igualdad


Me he topado con un vídeo de Gad Saad, profesor líbanocanadiense que se ha tomado muy en serio la lucha contra las ideas infecciosas que están matando el sentido común (tiene su canal de youtube) en el que comenta como se topó con un paper (artículo revisado por pares, por científicos o intelectuales de nivel que le otorgan peso importancia y credibilidad) en el que explica por qué las matemáticas son machistas (que ya hay que ser retorciditos) y que hay que hacerlas Queer, matemáticas de género.

Así como lo leen. Si se lo toman a risa harán mal, (aunque se que parece un chiste).

Les traigo el vídeo (es corto, 9 minutos) ya que estoy seguro de que habrá a quienes les interese verlo y oirle recitar los capítulos mas sabroso del paper, que les recuerdo va dirigido a la formación del profesorado de matemáticas. Ninguna broma pues, a pesar de que lo pudiera parecer.
La consecuencia de cosas como esta son que por ejemplo, tenemos un Ministerio de Igualdad nada mas y nada menos, con 600 millones de euros de presupuesto para entre cosas parecidas ayudar a crear mas papers como estos e ir trasformando nuestra sociedad… o que a nuestros hijos, en las universidades y en los colegios, en vez de estudiar el millón de cosas interesantes y maravillosas que pueden enriquecer su intelecto y su espíritu haciédoles mas libres, les harán perder el tiempo y la cabeza con estas maric*n*d*s.
Les dejo con Gad Saad y les pongo mas abajo el texto de la trascrpción de su charla, para quien prefiera leerlo o tomar algún apunte;

Y aprovecho para dejarles una recomendación bien interesante, tres primeras ediciones recien salidos de imprenta que son tres patadas en los mismísimos cataplines de la progredumbre, purita batalla cultural de la que tanta falta nos hace para poder hacer frente a esta patulea que nos invade en Occidente infectándonos con los miasmas que destruyen la capacidad de de las personas de pensar de forma racional. Un conjunto de malas ideas engendradas en los campus universitarios que socavan la razón, la dignidad y la libertad individual.

La batalla cultural.

Trascripción del vídeo;

Acabo de encontrarme con un artículo en «Borders in Mathematics Pre-Service Teacher Education.
El artículo se llama «Queering Mathematics»: Interrumpiendo las oposiciones binarias en la formación de profesores antes del servicio de matemáticas, por Cathering Yeh y Laurie Rubel.

Las fronteras, los territorios, la ideología y la economía son procesos y divisiones sociales. Normalmente se supervisan y excluyen y son patrullados, regulados, mantenidos y defendidos por una serie de regímenes de poder, pero las zonas fronterizas también son lugares de movimiento, agencia y resistencia.
Nos basamos en las teorías de Thomas Nail y Gloria Anzaldúa sobre las fronteras para profundizar en los procesos de división social en torno al género y la sexualñidad en educación matemática.
El objetivo de este capítulo es reconocer y desafiar las fronteras salientes en torno al género, la sexualidad y otras categorías de identidad en la educación matemática y trabajar hacia oportunidades de hibridación creadas por estas fronteras. (risas) y en el difuminado o amariconamiento de ellos.
Ofrecemos una revisión de la literatura que documenta hasta que punto las ideologías sexistas y heterosexistas patrullan, refuerzan y perpetúan ñas fronteras en las matemáticas que a menudo marginan a las mujeres y a la gente LGTBQ.
Concluimos el capítulo con recomendaciones sobre como difuminar las fronteras en torno al género y la sexualidad en la formación inicial del profesorado de matemáticas.

