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Ceratonia

El agotamiento de los recursos es una falacia. Miguel Anxo Bastos, profesor titular Universidad de Santiago de Compostela

Me ha parecido interesante este vídeo, que recomiendo ver. A mí me ha clarificado mucho las cosas, porque no me había parado a pensar muy detenidamente. Es el debate entre la economía y el ecologismo.

 

Extraigo algunas frases literales:

“No se ha agotado ningún recurso (natural). Al contrario, ha más que nunca”.

“Los recursos económicos llevan bajando (de precio) en los últimos 100 años”.

“¿Para qué se hizo ahorrar carbón a la gente? Ahora hay todo el carbón que se quiera. No vale para nada. Si acaso para quemarlo en centrales térmicas subvencionadas”.

“El Verdadero recurso es la inteligencia”.

“¿Quién salvó más árboles, el pen-drive o los ecologistas?»

Yo añadiría otra sentencia reconocida: que la bombona de butano contribuyó más a la repoblación forestal que toda la profesión desde que se creó como tal.

En todo caso, parece que tiene razón. Y si tenemos en cuenta la incorporación de las neuronas de los millones de chinos e indios al conocimiento y la investigación, parece que la tecnología a la que podremos acceder no tiene límite…

Gracias. Ceratonio

 

Ceratonia

En relación con el artículo del Sr. J.M. Mulet [Plantar los bosques del futuro no es fácil –>], del que hace referencia Haddock [–>], creo que si lo leemos detenidamente, sólo se salva el título, pero no porque resuma y represente de forma eficaz y lógica lo que viene después, sino por el verdadero esfuerzo físico que supone plantar –generalmente sin maquinaria- los futuros árboles y arbustos de ese ansiado bosque (como dijo Lope, “…quien lo probó lo sabe”).

En primer lugar, tengo la sensación de que puede confundir masa forestal con superficie forestal. La superficie forestal no ha crecido tanto como lo ha hecho el número de arbolitos (pies mayores (de 75 mm de diámetro a la altura del pecho) y pies menores). [Lo de medir el diámetro a la altura del pecho es para no tener que agacharse o empinarse]. Se puede ver en este gráfico sacado de: http://www.magrama.gob.es/es/biodiversidad/servicios/banco-datos-naturaleza/informacion-disponible/tablas_resumen_IFN3.aspx

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El buen Sr. Mulet continúa con su disertación, que va encaminada hacia el objetivo final. Sin embargo parte de varios errores:

Cuando dice:

Pero a pesar de la buena intención y de la inversión realizada, muchos fracasan. El fallo es pensar en lo que hay ahora y no en lo que vendrá.

Se equivoca soberanamente. Cuando se planifica una repoblación forestal, o una reforestación, por supuesto que se tiene en cuenta lo que es previsible que venga, pero también lo que hay. Lo malo es que aquí casi nadie es adivino, y entonces no es fácil acertar que lo que hoy proyectamos sea lo deseable dentro de 80 ó 100 años. En el mundo forestal, cuando se ordena un monte (Ordenación=planificación de actuaciones durante los años de vida que decidimos dejarles en este mundo a esos árboles), se hacen revisiones completas cada 10 años, dado que lo normal es que las circunstancias (no sólo las climáticas) no sean las mismas a lo largo de la vida de los árboles que en el momento de la plantación o inicio de la ordenación.

Cuando dice:

Ahora mismo estamos en un contexto de cambio climático. Los árboles no se mueven, pero los bosques sí. Cada planta tiene unas condiciones de temperatura óptima…

La realidad es que siempre estamos en un contexto de cambio climático. Por tanto, y siguiendo el mismo axioma, los bosques se estarán moviendo continuamente, ¡claro! Por eso la vegetación cubre todo lo que puede con el tiempo. Y claro que cada especie (mejor que planta) tiene unas condiciones de temperatura óptima, pero hemos de añadir que con un rango bastante amplio… Pero no sólo influye la temperatura, hay muchos otros parámetros que lo condicionan, siendo la temperatura, pasando de 0ºC, uno de los que menos influyen en muchas especies. La insolación, la orientación, la humedad relativa, la pluviometría, la pendiente, el pH del suelo, la competencia de otras especies, ¡el ganado!, el ser humano, etc.

Este movimiento no es una cuestión de siglos, sino de años, pudiendo ser de entre 1 a 10 metros al año, como bien sabe cualquiera que tenga un campo cerca de un pinar.

Con un rango de variación de 1 a 10 cualquier experimento funciona. Y la validez científica del método de observación al tener un pinar cerca de tu campo es digna de una tesis doctoral.

Pero imaginemos que partimos de cero, o que la extensión a repoblar es grande y no podemos permitirnos esperar que el bosque anexo lo colonice por que antes la erosión se habrá comido el suelo y tendremos un desierto. En esos casos la tendencia es a poner las especies y variedades que había anteriormente, esa sobrevaloración del producto local.

¿En qué quedamos? ¿partimos de cero o había algo antes? Sr. Mulet, a la hora de la elección de las especies principal/es o/y secundarias influyen muchos factores, pero casi todos se acomodan a las características socioeconómicas del momento. Me explico: En las repoblaciones masivas con Pinus nigra (pino laricio), con Pinus pinaster (pino resinero), Pinus sylvestris (pino silvestre), Pinus halepensis (pino carrasco), etc. que se hicieron en los años 50 y 60 (repoblaciones franquistas) el objetivo era emplear a una masa importante de población rural, proteger las cuencas vertientes de los embalses que se estaban construyendo y –también pensaban- crear una importante riqueza maderera para el medio y largo plazo (construcción, etc.).

En las repoblaciones que se hacen hoy (siglo XXI) no hay ningún objetivo maderero, porque se sabe y se sabía que la producción en España (salvo la franja norte) es mínima. Se atienden otros “criterios sociales” tales como el paisaje, la biodiversidad, para lo cual se emplean quercíneas (básicamente la encina), arbustos para la fauna, otras frondosas, etc. y dejan en un papel secundario a los frugales pinos. Hace 60 años todo ingeniero de Montes en su sano juicio ejecutaría terrazas en los terrenos en pendiente. Hoy ninguno se atreve, aunque es sobradamente conocido que es la única forma eficaz de aumentar la capacidad de retención de agua, y, en definitiva, crear suelo.

Sin embargo, las especies son las mismas. Sus características fenotípicas no han cambiado. Los pinos son los mismos ahora que hace 100 años, y también los quejigos y los majuelos. Lo que ha cambiado es la supuesta “demanda social”, de una masa de gente malinformada generalmente.

Esto tiene el fallo de no considerar que un árbol tiene un crecimiento lento y que el clima está cambiando. Las condiciones que tenía el bosque anterior, que eran ideales para determinadas especies, no necesariamente van a ser las que se encuentre la nueva plantación.

Sr. Mulet, ¿usted se cree que el Ingeniero de Montes más tonto no sabe la tasa de crecimiento de cada una de las especies forestales de nuestro país en cada una de las regiones de la Península? Pues se equivoca. Es más, a los pinos se les considera especies de crecimiento rápido, y tienen turnos de 80-100 años. ¡Figúrese una encina!

Y sigue en su error. Cuando se plantea una repoblación en una superficie muy extensa (cientos de hectáreas), sobre un terreno desprovisto de vegetación, por supuesto que las condiciones de ese momento no tienen nada que ver con ese mismo terreno cubierto por un pinar, por un robledal o por un bosque mixto. Claro, la insolación, la exposición, la capacidad de retención de agua del suelo, la disponibilidad de nutrientes y la competencia, etc. no son comparables.

Por lo tanto, una repoblación forestal no es algo tan bucólico como ir al campo y plantar árboles en plan excursión escolar, sino que hay que tener en cuenta diversos factores como los modelos climáticos y un estudio de variedades y especies para ver cuales se pueden adaptar mejor no a las condiciones actuales, sino a las que se esperan

¿Me puede decir cuántas repoblaciones ha realizado usted para decirme lo que es o no es? ¿Me puede decir cuántas plántulas ha colocado Vd en el surco subsolado por un bulldozer? ¿Me puede hablar de origen de la semilla, sustratos, germinación en vivero, envases, sistemas radiculares, época de plantación, aviverado en obra, …y luego encontrar gente que plante?

