En su trabajo más reciente, Lindzen hace un muy interesante resumen de la cuestión del clima. Basado, yo creo, en una perspectiva muy peliaguda. Preguntarse: ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Sigue convencido de que en el futuro causará asombro la creencia en la alarma del clima, propia de la primera parte del siglo XXI. Y uno de los detalles que aboceta, hoy muy olvidado o nada conocido, es es el desarrollo histórico.

Los afirmacionistas siempre insisten en que la física del llamado «efecto invernadero» es centenaria, y -hoy- muy básica. En un argumento que pretende decir que, al ser algo tan viejo y conocido, hay que ser un gran cantamañanas para discutirlo. Y tienen razón en la primera parte (es muy viejo), mientras que mienten en la segunda (nadie niega el efecto invernadero). Lo que no te dicen es por qué la flor y nata de los especialistas que estudiaban el clima, no vendieron ninguna alarma antes de 1988, estando toda la base de la idea perfectamente desarrollada entre Arrhenius (1896) y Callendar (1938). Y cuando digo la flor y nata, me refiero a todos los que contaban en el asunto. Entonces era una especialidad minúscula, una sub-rama menor de la meteorología y la oceanografía, con poco más de un puñado de participantes. Y todos ellos pasaron mucho del asunto del CO2. Interesante, sin duda, pero un efecto más entre docenas de ellos, en absoluto la clave ni la manija del sistema.

Cita el caso de una conferencia en 1955, en el famoso Instituto De Ciencias Avanzadas de Harvard, en el que participaron todos los que eran alguien en el mundillo. Los líderes de la meteorología teórica. Entonces nadie se llamaba científico del clima, y se hubieran muerto de risa con la expresión. Abarca demasiado como para que nadie tuviera la pretensión -o la jeta- de llamarse así. La conferencia versaba sobre los problemas científicos del clima, y sólo uno entre muchos de los artículos que se presentaron trataba de transferencia radiativa en la atmósfera. (Es el tema del efecto invernadero). Y ni siquiera se enfocaba en el efecto invernadero, aunque se mencionaba de pasada el aumento del CO2. ¿Acaso eran negacionistas?

Ni de broma. Conocían de sobra lo de Callendar. Por entonces se llamaba efecto Callendar al efecto invernadero, y llevaban 20 años contemplándolo. Pero no les parecía especialmente relevante. Y mucho menos, alarmante. ¡Pero es que al mismo Callendar tampoco se lo parecía!

callendar-1938

… un pequeño aumento de la temperatura media (que no era una métrica de especial interés entonces) … y un efecto  neto presumiblemente beneficioso para la humanidad.

Y los especialistas le veían aun menos interés que lo  que pensaba Callendar.

Incluso en 1988, cuando Hansen presentó su famoso testimonio en el Senado, la revista Science informaba sobre un extendido escepticismo en la entonces pequeña comunidad de los dedicados al clima

Entonces no vale para nada decir que el efecto invernadero es una física muy vieja y conocida. ¡Claro que lo es! Y ese es el problema. Porque lo que tendrían que explicar, y ni de broma explican, es qué ha cambiado para que los sabios de entonces no vieran nada de especial en el efecto invernadero, y los ¿sabios? de ahora vean el fin del mundo. No ha habido ningún avance teórico desde entonces. Mucho menos evidencia empírica – y probablemente por eso no ha habido ningún Premio Nobel concedido a ningún chico del clima. Jamás. Y han pasado la friolera de 82 años. Tiempo han tenido. Evidencia empírica, no parece.

Lindzen apunta un motivo para el cambio. Jodido de discutir.

Entre 1988 y 1994, las cosas cambiaron radicalmente. En EEUU, la financiación para el clima aumentó por un factor de alrededor de 15. Esto llevó a un gran incremento en el número de gente interesada en trabajar como «científicos del clima», y los nuevos científicos del clima entendían que la razón para la financiación era la alarma del «calentamiento global».

En Francia, en los años 60, había esencialmente un meteorólogo teórico. Queney. Hoy hay cientos envueltos en los modelos, si no en la teoría, y se debe en gran medida al «calentamiento global». ¿No es razonable preguntarse si no será que un movimiento político ha tenido éxito en capturar una especialidad científica?

A la gente le hablan de «La Ciencia», creen que es Dios, y que avanza con descubrimientos. Se olvidan de mirar el talonario. Peor: se olvidan de dónde sale.

Luego se mete Lindzen en la cuestión científica. Siempre con esa perspectiva del cambio. Interesantísimo. Las dos formas, incompatibles entre sí, de ver el sistema climático. Los que ven un mono-tema, y los que ven un sistema dinámico muy capaz de producir cambios por sí mismo. O sea, como todos los sistemas naturales un poco complejos. Pero  como lo que explica es muy resumido, y digerible para los que han seguido la discusión hasta ahora y les gusta, mejor lo dejo en su propia pluma. Y uso la paradoja histórica como aperitivo. ¿Qué es exactamente lo novedoso que presenta el afirmacionismo? ¿Cuál es ese gran descubrimiento seminal al que se les ha pasado concederle el Premio Nobel?

El trabajo de Lindzen:

Oficial (sólo el abstract):

El pirateado (probablemente en España necesitas una VPN):

Añadido (al día siguiente).

Muy relacionado, y de Richard S.Lindzen con la revisión y complemento de Roy W. Spencer: