Cambio Climático


La noticia recogida de Watts Up With That no puede ser mas deprimente.

Aprovechando las horas bajas que la prensa atraviesa en esta nueva era digital, las mafias del pensamiento único, perdón, las multinacionales filantrópicas dedicadas al CCA, aprovechan para untar y engrasar las organizaciones de prensa para ponerlas descaradamente a su servicio. Y éstas, aceptan el nuevo papel encantadas. Quien pone la pasta, pone las «noticias»;

Propaganda climática

Los comunicados de prensa pagados ahora son oficialmente las noticias: AP anuncia la ‘mayor expansión individual’ de informes climáticos ‘pagados a través de subvenciones filantrópicas’ de 8 millones de $.

Bienvenidos a una nueva forma de Periodismo de Chequera. 

“La AP ahora tendrá cero ‘obligación de servir como perros guardianes sobre los asuntos públicos y el gobierno’ y en su lugar se dedicará a enviar mensajes de perros falderos de sus pagadores. ¿Alguna vez la AP ofenderá a sus donantes y mirará críticamente al panel climático del IPCC de la ONU? ¿O la NASA? Es un pensamiento ridículo”.

La cobertura de los medios de comunicación sobre el cambio climático ha caído a un nuevo infranivel periodístico. The Associated Press declaró el 15 de febrero de 2022 que ya no es «recelosa» de aceptar millones de dólares de grupos de presión para expandir la cobertura del cambio climático de la compañía de noticias. Los principales medios de comunicación, encabezados por Associated Press, ahora admiten públicamente que solo están llamando para informar sobre el ‘cambio climático’.

 Dirigida por la Fundación Rockefeller y otros , la AP repetirá lo que pagan los fondos de los grupos de activistas ideológicos, mientras que las noticias reales serán descartadas.

Las cosas así pues quedan así;

Código de Ética SPJ:   “Esté alerta y sea valiente para responsabilizar a quienes tienen el poder. Dar voz a los sin voz”.

Verificación de la realidad : AP ahora será subordinada y servil ‘acerca de responsabilizar a aquellos con poder’, especialmente aquellos que les dieron incontables millones para promover la propaganda climática.

Código de Ética de la SPJ:  “Reconocer una obligación especial de velar por los asuntos públicos y de gobierno”.

Verificación de la realidad:  AP ahora tendrá cero «obligación de servir como perros guardianes sobre los asuntos públicos y el gobierno» y en su lugar se aprobará enviar mensajes de perros falderos a sus pagadores. ¿Alguna vez la AP ofenderá a sus donantes y mirará críticamente al panel climático del IPCC de la ONU? ¿O la NASA? Es un pensamiento ridículo.

Código de Ética SPJ:  “Cuidado con las fuentes que ofrecen información a cambio de favores o dinero; no pagues por el acceso a las noticias.”

Verificación de la realidad:  AP NO ‘desconfiará de las fuentes que ofrecen información a cambio de favores o dinero’, sino que buscará incluso dinero de donantes adicionales por un trabajo bien hecho que promueve la histeria climática.

Código de Ética de SPJ:  “Negar un trato de favor a los anunciantes, donantes o cualquier otro interés especial, y resistir la presión interna y externa para influir en la cobertura”.

Verificación de la realidad:  en lugar de ‘negar un trato de favor’ a los ‘donantes’, AP brindará un ‘trato de favor’ no solo a sus patrocinadores actuales de las noticias, sino también a cualquier otro donante potencial que pueda ayudar a expandir sus informes sobre el ‘clima’.

Código de Ética de SPJ:  “Distinga las noticias de la publicidad y evite los híbridos que difuminan las líneas entre los dos”.

Verificación de la realidad:  lo más probable es que la AP «evite los híbridos» de «noticias y publicidad» y, en su lugar, opte por los comunicados de prensa completos de las fundaciones que financian la AP. El periodismo convencional moderno se ha convertido en un triste saco de mierda.

Nos informa Watts Up With That? en este artículo.

Resulta que una persona, tan sólo una como suele ser a menudo, pone delante de un juez a una gigantesca mega multinacional y le baja los pantalones.

¡Y la tiene diminuta!

El periodista John Stossel está demandando a Facebook después de que los ‘verificadores de hechos’ de Facebook etiquetaron la información sobre el cambio climático que Stossel publicó como «falsa y engañosa». En medio de todo esto está el infame sitio web «Climate Feedback» que tiene un grupo de fanáticos del clima que escriben lo que dicen son «verificaciones de hechos» para artículos, videos y noticias con las que no están de acuerdo.

En su respuesta al reclamo de difamación de Stossel, Facebook, en un tribunal de justicia y bajo juramento, responde para negar la mayor que no puede ser demandado por difamación (que está haciendo una afirmación falsa y dañina) porque sus ‘verificaciones de hechos’ son meras declaraciones de opinión en lugar de afirmaciones fácticas.

La diferencia es clara como el cristal, para Fb. Las «verificaciones de hechos»  en sí mismas no son falsas ni difamatorias, ni por tanto punibles, por el contrario, constituyen opinión protegida. A ver que opina el juez.

Estas «verificaciones de hechos» se muestran abiertamente ahora como simplemente una agenda para suprimir la libertad de expresión y la discusión abierta de la ciencia al disfrazar el activismo de los medios progresistas como algo supuestamente noble, neutral, confiable y basado en la ciencia.

Justo lo que no es en absoluto. Es Innoble, partidista, mentiroso y basado en cualquier cosa menos en la ciencia.

Piensen ahora en Tuiter, donde el escándalo de su política ( idéntica o peor aún)  es continua y digna de un ensayo de veinte páginas y cien tomos de ejemplos.

Y  no digo nada de esas factorías distópicas de ingeniería de manipulación social como Newtral , Maldita o Climate Feedback, esos «verificadores» (siempre la maldita manipulación de las palabras y los conceptos) a los que este año pasado Facebook abrió sus puertas para que a patrullasen la sociedad civil haciendo de Torquemada. Con un par, como hace todo esta gente iluminada por la luz celestial. Que, como se creen arcángeles celestiales pueden hasta admitir ante un juez que ellos mienten (opinan) por caridad, porque el fin del mundo está al caer y sólo pretenden ayudarnos.

Cierto es también que la jugada será para evitar una multa o indemnización con muchos ceros y los daños en su reputación aparejadas. Pero juraría que se han dado un tiro en el pié. Los demás no les ven como ellos se ven en sus espejitos mágicos.

Verificar si, pero para poder  callar a los que tienen algo que decir, mentir y manipular sin cortapisas. Lo llaman «opinar».

La mayor parte de los asesinatos se perpetran en nombre de la verdad, la justicia u otros bonitos ideales.

Hay docenas de estudios con modelos climáticos que afirman que a lo largo del siglo nos espera un aumento de las tierras áridas. Los secarrales con poca o ninguna vegetación. Que resulta sorprendente a la vista de las mediciones que muestran que, con el cambio climático que ya ha habido, hay un aumento general de vegetación global, y no hay un aumento de tierras secas. ¿De dónde sale esa contradicción?

Un estudio recién publicado en Nature da una respuesta convincente. Berg y McColl (2021). La idea del aumento de los secarrales viene de un cálculo, a partir de los modelos climáticos, usando un índice a modo de «proxy». El Aridity Index. Berg y McColl muestran que ese índice «produce proyecciones cualitativamente incorrectas de varios componentes del ciclo del agua terrestre».

El Índice de Aridez usa sólo dos variables. La precipitación anual media, y la evapotranspiración potencial (el agua que se evapora de la tierra, más la que transpira la vegetación). Es muy dependiente de la temperatura, y si por ejemplo aumenta la temperatura, pero llueve lo mismo, el índice de aridez aumenta mucho. De ahí calculan, con la temperatura y la precipitación que les dicen los modelos, que la vegetación disminuye, y el secarral crece. Luego se ve que no es eso lo que pasa, pero como alarma queda estupenda.

Lo que hacen Berg y McColl en el estudio de Nature es crear un índice más realista del juego que ocurre entre las condiciones atmosféricas, el suelo, y la fisiología de las plantas. Con un resultado completamente diferente. Usando los mismos modelos climáticos, pero con un índice muy mejorado como «proxy» de la vegetación, lo que ocurre es que el cambio climático acojonante no aumenta la cantidad de tierras áridas al aumentar el CO2 y la temperatura. Se produce una ligera reducción de secarrales. Como muestra este gráfico. Arriba con el índice chungo (AI), y abajo con el índice ecohidrológico nuevo (EI).