Y ahora, si quiere, hablamos de la elección de especie teniendo en cuenta un aumento de temperatura. Pero también podemos hablar de la elección de especie teniendo en cuenta una modificación en la pluviometría, o en el régimen de esa pluviometría, o teniendo en cuenta la mayor demanda de piñón del pino piñonero, o de la elección de especie teniendo en cuenta el descenso del número de cabezas de ganado ovino y caprino en nuestros pueblos, … las variables son demasiadas.

Afortunadamente, se tiene ya mucha experiencia en repoblaciones. Y, más o menos, se sabe lo que puede ir en cada sitio. Y luego está la realidad del momento. Por ejemplo, hace 16 años en el Páramo de Masa (BU) me cambiaron la especie y densidad de plantación porque cambió el compañero/a funcionario/a entre la adjudicación de la obra y la ejecución… sólo eran 1.500 ha…

En Badajoz repoblamos con pino piñonero porque el piñón genera importantes recursos. En Madrid se plantaban 400 ud/ha de encinas a 400.000 pta/ha mientras que en Segovia o en Toledo eran 1500 pinos/ha a unas 175.000 pta/ha. ¿Qué influía? ¿El clima? ¿el cambio climático? NO. Yo lo llamo circunstancias socioeconómicas de cada momento y en cada lugar.

Por supuesto que se tiene en cuenta la posibilidad de que aumente la temperatura, y de que baje, pero los índices bioclimáticos de nuestra geografía no han cambiado sustancialmente en los últimos 30 años, o al menos mucho menos que la amplitud ecológica de la mayoría de nuestras especies forestales. Prueba de ello es que aumenta el número de pies en todas las provincias de España.

Para mi sorpresa, ya hay datos del 4º Inventario Forestal Nacional, de momento sólo para la Comunidad Autónoma de Galicia, con fecha del año 2009. Los datos, sacados de la misma fuente nos dicen esto:

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Y si lo queremos por especies, a nivel nacional, ¿vemos que alguna vaya en declive?

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En fin, acabo con una cita de la que siento no recordar el autor, pero era la siguiente:

REPOBLAR Y MORIR EN COMBATE SON COSAS FÁCILES SI SE ACEPTA LA VIDA COMO SACRIFICIO DE UN IDEAL.

Saludos

Ceratonia

Ceratonia

Leo en ElPais, supongo que con motivo de que ayer fue el “día de la Tierra”, que están desapareciendo los árboles más grandes del planeta: http://elpais.com/elpais/2016/04/22/ciencia/1461312729_887184.html

Cuando te lees el artículo te mezclan una serie de referencias y datos entremezclados, para concluir que el cambio climático también es el causante de que se vayan muriendo los árboles más viejos, como no podría ser de otra manera…

Pero, por otra parte, es lógico, que los árboles más viejos se vayan muriendo, ¿no?

Y otro razonamiento que no termino de entender: si son los más viejos, habrán superado épocas muy diferentes de sequías, plagas, ventoleras, etc. durante su larga vida, por lo tanto, no entiendo el razonamiento de:

La nueva amenaza es el calentamiento global. «El cambio climático lleva las condiciones climáticas a niveles fuera del rango normal del nicho idóneo para el crecimiento y desarrollo del árbol», explica Lindenmayer. «Por ejemplo, la reducción de las lluvias en el sureste y suroeste de Australia provocará que estos grandes y viejos árboles no vuelvan a alcanzar la altura y tamaño que solían. En otros casos, las condiciones cuando se produjo la primera germinación hace 500 años son tan diferentes en la actualidad que no podrán volver a germinar en las mismas áreas donde crecen ahora», añade”.

La verdad que poder estar al lado de un gran ejemplar de una especie arbórea es un privilegio y trasmite una cierta sensación de inmensidad. Además ese individuo tan grande, mucho más que sus vecinos, suele ser el más viejo (aunque no siempre). Pero también suele ocurrir que si nos fijamos con detalle, el pobre gran árbol presenta numerosos síntomas de su larga lucha por la vida: suelen tener podredumbres, numerosas heridas causadas por el viento, animales, etc. Pero ahí está, dejando su semilla, y sirviendo también de cobijo para numerosas especies de vertebrados (siempre se dice de vertebrados porque es fácil localizarlos. Hay muy pocos estudios que se pongan a buscar bichos más pequeños…, y casi ninguno de bichitos mucho más pequeños, que también deberían contar).

Pero claro, algún día tendrá que morirse, de lo que sea. [En la Escuela de Montes había tres santos a los que se achacaba la muerte de los árboles: San secao, San caído y San muerto. Estoy seguro de que cuando se muere algún árbol ha intervenido alguno de los tres, y no es broma].

Porque, además, es muy fácil admirar las grandes sequoias norteamericanas, y decir que qué grandes son, y qué viejas son, porque nos cansamos de mirar para arriba. Pero ¿qué pasa con árboles más humildes como, por ejemplo, el Acerolo del Cortijo de Balsa Alta, ubicado en una finca privada de Vélez-Blanco, Almería? Se encuentra catalogado por la administración autonómica como árbol singular por sus dimensiones, mayores que el resto de miembros de su especie (pongo este ejemplo porque es el primero que sale en el inventario de árboles singulares de la Junta de Andalucía, que es la primera que he mirado a ver lo que tiene).

Con esto quiero decir que tendemos a fijarnos en determinados records en la naturaleza que son sobresalientes, pero que carecen de una generalidad objetiva para el conjunto de las especies, como para obtener conclusiones de si los que son más altos, o más viejos, se están muriendo antes o no de lo que les correspondería en caso de que yo no hubiese cogido el coche.

En España, a nivel nacional, no he encontrado inventarios de árboles excepcionales, supongo que porque está transferido a los reinos de taifas. Pero las diferentes administraciones menores sí elaboran con profusión inventarios y guías de árboles singulares: lo hacen las Autonomías, lo hacen las Diputaciones en su respectiva provincia, y lo hacen los ayuntamientos en sus parques y jardines, cosa que está bien. Acabamos sabiendo que hay un árbol que sería interesante ir a ver en Estalaya, cerca de Celada de Roblecedo, más allá de Cervera de Pisuerga, en Palencia, que se llama el Roblón, y que impresiona por su diámetro, sus heridas cicatrizadas, su pinta de viejo, y sus enormes dimensiones en su conjunto (por ejemplo).

el-roblon-en-estalaya.png

Pero no hay datos objetivos de que su muerte (si es que se produce con nosotros en vida) tenga que ver… con ¿qué?. Pero, claro, te lo sueltan así, un sábado, en una primavera lluviosa… y te sigue empapando el cerebro, un poco más. Pues yo no me lo creo (la noticia, digo).

Y, aún a riesgo de repetirme, vuelvo a hacer alusión a los inventarios forestales realizados y publicados por el Ministerio de Medio Ambiente (estos datos sí me los creo y son oficiales):

http://www.magrama.gob.es/es/desarrollo-rural/temas/politica-forestal/inventario-cartografia/inventario-forestal-nacional/default.aspx

Me gusta mirar Andalucía o alguna de sus provincias, como Almería, porque siempre lo han puesto de ejemplo de la zona que antes quedaría arrasada por el desierto abrasador del cambio climático ese (y porque, efectivamente, es una de las zonas más representativas del clima mediterráneo alcanzando el subdesértico y desértico en algunas zonas). Los datos, elaborados en un sencillo Excel nos presentan la siguiente gráfica:

arboles-por-provincias-andalucia.png

Y, a título anecdótico, adjunto un gráfico –que realmente no vale para nada- del número de árboles por habitante en cada una de esas provincias (con datos de población del año 2010)

arboles-por-habitante-andalucia-provincias.png

En fin, reproduzco las conclusiones obtenidas tras comparar el IFN3 con el IFN2 expresadas en el enlace anterior http://www.magrama.gob.es/es/desarrollo-rural/temas/politica-forestal/inventario-cartografia/inventario-forestal-nacional/index.aspx

  1. Se detecta un notable aumento de la superficie de monte arbolado a costa de una disminución de la del desarbolado y cultivo.
  2. La biomasa arbórea existente en los montes es ahora mucho mayor que la que mostraba el IFN2, tanto en valores absolutos como en valores por hectárea.
  3. En las provincias cantábricas la expansión del eucalipto ha sido espectacular a pesar de que cada vez se corta más madera de dicha especie.
  4. Las frondosas autóctonas (robles, castaño, haya, quejigos, etc.) han crecido considerablemente tanto en superficie como en biomasa.
  5. La cantidad de árboles de grandes dimensiones se ha incrementado mucho pero, en cambio, hay ahora menos pies pequeños que hace 10 años.
  6. En general los bosques españoles están en la actualidad igual o más sanos que antes.
  7. Prácticamente todos los indicadores de desarrollo sostenible muestran una evolución positiva de los montes españoles.
  8. Los valores de las cortas obtenidos por comparación de este inventario con el segundo son superiores a los mostrados en las estadísticas oficiales elaboradas por el MAPA. Una fracción importante de dichas cortas no se saca de los montes y queda allí para bien: protección de la biodiversidad y retención del carbono, para mal: peligro de incendios y facilidades a las plagas.

 

Un saludo,

Ceratonia

Ceratonia

(dedicado a Viejecita)

Hace tiempo que tenía ganas de hacerlo, pero no siempre encontramos el modo y el momento de ponernos a ello. La idea es: ¿cómo van nuestros bosques, nuestros montes? La idea que ronda por la mente de la mayor parte de la población es que están en peligro, se queman, nos los estamos cargando –qué malos somos-, etc. (esto no es científico, pero sí he sondeado mi entorno).

Y he hecho el pequeño esfuerzo de buscar en el INE, que me ha redirigido al MAAMA (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente), después de que me llegara el siguiente enlace de la FAO:

Se pueden leer cosas como:

Los bosques del mundo siguen disminuyendo, a medida que la población aumenta y las áreas forestales se reconvierten a la agricultura y otros usos, pero en los últimos 25 años la tasa de deforestación neta mundial ha disminuido en más del 50 por ciento

Hoy en día, la mayor parte (un 93 por ciento) de la superficie forestal mundial es bosque natural: una categoría que incluye las áreas de bosque primario donde se han minimizado las perturbaciones humanas, así como áreas de bosque secundario que se han regenerado de forma natural.

El bosque plantado -otra subcategoría- representa actualmente el 7 por ciento de la superficie forestal total del planeta, tras haber aumentado en más de 110 millones de hectáreas desde 1990.

«La gestión de los bosques ha mejorado enormemente en los últimos 25 años. Aquí se incluye la planificación, el intercambio de conocimientos, la legislación, las políticas: toda una serie de pasos importantes que los países han implementado o están implementando»

Con esto, creo que sobran comentarios.

Parece que la cosa no está tan mal, a la vista de esta información. Pero, ¿cómo estarán los bosques en España?, y más concretamente, ¿cómo estarán los bosques en Andalucía?, que es la región más al sur de la Península Ibérica, y la que más “sufrirá las consecuencias del maligno cambio climático”?, … y todavía afinamos más: ¿cómo le irán a los bosques de la provincia de Almería?, si ya era subdesértica, con estos años de asfixia anhídrido carbónica, será interesante comprobar cómo se reduce o no la superficie de bosques que allí pueda quedar… (esto con tono irónico en modo superlativo).

Pues bien, la mejor herramienta es comparar los IFN2 e IFN3. Reconozco que en esta ocasión no ha sido difícil dar con ello:

Primero busqué en el INE (que no es el mejor sitio): http://www.ine.es/dyngs/IOE/es/operacion.htm?numinv=04004

Y me redirigió al MAAMA, a la sección de inventarios: http://www.magrama.gob.es/es/biodiversidad/estadisticas/Inventarios_nacionales.aspx

Los IFN son magníficos inventarios de las características de las masas forestales españolas, de riguroso carácter técnico, cuyo objetivo es conocer todos los parámetros interesantes (botánicos, ecológicos, económicos, etc.) de los montes en un momento dado. Aunque el IFN1 es de los años 1966-1969, ni la metodología empleada, ni los medios técnicos disponibles en esas fechas, permiten su comparación con los trabajos posteriores.

En cambio, el IFN2 (1989-96) y el IFN3 (2002-2007) son unas gigantescas bases de datos rigurosamente planificadas y ejecutadas (algo de responsabilidad tuvo en ello D. Juan Ruiz de la Torre, Catedrático de Botánica de la ETSI MONTES), y permiten ver la evolución de las masas forestales en España con una fabulosa precisión.

Los datos que a continuación indico están sacados del documento “Resumen General (1MB)” de la hoja: http://www.magrama.gob.es/es/biodiversidad/servicios/banco-datos-naturaleza/informacion-disponible/tablas_resumen_IFN3.aspx

Y, por ejemplo, para el caso de la provincia de Almería (máxima expresión del desierto en nuestra Península):

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Veamos qué ocurre con la región de Andalucía, que también es indicativa del malvado cambio climático ese por su situación meridional:

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Según esto, y repito, la metodología del trabajo es extremadamente rigurosa, tanto en Andalucía, como en la provincia de Almería, en concreto, aumenta la superficie de monte arbolado, aumenta la superficie de uso forestal, y disminuye la superficie de monte desarbolado, es decir, ¡el monte crece! El monte está aumentando, está creciendo, tanto en superficie como en pies mayores y menores (es decir, se regenera), aumentando también la biomasa arbórea.

Veamos qué pasa con nuestra querida España:

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En fin, yo creo que queda meridianamente clara la evolución de nuestra masa forestal, incluso en la zona supuestamente más crítica, como puede ser Almería, o Andalucía.

Y, visto esto, ¿qué pasa con las predicciones siempre catastrofistas de que se iba a acabar el mundo, o, mejor dicho, que al menos media España iba a ser un desierto más o menos por estas fechas?

Reconozco que también me he quedado un poco sorprendido de que esto tuviese esta magnífica pinta.

Ceratonia.

Ceratonia

No soy de Tordesillas, ni he visto nunca el espectáculo del Toro de la Vega, pero desde pequeño acudo con frecuencia a encierros, suelta de vaquillas, y alguna que otra corrida de toros. En definitiva, me gustan los toros, y disfruto viendo esos eventos.

No pretendo entrar en política –me aburre soberanamente- pero sí en intentar reflexionar sobre si la prohibición de la muerte cruenta del toro de lidia, puede acabar con su propia existencia.

En primer lugar, no sé si el toro de lidia es una raza o no, y, por lo que he leído no está aún muy claro. Es el resultado de numerosos cruces que a partir de determinado momento interesaba su bravura. Buscando éste carácter, a lo largo de siglos, se van logrando ciertos encastes en los que sus individuos reúnen unas mejores características para lo que se va buscando.

Por otra parte, toda esta mejora genética se realiza en un entorno como el de la Península Ibérica, caracterizada por unas condiciones edafoclimáticas muy particulares, y extremadamente variables a lo largo del año.

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El resultado es una maravillosa adaptación de un determinado tipo de ganado en un entorno muy particular, con pastizales específicos que se sostienen en el tiempo gracias a un determinado tipo de ganado, adaptado perfectamente a esas mismas especies de las que se alimentan. No cualquier ganado, lógicamente, puede pastar en los prados y pastizales de las dehesas. (Aún recuerdo muchas cosas de las clases del Prof. D. Antonio Prieto en la asignatura de Pastos –una de las más difíciles de la Escuela de Montes-).

Por tanto, y planteo, si se deja de usar el toro de lidia para su muerte cruenta, ¿perderemos esa riqueza genética que se ha conseguido con mucho esfuerzo durante tantos años? Es decir, pretendiendo defender al animal, ¿se acabará con su existencia?

En mi opinión, parece claro que sí: al no ser interesante económicamente, dejará de fomentarse esa característica que lo define. Y también se producirán alteraciones en el ecosistema de los pastizales, cuyas especies serán sustituidas por otras: aquellas que soporten a otras razas de dudable interés económico como fuente de carne.

Si mi razonamiento es correcto, no entiendo que haya gente que pretenda salvar a estos animales, cuando realmente, puede acabar con ellos.

El burro prácticamente se ha extinguido por carecer de interés económico. El caballo de carreras dejaría de existir si no hubiese carreras de caballos. ¿Qué puede ocurrir, que se reduzca la presencia de toros a zoológicos o granjas de conservación? Pues sería una pena.

No me preocupa trascendentalmente que una especie se extinga o no, salvo que me afecte muy directamente. Pero me gustan los toros y me apetece seguir disfrutando de su estampa, de su agresividad y del juego que dan allí donde van.

Y, en todo caso, os aseguro que mucho más cruel que ver morir un toro en la plaza, o a lanzadas, pero que mucho, mucho más cruel, es ver entrar al matadero a un grupito de corderitos, todos blanquitos, balando de forma tierna. Se me mete ese balido hasta el hígado.

Ceratonia.

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