En otras formas en que la matemática occidental ha sido usada para establecer divisiones sociales sobre género y sexualidad en su confianza en el pensameinto binario, hay una plétora de ejemplos en los que domina a través de la lógica binaria:
Un cuadrilátero, por ejemplo, es un rectángulo o no, o sea, es binario, ¿ven?, un número, es par o impar, pero jamás las dos cosas. Una función, cruza el eje x o no lo hace…y así.
Siendo que la matemática se presenta como neutral, sin poder y representando la verdad abstracta, su énfasis disciplinario en la lógica binaria perpetúa esa forma de pensar como norma y justifica esa lógica como si fuera una verdad natural…
Romper esta forma de pensar binaria por medio del pensamiento queer hace ver a las identidades en conflicto con las matemáticas, en cambio, la matemática es en si misma un producto de las relaciones sociales. Así, las categorías binarias , como sexo y género se extienden a ella.
Esto sugiere que si difuminamos las fronteras del sexo y el género en educación matemática, esto creo espacios para otras lógicas en matemática.
Es decir, un triángulo es isósceles o no, un número es primo o no, todas estas cosas siguiendo esta linea de pensamiento son una forma de pensamiento binario e inherentemente transfóbicas, ya que tenemos, por ejemplo el género fluido.
Es difícil de imaginar este nivel de estupidez de parasitados e infestados procesos mentale, es inimaginable que alguien escriba esta estupidez.
pensemos por ejemplo que según esto la vida entera es transfóbica porque una persona está muerta o viva, embarazada o no embarazada, tiene hijos o no tiene hijos, tiene cáncer o no tiene cáncer, diabetes si o no, en una visión transfóbica siempre puedes crear estos binarios y por tanto ¡es transfóbico!…así como hay personas a las que les funciona el cerebro y a otras que no, como a estos autores. ¿Lo ven? la vida es transfóbica…
Si no peleamos contra esta estupidez no solo tus hijos serán parasitados por esta basura sino que desperdiciarás tu dinero en matrículas y estudios como estos cuando tu hijo debiera estar estudiando cosas maravillosas en todos los campos, una enorme cantidad de campos intelectuales que nos permiten crecimiento, personal, intelectual y espiritual. Y en cambio, financiamos esta basura.
Nada de lo que he dicho se relaciona en ninguna medida con el hecho de que todas las personas, incluyendo las LGTB, deben vivir libres de abuso. Pero si estás tan ideologizado que amariconas las matemáticas, entonces estás como un cencerro.

Próximamente en sus pantallas: La Filosofía Femenina.

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Yo creía que la teoría feminista decía que los hombres y las mueres somos iguales … menos algunas cosillas irrelevantes. Vaya, irrelevantes para pensar, para crear, y para trabajar. Algunas incluso dicen que somos iguales para guerrar, y por eso se empeñan en meter mujeres de combate en los ejércitos. Pero pongamos que estas son feministas extremistas, y las otras son feministas de andar por casa. Y la idea se entiende; salvo asuntos de musculatura y de «masculinidad tóxica», no hay motivo para que existan trabajos más masculinos o femeninos porque no hay diferencias sexuales al respecto. Y se enfadan muchísimo cuando desde la biología explican que lo mismo que hay diferencias físicas, también las hay psicológicas. Que producen intereses diferentes. Y que ambas vienen de distintas estrategias reproductoras, hereditarias e inevitables.

No debería ser un problema demasiado grande. Puede que tengan razón los biólogos evolucionistas, o puede que tengan razón las feministas. Pero es muy fácil contentar a todos. Elimina barreras, dejando que las mujeres accedan a donde quieran. Matas dos pájaros de un tiro. Nada artificial le impediría a una mujer alcanzar lo que sea, y ya se vería lo que produce la naturaleza. Y al final lo que resultaría es conocimiento. La comprobación de cuál de las dos teorías es más cierta. Y, por supuesto, gente más cómoda con lo que hace.

El feminismo original parecía ir por ahí. Pero lo de ahora es muy distinto. Se trata de ideas como «feminizar el currículo». En concreto, en Oxford, que el 40% de los autores a estudiar en filosofía sean mujeres. Y que los autores figuren en las listas con el nombre completo, en vez de una inicial antes del apellido, para que se sepa el sexo de antemano.

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Enlace: https://www.telegraph.co.uk/education/2018/03/14/oxford-university-set-feminise-curriculum-requesting-inclusion/

Impresionante, porque parece la más cabal negación de la idea que soportaba el feminismo. Si necesitas una cutoa de sexo para aprender, quiere decir que sin esa cuota te estás perdiendo algo relevante. Y eso, en filosofía, solo puede querer decir que las mujeres tienen un pensar suficientemente diferente como para que su pérdida sea relevante. O sea, que pensamos distinto; nada menos. Y si pensamos distinto, ¿por qué no vamos a hacer clubs de hombres pensadores, separados de los clubs de mujeres pensadoras (antiguamente llamados peluquerías)? Va de suyo; si las mujeres piensan distinto, es muy probable que prefieran las pensadoras mujeres. Y viceversa. Se podía hacer una Facultad de Filosofía Femenina separada de la Facultad de Filosofía. Como el deporte y el ajedrez. Se han metido en un jardín alucinante. Parece anti-feminismo de primer grado.

Oficialmente no lo plantean en términos de justicia. Tampoco de aprender. Es para aumentar el atractivo de la filosofía entre las chicas, cuya falta relativa de interés está bien comprobada.

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Ver: ¿Qué pasa con las filósofas?

Pero si necesitan autores diferentes para tener interés, y la cosa va por sexo, lo que están haciendo -literamente- es filosofía para mujeres. Y eso sugiere, también, una facultad aparte. Y si se añade la notable diferencia, por sexos, entre interesarse por cosas o ideas, o interesarse por personas, podría ser una especie de filosofía cotilleo. ¿Qué hacía Kirkegaard cuando no tarbajaba y estaba en su casa? ¿Era Unamuno una buena o una mala persona? Un poner.

¿Es feminismo decir que las mujeres son tan diferentes como para necesitar su filosofía particular? Entonces Franco debía ser feminista con su Sección Femenina.

Otra:

https://twitter.com/ChloeAngyal/status/974031492727832576

Un caso kindergarten arquetípico. Canadá tiene un organismo, Canada Research Chairs, que canaliza fondos públicos para la financiación de sus investigadores principales. Unos dos mil profesores investigadores que reciben 265 millones de dólares al año. Pero ahora tienen el gobierno de Trudeau, una especie de Macron local. Y la ministra de turno ha estado buscando igualdad en ese sistema de financiación, y no la ha encontrado.

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Kirsty Duncan

Cuando me nombraron Ministra de Ciencia, dejé claro que esperaba que las universidades alcanzaran los objetivos de igualdad y diversidad que habían aceptado hace diez años.

En gran medida han fracasado. Ya han pasado diez años, y simplemente no habido suficiente progreso.

Ahora amenaza al Consejo y a las universidades con retirar esos fondos si no consiguen la igualdad a la que obliga la moralidad vigente. Les ha dado un plazo de 18 a 24 meses para corregirlo. Y si no, se suspenderán los fondos hasta que las universidades presenten un número igual de candidatos de ambos sexos. En este caso sí hay dos sexos, en vez de quinientos, pero vale.

¿Y cuál ha sido el drama? Que sólo había un 30% de nominados para la financiación que fueran mujeres. Lo cual es una desigualdad, sin duda ninguna. Pero lo interesante es el motivo de la misma. Y el motivo no es una selección negativa de mujeres, sino una auto-selección por sus propias preferencias. De los candidatos que se presentaban sólo eran mujeres un 31%. Parece que la ministra está pidiendo a las universidades que les cambie el cerebro, o las ganas, a las mujeres. O tal vez una cuota. Pero el objetivo de haber instituido el Canada Research Chairs era mantener en Canadá a la flor y nata de sus investigadores. Y cuota no casa mucho con flor y nata. Tenemos un problema.

Que sí, que ya sabemos que partimos de unas asunciones peculiares. Mujeres y hombres son iguales, salvo en algunas cosillas. Que no incluyen lo que les apetece hacer a las mujeres y a los hombres. Y si se observan diferencias al respecto, tiene que ser por el efecto nefasto de una sociedad malparida. Una construcción social.

El problema es que hay sociedades distintas en referencia a la igualdad, y se podría observar esa linda teoría si fuera cierta. Pero se comprueba exactamente lo contrario. A mayor índice de igualdad de género de un país, la diferencia en las apetencias no disminuye, sino que aumenta.

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Probablemente esa diferencia no la hace el índice de igualdad, sino la libertad que da la riqueza. Suele corresponderse riqueza con igualdad, y la riqueza lo que da es libertad.

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Y la libertad es el obvio estorbo para el kindergarten. La guasa es que el feminismo quiere cambiar lo que prefieren las mujeres cuando son más libres para elegir. Con las políticas de igualdad han intentado que quieran lo mismo que quieren los hombres, pero han conseguido lo contrario. Así que ahora lo intentan por la vía del dinero. Imposible explicarle al kindergarten que siempre existe la posibilidad de que haya un problema con las asunciones. Y luego gana Trump … también entre las mujeres.

Lectura recomendada (y origen de la entrada):

En el que citan otro estudio de diferencias distinto. No por preferencias sino por características psicológicas clave.

With improved national wealth and equality of the sexes, it seems differences between men and women in personality traits do not diminish. On the contrary, the differences become conspicuously larger. 

In this study, a collection of eight different gender equality indicators provided a comprehensive set of measures that assess disparity between male and female roles in society. In every case, significant findings suggest that greater nation-level gender equality leads to psychological dissimilarity in men’s and women’s personality traits.

Con la Iglesia hemos topado. De nuevo.

Añadido posterior (12h +). Para el que tenga curiosidad del efecto de la riqueza (en lugar del índice de igualdad de género) sobre la diferencia de apetencias por sexos.

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Fuentes

Quillette / Aaron Neil:

Canada Research Chairs:

The Globe and Mail:

Huffington Post:

Guardian:

En la plaza (el gráfico):

The Rose Project (fuente de lo anterior):

Índice de Igualdad de Género (para el gráfico que lo usa):

Agradecimiento

https://twitter.com/clayroutledge/status/886605716466921473

Continúa a la entrada de ayer

Va sobre el empeño en el mundo universitario USA en evitar que haya carreras en las que se ve una clara desproporción de hombres.  La gran pegunta es por qué les preocupa esa desproporción. ¿No puede haber materias que les interese preferentemente a los hombres, y viceversa?  Pues no, no puede. El viceversa da igual, pero no puede haber carreras que les interesen menos a las mujeres, porque eso es signo del machismo residual que queda en nuestras sociedades, y por tanto una barrera discriminatoria (Marod). Y necesitamos políticas de igualdad en esas carreras.

El problema es que esa idea se puede medir, y se ha medido. Y es lo que vamos a ver.

Menos los muy ideologizados, cualquiera entiende que si hay una causa (machismo residual), tiene que haber alguna relación entra la fuerza de la causa y la fuerza del efecto que se ve. Y lo que vemos es el caso contrario. Las sociedades más avanzadas en políticas de igualdad, y en resultados de igualdad, no tienen menos diferencias en la preferencia de hombres y mujeres por determinado tipo de carreras, sino más.

¿Quiere esto decir que las políticas de igualdad funcionan al revés de lo que pretenden? No, lo que quiere decir es que no funcionan en absoluto (no cambian las preferencias de la gente), y que hay otro factor muy distinto que sí influye en la diferencia de preferencias y las cambia. La pobreza. La pobreza hace que la gente, tanto hombres como mujeres, se olviden de lo que más les tira, y elijan lo que más recursos les puede dar. O sea, se dejan de monadas. Es la riqueza la que hace que se vean liberados para elegir lo que les «realiza». Y a las mujeres les realizan, proporcionalmente, materias diferentes que a los hombres. Cuanto más rica una sociedad, que suele coincidir con más políticas de igualdad, mas surgen esas diferencias sexuales entre gustos.

Donde más parece que se nota es en Noruega, y por eso le llaman la paradoja noruega. Es el país más avanzado en «igualdad», y sin embargo mantiene notabilísimas diferencias por sexos en el interés según tipos de materias. Por ejemplo, en el interés por la tecnología (y en general trabajar con «cosas») y el interés por la salud (y en general trabajar con «gente»).

Los datos comparativos salieron de proyecto internacional The Relevance of Science Education (ROSE). En principio no se dedicaban a estudiar diferencias de sexo, sino en estudiar el interés por la ciencia y en cómo mejorarlo. Camilla Schreiner hizo su tesis doctoral usando los datos de Rose pare entender las diferencias sexuales, y qué las hacía aparecer o desaparecer.

Aquí un resumen de Schreider:

Es de donde saco los datos. Pero en vez de ordenarlos por el índice de riqueza (O HDI – human development index), he usado el Global Gender Gap Report [–>]. Para ver la relación entre la igualdad conseguida y la (no) desaparición de las diferencias en gustos. Vaya, que la causa imaginaria (machismo residual) no está causando nada.

Para ver un ejemplo de los datos de ROSE, pongo el que me parece -tal vez- más general e indicativo.

rose-gente-cosas

He elegido, de la lista de países que forman los datos de ROSE, los países con menor índice de igualdad, y varios diferentes entre los de mayor igualdad. Son, ordenados de menor a mayor igualdad, Turquía, Malasia, India, Japón Grecia, Inglaterra, Alemania, y Noruega.

No sale ninguno de los más pobres de ROSE (en los que se ve cero diferencia de gustos). Y la correlación no será tan buena como entre riqueza y desigualdad de gustos, que sí parece la causa. Pero se desmiente que el presunto «problema» se arregle con políticas de igualdad de gustos.

Muestro la diferencia entre el porcentaje de chicos (son de 15 años) que quieren recibir la materia en cuestión en la enseñanza, o trabajar en el futuro, y el porcentaje de chicas.

Al grano:

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Se ve que la diferencia en preferencias aumenta con la igualdad, en lugar de disminuir.

Lo mismo, con líneas de tendencia, para aclararlo.

igualdad-en-líneas

Y cada uno suelto:

igualdad-it

igualdad-tecnologia

igualdad-gente

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Resumiendo. Si los igualitaristas quieren que las mujeres se interesen por la filosofía en la misma medida que los hombres, lo que No tienen que hacer es políticas de igualdad de gustos, y lo que SÍ tienen que hacer es empobrecer el país y pagar bien a los profesores de filosofía. En esas condiciones las chicas se pirran por Kant. 😉

Fuente, que recomiendo leer por su interés:

The Rose Project:

GDP e Índice de Igualdad para los gráficos:

Con agradecimiento a Perfecto, por recordarnos [–>] el documental noruego a través del cual he perseguido los datos. Y a Marod [–>], por el esfuerzo.

Añadido posterior.

Una mirada usando la lista completa de ROSE, y un índice de riqueza puro (PIB), sin virguerías como desarrollo «humano». Para confirmar la receta «pobreza» para conseguir igualdad por sexos.

Marco en azul el punto de España por aquello del morbo. No la he incluido en la lista general porque no había dato en todos los apartados.

igualdad-pib-tecnologia

Y el gráfico original, pero ordenado por la cosa «humana» esa.

rose-tecnologia

Añadidos muy posteriores.

Dacid P. Schmitt:

 

agora

En Estados Unidos parece haber un escándalo entre la gente de filosofía. ¡Sólo el 28% de los doctorados son para mujeres!

Asunción 1: Toda profesión de prestigio  e influencia (*) con claro dominio masculino (**) tiene un problema de sexismo: hipermasculinizado; combativo; no cooperativo; crítico; individualista; y hostil a la mujer.

Nota (*): Sólo las de prestigio e influencia; nadie se preocupa porque haya pocas fontaneras, o mecánicas.

Nota (**): Tampoco les preocupa la inversa; las profesiones que sí son de prestigio pero tienen un claro sesgo femenino en la composición de su fuerza de trabajo. Como por ejemplo psicología o antropología.

Asunción 2: La asunción 1 es una memez, y las mujeres tienen -por lo general- intereses que no siempre son iguales a los de los hombres.

Sally Haslanger:

Yo he sido filósofa. Mi marido es filósofo. Mi hijastro es filósofo. He vivido rodeada por muchos filósofos. Se pueden decir muchas cosas de los filósofos, pero que sean «hiper-masculinos» no es una de ellas.

Clic para vídeo:

filofofos-hipermasculinos

Sally Haslanger:

Hay menos mujeres que estudian filosofía (27%) y por eso tienen menos doctorados (28%). Pero a la hora de encontrar trabajo, un estudio de la American Philosophical Association (APA) encontró que a igualdad de condiciones, las graduadas en filosofía tenían un 65% más de posibilidades que los hombres de encontrar trabajo en los dos años posteriores a acabar la carrera. Y mira a la APA misma. Durante los cinco últimos años las mujeres tenían el 60% de los puestos superiores en la asociación. En 2016 tienen el 100%. Así que parece difícil dar por supuesta una hostilidad hacia la mujer en la disciplina.

También se puede intentar generalizar un poco, y ver cuáles son carreras hiper-masculinizadas, combativas, no cooperativas, críticas, individualistas, y hostiles a la mujer; y las que no tienen ningún problema de sexismo porque muestran un claro dominio femenino.

carreras-sexistas

Pero si se tratara de una diferencia en la distribución de intereses, también sería indicativo mirar las ocupaciones de menor prestigio. Tomamos los datos de la Oficina Central de Estadística de Holanda [–>].

 

Ocupaciones sexistas y tasa femenina:

  1. Metalúrgicos y soldadores (0,0%).
  2. Fontaneros y calefactores (0,0%).
  3. Mecánicos de automóviles (0,0%).
  4. Carpinteros (0,2%)
  5. Electricistas (0,3%).
  6. Camioneros (0,3%).
  7. Construcción (0,3%).
  8. Obra pública (0,5%)
  9. Carpintero mecánico (0,5%).
  10. Parques y jardines (0,6%).

Ocupaciones antisexistas y tasa masculina:

  1. Secretaria médica (0,25%).
  2. Asistente química (1%).
  3. Recepcionista médica (1%).
  4. Secretaria de dirección (1%).
  5. Secretaria (1%).
  6. Ayuda doméstica baja (2%).
  7. Atención enfermos doméstica (6%).
  8. Centros de atención (6%).
  9. Enfermera de estudiantes (6%).

Parece que a los hombres les gusta mucho más que a las mujeres cuando se trata de trabajar con / para cosas; y a las mujeres, o bien les gusta más que a los hombres cuando se trata de trabajar para personas, o bien los humanos que contratan ayudantes prefieran contratar a mujeres.

La informática es otro de los campos manifiestamente sexistas, y la programadora Sarah Hoyt tiene una visión bastante curiosa sobre la idea de hacerla «más amigable para las mujeres».

Joé,  tampoco es una profesión amigable para la mayor parte de los hombres. Atrae a los raros, a la gente poco socializada. (Sí , yo también soy de esos; puedo disimular un rato, pero tarde o temprano se nota). Programar, al final, es para gente que puede prescindir de las chorradas que suponen la mayor parte de la vida diaria, y enseñarle a un idiota muy rápido (una computadora) las cosas que la gente común valora para su uso. Si no tienes la competencia básica, mejor que lo olvides.

Y parece que va saliendo un esquema, y que sí se trata de preferencias. Un fontanero, un electricista, un programador, un ingeniero, o un matemático, hacen una labor sorprendentemente comparable. Siguen «hilos» para conectarlos de forma que funcionen. Varía el nivel de abstracción y de complejidad. Pero todos los hilos son una parte muy pequeña de mundo, aunque formen una madeja horrorosa para el mortal común. Y el resto del mundo, lo que no son los hilos concretos del problema en cuestión, son chorradas perniciosas de las que se debe prescindir. Es la única forma de que funcione «la cosa»; sea esta una instalación de aguas fecales, un programa, una teoría filosófica, una central nuclear, o un sistema hamiltoniano. Al final se trata de problemas que funcionan con lógica. Y tienen soluciones claras, o claras no soluciones.

Son, por tanto, «hipermasculinizados»; pero no de músculo, sino de cerebro. Combativos; no cooperativos; críticos; e individualistas. No son «negociables» ni «sociales». O sale el agua, o no sale el agua. (O sale más agua así que de la otra forma). Y, por ejemplo, aquí las discusiones no son estrategias para sacarse la mierda de encima, sino para buscar y encontrar soluciones. De forma inevitablemente competitiva, claro; hay que eliminar cuanto antes las malas soluciones.

Ahora mira las actividades no acusadas de «sexismo», y trata de aplicar el mismo esquema. No funca. Porque no se trata de que los practicantes de la actividad supuestamente «sexista» sean «machistas», sino que son perseguidores de hilos que necesitan quitarse las chorradas de encima para poder hacer su labor. Concentración en un solo problema; síntesis;  lógica; y prescindir de lo demás. también son problemas relativamente más simples, con menos elementos. Cuando el paleolítico les llamaban cazadores. Y sí, hay más hombres con esa tentación o disposición. Y es obvio que con chorradas no hay caza.

Queda para otra entrada mirar por qué hay tanta obsesión por la ausencia de filósofas, y por hacer la filosofía más «amigable para las mujeres». Porque no es, ni de lejos, una obsesión de las mujeres. La filosofía se la suda a la mayor parte. Pero hacerla «amigable para las mujeres» puede ser una forma de hacer de la filosofía algo diferente. Por ejemplo, no-filosofía. En España parece que la estrategia es distinta. En lugar de «feminizar» la filosofía para hacerla no-filosofía, les parece más práctico eliminarla directamente de la educación.

Esto también explicaría por qué no es problema ni «sexismo» cuando el sesgo es al revés. Parece ilógico, pero dejaría de serlo si motivo no es el aparente.

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Fuente: Amy Alkon. Que viene a decir lo mismo, pero en femenino — supongo.