Cambio en tierras áridas entre 1970-2000 y 2070-2100, bajo el escenario RCP8.5, para el índice AI (arriba) y el índice EI (abajo). Fuente: Berg and McColl (2021).

También lo representan así.

Nótese que los dos índices dan medidas distintas para el presente. En realidad no están midiendo el porcentaje de tierra árida directamente; lo están deduciendo. El índice AI a partir de un par de métricas atmosféricas simplonas; y el índice EI de una forma algo más completa. Lo interesante es que el futuro pasa de aumentar los secarrales, a disminuirlos.

Una diferencia entre ambos índices, pero no la única, es que el segundo tiene en cuenta la mayor eficiencia de la vegetación con el agua por efecto del aumento del CO2. Transpiran menos agua cuando hay más CO2 en el aire, porque pueden disminuir (cerrar un poco) los estomas. Con eso pierden menos agua.

Traduzco con Google el abstract. No he pillado todavía el trabajo completo. Si hay más cosas de interés, se completará en otra entrada.

Las tierras secas, que comprenden regiones terrestres caracterizadas por una vegetación escasa y con escasez de agua, comúnmente se han proyectado para expandirse globalmente bajo el calentamiento climático. Sin embargo, tales proyecciones se basan en un proxy atmosférico de las tierras secas, el índice de aridez, que recientemente se ha demostrado que produce proyecciones cualitativamente incorrectas de varios componentes del ciclo del agua terrestre. Aquí, usamos un índice alternativo de tierras secas, basado directamente en variables ecohidrológicas relevantes, y comparamos las proyecciones de ambos índices en los modelos climáticos de la Fase 5 del Proyecto de Intercomparación de Modelos Acoplados, así como en los Modelos Dinámicos de Vegetación Global. El índice de aridez sobreestima los cambios del índice ecohidrológico simulado. Esta divergencia refleja diferentes índices de sensibilidad al cambio hidroclimático y respuestas opuestas al efecto fisiológico sobre la vegetación del aumento del CO2 atmosférico. Por tanto, la aridez atmosférica no es un indicador exacto de la extensión futura de las tierras secas. A pesar de mayores incertidumbres que en las proyecciones atmosféricas, las proyecciones ecohidrológicas del modelo climático indican que no hay expansión global de las tierras secas bajo el efecto invernadero, contrariamente a las afirmaciones anteriores basadas en la aridez atmosférica.

https://www.nature.com/articles/s41558-021-01007-8

Resumiendo. Menos lobos, Caperucita.

Hay un artículo interesante en Carbon Brief al respecto.

Añadido para los comentarios.

Fuentes:

Nature:

Información suplementaria del estudio:

Carbon Brief

En parte, se puede ver esta entrada como una actualización / continuación de otra escrita en 2013 a modo de resumen del cuento del cambio climático. Siete años largos, y no ha cambiado nada. A pesar de todos los «avances», y los nuevos modelos, y lo que sea. Por otra parte, supone un indicio de posibilidad de ir reduciendo el horrible desparrame (el todo vale) de los modelos climáticos.

Lo de 2013 era:

En aquella veíamos que los «afirmacionistas» nos están engañando a base de dos trucos muy sucios. Ocultar la discusión científica que hay, para aparentar un consenso; y ocultar que todo el cuento se basa en unos modelos climáticos, que en absoluto son evidencia empírica, y que además son un cachondeo. Y lo de cachondeo es muy literal: si los modelos dan cualquier respuesta, y tanto pueden dar la razón a los «afirmacionistas» como a los «negacionistas», no están diciendo nada.

Mostremos esas dos afirmaciones.

Ocultar la discusión científica que hay, para aparentar un consenso; y los modelos con un cachondeo.

Ningún especialista discute que aumentar la concentración de CO2 en el aire debería calentar el clima. Pero eso, por sí mismo, no es ningún problema. Mucho menos es un motivo para tirar la economía por un barranco. Un calentamiento moderado, y más CO2 en el aire fertilizando la vegetación, y con ello aumentando toda la vida, es mucho más una bendición que un problema. Sería un chollo, que es lo que tiene pinta de momento. Así que el asunto que interesa no es si existe «el cambio climático», que siempre ha habido; ni si existe el efecto invernadero, que también; ni si hay algún «calentamiento antropogénico» actualmente, que es algo bastante obvio. No; la cuestión es cuánto calentamiento se puede esperar, de cuánto CO2 en la atmósfera. Y eso, ni lo sabe nadie, ni hay la menor evidencia empírica al respecto. El estudio que veremos luego incide en esta incertidumbre. Apuntando a que la respuesta parece estar del lado de los modelos que predicen menor calentamiento.

Solemos usar este gráfico para representar el debate científico que sí hay, y para ubicar a los dos bandos: «afirmacionistas» y «negacionistas»

El gráfico representa la ECS (sensibilidad climática en equilibrio), o lo que calentaría el CO2 al doblar su concentración aérea. Y se ven muy bien las dos afirmaciones. Claro que hay una discusión clave, y los modelos son un cachondeo. No es lo mismo que aumente 2º la temperatura media del aire de superficie si acabamos doblando los 400 ppm de CO2 que hay ahora, que si aumentara 6 grados. No tiene nada que ver, ni son el mismo tipo ni de problema, ni de soluciones.

Ya veíamos en el artículo mencionado de 2013 que toda la gracia está en las nubes. El efecto directo de calentamiento del CO2 es muy pequeño. Alrededor, o poco más, de un grado por doblar el CO2. Ningún problema. Toda la alarma viene de efectos indirectos. La respuesta del sistema climático a ese pequeño calentamiento, potenciándolo, o reduciéndolo. Los famosos «feedbacks», que pueden ser positivos (aumentan el calentamiento) o negativos (lo reducen). Y la gran incertidumbre es el comportamiento de las nubes a ese respecto. ¿Cambian de forma que aumentan el calentamiento de CO2, lo reducen, o no hacen nada? Se ha sabido de siempre, y así lo dice el IPCC, que el gran desparrame de los modelos sobre lo que calienta el CO2, viene de las diferencias en cómo representan la respuesta de las nubes. Y esa diferencia viene de un tuneo de los modelos, que será más consciente o nada consciente, pero que no es explícita. No está «confesada». Y desde luego no viene de ninguna evidencia empírica, ni de la mera aplicación de fórmulas físicas contrastadas.

Gracias al estudio de Wang et al 2021 podemos verlo en un gráfico muy claro. Proporcionan los datos de los 30 modelos climáticos CMIP6. Comparan la ECS (lo que calienta el CO2), y la respuesta de las nubes (cloud feedback), en su figura 1A.

Y se ve que en modelos en los que el CO2 calienta mucho, en gran parte es por la respuesta de las nubes, perfectamente desconocida. Pero vamos a verlo con los mejores modelos. Ellos mismos los distinguen, unos con el círculo relleno entero de color, y otros sólo el borde. Los rellenos son los 15 (la mitad) que mejor representan el calentamiento observado (1850 – 2020). Y si hacemos el mismo gráfico, usando sólo esa mitad de los modelos que mejor reproducen el calentamiento observado, la correlación aumenta mucho.

Con lo que está claro el cachondeo. ¿Quieres que el CO2 caliente mucho, aquí en la playa? Mete mucha respuesta de las nubes, sacada de la gorra. Los «afirmacionistas» se ponen muy contentos. Y si quieres que caliente poco, también puedes, haciendo lo contrario. Y tendrás un modelo que les sirve a los «negacionistas».

Copio el párrafo del estudio:

In response to increasing CO2, models show warming and substantial climate changes that feed back onto the warming, including changes in the amount and distribution of clouds (Wetherald & Manabe, 1988). The part of cloud radiative response (units of W m−2) due to a change in global‐mean surface temperature (units of K) is defined as the cloud feedback (W m−2 K−1). In CMIP6, the cloud feedback tends to be positive and there is a strong relationship between cloud feedback and ECS: models with more positive cloud feedback show higher ECS (Figure 1ar2 = 0.69) (Meehl et al., 2020; Zelinka et al., 2020). This strong ECS‐cloud feedback relationship is consistent with previous studies showing that cloud feedback is the dominant source of the uncertainty of climate sensitivity (Cess et al., 1990; Colman, 2003; Dufresne & Bony, 2008; Soden & Held, 2006; Webb et al., 2013; Zelinka et al., 2020).

Este resultado no es nada nuevo, y de ahí que cite literatura de 1990, 2003, 2006, 2008, 2013, y 2020. La parte novedosa es en la que trata de averiguar si hay alguna forma de contrastar los modelos calientes y los fríos con la realidad. No sirve el sistema habitual que tiene esta gente de «contrastar» los modelos con la realidad: ver si replican bien la temperatura observada 1850 – 2020. Lo hacen de forma muy similar tanto los modelos calientes como los fríos. ¡Como que están tuneados para eso! Si un modelo representara una temperatura histórica absurda, no lo publicarían y lo reharían hasta conseguir algo presentable. Así que ninguno falla estrepitosamente con esa métrica. Y no se ve diferencia entre los que responden mucho al CO2, y los que responden poco.

¿Cómo lo hacen, para que todos los modelos, con cualquier ECS, sirvan? Con la respuesta de los modelos a los aerosoles. La contaminación de toda la vida. Como la contaminación enfría, tanto reflejando rayos del sol, como induciendo cambios en las propiedades radiativas de las nubes, pueden jugar a tener mucha respuesta de calentamiento al CO2, y mucha respuesta al enfriamiento de la contaminación, o poca respuesta a ambas, obteniendo el mismo resultado. Son los botoncitos que pueden ir tocando para sacar lo que les apetezca. Y eso se puede hacer de manera consciente, o inconsciente; explícita, o implícita.

La novedad es que Wang et al han tenido una idea brillante. ¿Si no se puede saber qué modelos son más realistas mirando cómo reproducen la temperatura global histórica, habrá otra comparación que los discrimine? Y la han encontrado. Como lo que hacen para contrarrestar mucho efecto de calentamiento del CO2, es meter mucho efecto de enfriamiento de la contaminación, y como la contaminación es casi exclusiva del hemisferio norte, comparan separando los hemisferios. Concretamente, mirando la diferencia de calentamiento entre ambos hemisferios, en los modelos, y en la realidad. Y han encontrado que los modelos con ECS baja (poco efecto de calentamiento del CO2) tienen una diferencia entre hemisferios muy parecida a la realidad. Mientras que los modelos con ECS alta (mucho efecto de calentamiento del CO2), tienen una diferencia entre hemisferios muy distinta. Y la diferencia es estadísticamente significativa. Lo que sugiere que podemos ir desbrozando el desparrame, para desesperación de tu «afirmacionista» favorito.

Añadido, a mero título de curiosidad. Como habíamos hecho antes el histograma de la ECS en los modelos climáticos nuevos, y ahora hay datos de más modelos (30 en lugar de 24), el gráfico actualizado:

Fuente: Wang et al 2021

Datos: https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/action/downloadSupplement?doi=10.1029%2F2020GL091024&file=2020GL091024-sup-0001-Supporting+Information+SI-S01.pdf

En su trabajo más reciente, Lindzen hace un muy interesante resumen de la cuestión del clima. Basado, yo creo, en una perspectiva muy peliaguda. Preguntarse: ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Sigue convencido de que en el futuro causará asombro la creencia en la alarma del clima, propia de la primera parte del siglo XXI. Y uno de los detalles que aboceta, hoy muy olvidado o nada conocido, es es el desarrollo histórico.

Los afirmacionistas siempre insisten en que la física del llamado «efecto invernadero» es centenaria, y -hoy- muy básica. En un argumento que pretende decir que, al ser algo tan viejo y conocido, hay que ser un gran cantamañanas para discutirlo. Y tienen razón en la primera parte (es muy viejo), mientras que mienten en la segunda (nadie niega el efecto invernadero). Lo que no te dicen es por qué la flor y nata de los especialistas que estudiaban el clima, no vendieron ninguna alarma antes de 1988, estando toda la base de la idea perfectamente desarrollada entre Arrhenius (1896) y Callendar (1938). Y cuando digo la flor y nata, me refiero a todos los que contaban en el asunto. Entonces era una especialidad minúscula, una sub-rama menor de la meteorología y la oceanografía, con poco más de un puñado de participantes. Y todos ellos pasaron mucho del asunto del CO2. Interesante, sin duda, pero un efecto más entre docenas de ellos, en absoluto la clave ni la manija del sistema.

Cita el caso de una conferencia en 1955, en el famoso Instituto De Ciencias Avanzadas de Harvard, en el que participaron todos los que eran alguien en el mundillo. Los líderes de la meteorología teórica. Entonces nadie se llamaba científico del clima, y se hubieran muerto de risa con la expresión. Abarca demasiado como para que nadie tuviera la pretensión -o la jeta- de llamarse así. La conferencia versaba sobre los problemas científicos del clima, y sólo uno entre muchos de los artículos que se presentaron trataba de transferencia radiativa en la atmósfera. (Es el tema del efecto invernadero). Y ni siquiera se enfocaba en el efecto invernadero, aunque se mencionaba de pasada el aumento del CO2. ¿Acaso eran negacionistas?

Ni de broma. Conocían de sobra lo de Callendar. Por entonces se llamaba efecto Callendar al efecto invernadero, y llevaban 20 años contemplándolo. Pero no les parecía especialmente relevante. Y mucho menos, alarmante. ¡Pero es que al mismo Callendar tampoco se lo parecía!

callendar-1938

… un pequeño aumento de la temperatura media (que no era una métrica de especial interés entonces) … y un efecto  neto presumiblemente beneficioso para la humanidad.

Y los especialistas le veían aun menos interés que lo  que pensaba Callendar.

Incluso en 1988, cuando Hansen presentó su famoso testimonio en el Senado, la revista Science informaba sobre un extendido escepticismo en la entonces pequeña comunidad de los dedicados al clima

Entonces no vale para nada decir que el efecto invernadero es una física muy vieja y conocida. ¡Claro que lo es! Y ese es el problema. Porque lo que tendrían que explicar, y ni de broma explican, es qué ha cambiado para que los sabios de entonces no vieran nada de especial en el efecto invernadero, y los ¿sabios? de ahora vean el fin del mundo. No ha habido ningún avance teórico desde entonces. Mucho menos evidencia empírica – y probablemente por eso no ha habido ningún Premio Nobel concedido a ningún chico del clima. Jamás. Y han pasado la friolera de 82 años. Tiempo han tenido. Evidencia empírica, no parece.

Lindzen apunta un motivo para el cambio. Jodido de discutir.

Entre 1988 y 1994, las cosas cambiaron radicalmente. En EEUU, la financiación para el clima aumentó por un factor de alrededor de 15. Esto llevó a un gran incremento en el número de gente interesada en trabajar como «científicos del clima», y los nuevos científicos del clima entendían que la razón para la financiación era la alarma del «calentamiento global».

En Francia, en los años 60, había esencialmente un meteorólogo teórico. Queney. Hoy hay cientos envueltos en los modelos, si no en la teoría, y se debe en gran medida al «calentamiento global». ¿No es razonable preguntarse si no será que un movimiento político ha tenido éxito en capturar una especialidad científica?

A la gente le hablan de «La Ciencia», creen que es Dios, y que avanza con descubrimientos. Se olvidan de mirar el talonario. Peor: se olvidan de dónde sale.

Luego se mete Lindzen en la cuestión científica. Siempre con esa perspectiva del cambio. Interesantísimo. Las dos formas, incompatibles entre sí, de ver el sistema climático. Los que ven un mono-tema, y los que ven un sistema dinámico muy capaz de producir cambios por sí mismo. O sea, como todos los sistemas naturales un poco complejos. Pero  como lo que explica es muy resumido, y digerible para los que han seguido la discusión hasta ahora y les gusta, mejor lo dejo en su propia pluma. Y uso la paradoja histórica como aperitivo. ¿Qué es exactamente lo novedoso que presenta el afirmacionismo? ¿Cuál es ese gran descubrimiento seminal al que se les ha pasado concederle el Premio Nobel?

El trabajo de Lindzen:

Oficial (sólo el abstract):

El pirateado (probablemente en España necesitas una VPN):

Añadido (al día siguiente).

Muy relacionado, y de Richard S.Lindzen con la revisión y complemento de Roy W. Spencer:

 

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