda contra la universidad. Vaya, es imprescindible para tratar de mantener algo de cordura contra el cuento del clima. El problema es la disparidad de armas. De cañones. Para la primera demanda Peter tuvo que recaudar AU $95.000, que son como unos 70.000 US $. No es nada para la universidad, que vive de los impuesos; pero es más de lo que podía Ridd. Así que Jennifer Marohasy le organizó una colecta pública, que con la ayuda publicitaria / bloguera de la misma Marohasy, WUWT, Jo Nova, Willie Sonn y Benny Peiser (GWPF), consiguó el objetivo. Y en un pispás.

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Tiene guasa. En la expulsión de ahora le acusan de haber hablado de su caso. Que es precisamente lo que se está viendo en sede judicial: la legalidad de esa orden de silencio. Y si no hubiera hablado, nunca hubiera podido alcanzar los fondos necesarios para plantear la demanda. El perfecto silenciamiento diabólico del crítico, en el que no le dejan salida.

El caso es que los gastos legales aumentan mucho si quiere actuar legalmente contra la expulsión. Hacen falta otros 159.000 AU $. Y parece un muy buen caso para poder ayudar y hacer una diferencia. Y darle en los morros a la recua de alarmistas tarados que pretenden gobernar la academia mediante el silenciamiento de toda crítica.

La página de GoFundMe para las donaciones a la causa legal de Ridd:

Cualquier cantidad suma; nada es demasiado poco. Y Ridd es de las pocas voces críticas con el cuento del coral que puedes escuchar de un científico de prestigio y especialista en la materia. Para mi que merece la pena. Mucho. Peter Ridd es clave.

Por cierto, la JCU ha borrado toda referencia a Ridd en su web, incluidos sus trabajos científicos y un vídeo con una conferencia interesantísima que tenía enlazado en la plaza – y ya no funciona. Hay que acabar con esta gentuza.

Fuentes

WUWT:

Peter Ridd:

Esta plaza:

 

 

Para entonces, tras miles de análisis del agua, y una miríada de experimentos a lo largo de siete viajes a Palau,  el equipo estaba convencido de la respuesta de los corales a las condiciones de lugares como Nikko Bay. En los puntos acidificados, la cobertura de coral es alta, la diversidad es alta, y el arrecife se presenta saludable. El problema está en qué hacer con estos hechos.

“Es fácil asumir que -oh, vale- a Palau le va muy bien. A los arrecifes de coral no les importa la acidificación del mar»-me dice Barkley. El equipo ha estado evitando cuidadosamente decir algo como eso. Ni siquiera han prometido haber encontrado refugios. Pero Barkley sigue pensando que el trabajo en Nikko Bay puede ser una fuente de esperanza. Significa que en alguna parte los corales pueden sobrevivir estas condiciones hostiles.

Del mismo artículo, una foto ejemplo de las buenas condiciones del coral en ese agua muy «acidificada» naturalmente.

palau-reef

Palau es un archipiélago rocoso, muy laberíntico, entre Nueva Guinea y Filipinas. Con muchas lagunas y bahías distintas, y relativamente separadas con barreras internas, de forma que cada una es como un mundo con características aparte.

Demos un paso atrás, para tomar perspectiva. Todo el mundo sabe que el Calentamiento Global Acojonante está matando los corales, y que acabará con ellos en unos cien años. O antes. Es lo que dice la biblia posmoderna. También sabemos que el mal que le causa «el cambio climático» al coral se debe a dos factores: el calentamiento del agua y su acidificación. Y suponemos que en sus 500 millones de años el coral no ha visto cambios climáticos hasta ahora. Seguro.

Y es a esos dos factores, precisamente, a los que se refiera la particularidad de Nikko Bay. Tiene un agua más caliente que la de sus alrededores, que por sí mismos ya son las aguas más calientes del océano global. El Triángulo de Coral. Y en Nikko Bay los investigadores miden una acidificación media comparable a la que el IPCC dice que habrá en cien años.

Es decir, Nikko Bay representa un experimento natural de las condiciones que los alarmistas del clima imaginan para fin de siglo. Y en esas condiciones tiene corales que se encuentran entre los más saludables, bellos, y diversos del planeta.

Ya que hemos mencionado el triángulo de coral, hagamos un inciso. O mejor, un mapa. También le llaman el amazonas de los mares, porque en ningún otro sitio hay tal cantidad de especies de coral. Pero si sobreponemos el triángulo de coral en un mapamundi que muestre la temperatura del mar, se ve que está justo en las aguas más calientes del planeta. Palau queda casi en el centro del triángulo.

triangulo-coral-mapamundi

Es evidente que el coral no tiene un problema de temperatura del agua por el lado del calor, en lo que conocemos. Está contentísimo en las aguas más cálidas que existen. Al contrario; lo que tiene es un límite inferior de temperatura. Unos 18ºC. Se ve muy bien en este mapa de la NOAA, que señala los sitios del globo donde hay arrecifes de coral (clic para texto).

map of coral reef locations around the world

(Nota al margen: El mapa muestra las zonas con arrecifes de coral. Hay otros tipos de coral, o zonas, donde el coral crece sobre las rocas o los elementos duros que ya existen, pero sin la capacidad de crear su propia «roca» a base de acumular carbonato cálcico.)

¿Y de dónde viene entonces la idea de que el calentamiento global vaya a acabar con los corales, por exceso de temperatura y / o de acidificación? Lo de la acidificación viene -una vez más- de la imaginación. Como se ve en Nikko Bay — y hay más ejemplos. Lo de la temperatura, de un fenómeno conocido como blanqueo del coral.

Hay una confusión habitual entre el público. La imagen de ese coral blanqueado, que parece como los huesos de un cadáver, sugiere que está muerto. No es así. Sólo ha perdido las algas [zooxantela –>] con las que mantiene un sistema de simbiosis. Y en realidad las ha expulsado el mismo coral. Se blanquea porque son las algas simbiontes las que le dan el color. Pero el coral (los pólipos) sigue vivo. Sólo que en peores condiciones, porque las zooxantela son las que le proporcionan buena parte de su energía (oxígeno) y nutrientes. Así que cuando está blanqueado apenas crece, y a largo plazo podría morir. La buena noticia es que se suele recuperar. Y la recuperación no es una re-colonización de una zona de coral muerto, sino la nueva adquisición de algas en simbiosis por parte de un coral que está perfectamente vivo. (Esas algas también viven fuera del coral, aunque no tan a gusto).

Y aquí viene la madre del cordero. ¿Por qué se blanquea el coral? ¿Es una muestra de debilidad, o es una muestra de fortaleza?

En principio se sabe que se debe a un cambio en las condiciones del entorno. Y son varios los factores que pueden influir. Cambio de temperatura (tanto hacia frío como hacia calor); cambio de luminosidad del sol (por ejemplo, cuando cambia la cobertura media de nubes); cambio de salinidad; cambios químicos en el agua (por ejemplo, contaminación); cambios físicos en el agua, también relacionados con la luminosidad (por ejemplo, más o menos sedimentos / turbiedad del agua).

Reacapitulemos, que tiene guasa. Que se sepa, puede ocurrir cualquiera de estas nueve variaciones, y se producirá un blanqueamiento.

  1. Contaminación (productos industriales, detergentes, protección solar de los turistas, etc.)
  2. Enturbiamiento del agua — donde era muy clara.
  3. Aclaramiento del agua — donde era turbia.
  4. Mayor insolación.
  5. Menor insolación.
  6. Mayor salinidad.
  7. Menor salinidad.
  8. Mayor temperatura.
  9. Menor temperatura.

Pero como vivimos en el mundo de la calentología, nuestros campeones científicos y de prensa miran -y por tanto ven- casi exclusivamente  el punto ocho. Mayor temperatura. Lo demás no tiene morbo. Y entonces el blanqueo del coral es culpa, sobre todo, ¡del Calentamiento Global Acojonante! Por lo menos, en nuestra época. Si te lo quieres creer.

Como decíamos, hay dos interpretaciones.

1. El coral es muy sensible y está hiper-adaptado a unas condiciones muy concretas. Que, si cambian un poco, lo matan. Sobre todo si es un calentamiento — dice la moda. Es una visión del coral como si fuera una colección niñas de colegio de monjas, que se supone que se asustan por cualquier cosa.

2. El coral es un prodigio de adaptabilidad a condiciones cambiantes, y el blanqueo es precisamente el mecanismo de adaptación. ¿Cómo lo hace? ¡Cambiando de algas simbiontes! En cada momento tiene el «equipo» de zooxantelas que mejor rendimiento le da para esas condiciones de luminosidad, temperatura, y salinidad. Podría vivir perfectamente con un equipo de algas simbiontes suficientemente genérico como para crecer en condiciones muy cambiantes. Pero le resulta mas efectivo elegir equipos especializados, y cambiar de equipo cuando las circunstancias varían. Y el blanqueo es precisamente lo que se ve cuando está cambiando de equipo de algas. Primero se deshace de las que tenía, y se queda descolorido. (El color viene de las algas, los pólipos son más o menos incoloros). Y luego se hace con el nuevo equipo de algas que le conviene en la nueva circunstancia. No está «sufriendo»; es muy cuco, y está haciendo un relevo.

Esta forma de verlo se llama (en inglés) Adpatative Bleaching Hypothesis (Rowan 1991 y Buddemeier 1997), y hay unos cuántos enlaces de interés al final. El coral sería como niñas lumpen de un barrio navajero, que te asustas tú mucho antes que ellas. Sus 500 millones de años de historia, y la relativa baja tasa de desaparición de especies, apuntan por ahí. Lumpen y resistente total.

Si la Adpatative Bleaching Hypothesis es cierta, los experimentos que hacen en tanques para tratar de ver el efecto de la acidificación y el calentamiento sobre el coral quedarían en una situación muy delicada. En realidad ya estaban en una situación muy delicada por otros motivos [–>]. Pero además, ¿quién les asegura que en ese tanque hay las zooxantelas que el coral usaría en la nueva situación si estuviera en la naturaleza?

Antes hemos visto que en las aguas más calientes del mundo hay más coral, no menos. Podemos echar un vistazo a la «acidez» del mar. Entre comillas, porque en realidad es básico en todas partes; no ácido. Y veremos que hay dos zonas (Mar Rojo, y Centroamérica Pacífico) que, además de estar entre las de mayor temperatura del mundo…
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… también están entre las de mayor «acidez».

coral-y-acidez-del-mar

Estas dos zonas, ambas de coral exuberante, tienen una «acidez» como la de Nikko Bay en Palau (ph 7,84), también de coral espectacular.

coral-acidez-palau

Y es una «acidez» del tipo de la que predice el IPCC de media global para dentro de cien años. Los «escenarios» (lineas de colorines) interesantes, por realistas, son el A1B (negro continuo) y el B1 (azul claro), que contemplan mejoras tecnológicas sin políticas climáticas, y pico de población hacia mitad de siglo [–>].

ipcc-acidificación-mar-a-2100

Así que, ¿dónde está el problema del coral… aparte de en la imaginación?

Las imágenes, salvo despiste, están enlazadas a su fuente original.

Añadido (30/5):

Oportunamente, ya tenemos a la prensa confundiendo el blanqueamiento del coral con su muerte. Clic.

el-pais-mata-coral

Enlaces (que son lo más interesante de la entrada):

El artículo sobre el coral en Palau:

La Hipótesis Adapatativa del Blanqueo (Adpatative Bleaching Hypothesis):

Acidificación:

De interés sobre el coral:

 

 

Por todas partes se puede ver que «la ciencia dice» que los arrecifes de coral están muy amenazados, y sufriendo ya por el cambio climático. Por dos motivos; por el cambio de temperatura del mar, y por la acidificación que produce más CO2 en el agua. Y te citan docenas de estudios que lo «demuestran». No puedes leerlos todos, pero sí catas unos pocos, y te das cuenta de que no son más que contorsiones intelectuales jugando con unos pocos detalles de un sistema del que hay más factores que se desconocen que los que se conocen.

Y sin embargo, cualquiera ve, navegando por el Pacífico, que hay los mismos corales (en apariencia) en aguas con diferencias de temperaturas de cerca de diez grados. Tanto en el sentido de sur a norte, por ejemplo en la Gran Barrera de Coral de Australia, como en sentido este a oeste, por ejemplo entre Galápagos y Nueva Guinea. Y que en ese rango de unos 20 a 30 grados, donde más coral hay es en las aguas más calientes.

Respecto a la acidificación, también ocurre que la variación natural, estacional o geográfica, es mucho mayor que lo que le quieran achacar e imaginar al CO2. Así que es imposible que el cambio climático está afectando al coral por el calor y la acidificación, y no importa cuántos estudios – gimnasia quieran presentar al respecto. Simplemente, no se sostiene. Pero el gran problema es que si le achacan esa payasada a «la ciencia», la gente acaba pensando que la ciencia es una broma.

Y luego pasa lo que pasa. Que te encuentras con novedosos estudios, que, ¡oh sorpresa!, encuentran lo que cualquier torero bombero ha sabido desde siempre (clic para llegar):

¡Vaya por Dios! Resulta que los corales sobrevivían tan tranquilamente la transición entre las glaciaciones y los interglaciares (lo que llevan mal es el frío), y ahora «la ciencia» se sorprende y opina que es probable que también sobrevivan al cambio climático que pueda haber en adelante. Acojonante.

Por otra parte no dicen más que lo que cualquiera con dos dedos de frente, de sentido común, y de capacidad de observación, ha dicho todo el rato. Que sí hay mucho coral con problemas en el mundo, y sí tiene que ver con la actividad humana, pero no tiene nada que ver con el CO2. Es por la polución marina, por la sobrepesca, por el malatrato físico, y muchos otros descuidos. Pero si nos dedicamos a mirar el CO2, no haremos nada en favor del coral.

Total, una gran novedad:

  • We chose the iconic Great Barrier Reef because water temperature varies by 8-9 degrees along its full length from summer to winter, and because there are wide local variations in pH. In other words, its natural gradients encompass the sorts of conditions that will apply several decades from now under business-as-usual greenhouse gas emissions.
  • This study has given us a more detailed understanding of the sorts of changes that could take place as the world’s oceans gradually warm and acidify.
  • «And it has increased our optimism about the ability of coral reef systems to respond to the sorts of changes they are likely to experience under foreseeable climate change.»
  • The good news from the research, says Professor Hughes, is that complete reef wipeouts appear unlikely due to temperature and pH alone.
  • «However, in many parts of the world, coral reefs are also threatened by much more local impacts, especially by pollution and over-fishing. We need to address all of the threats, including climate change, to give coral reefs a fighting chance for the future.»

Fuente, LiveScience.com: