Acuerdo París


Imaginemos la situación desde la más benévola perspectiva posible. El kindergarten (por ejemplo Hillary, @egocrata, y compañía) creen realmente que las emisiones de CO2 suponen una crisis planetaria, y que el acuerdo de París es una solución verosímil. Es lo que están diciendo, literalmente.

Si estás ante una crisis planetaria, estamos hablando del problema más grave de todos los que tienes, que hace palidecer a cualquier otro. Y en una situación así sólo hay una salida responsable. Porque sólo esa salida es eficaz. Olvidas toda discusión, todo elemento de desacuerdo, los dejas aparcados para el futuro, y te centras exclusivamente en la crisis planetaria. Y eso supone fundamentalmente la actitud de que nadie intente sacar ninguna ventaja de la crisis. Ese es el único punto de partida posible, y es exigible a todos. Arreglamos primero el problema, y cuando esté arreglado seguimos con nuestras discusiones internas. Pero no usamos el problema para intentar sacar ventaja en esas discusiones.

Por ejemplo, no hacemos esto:

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Ni esto:

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Ni esto:

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Ni esto:

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Lo que están haciendo con el cuento del clima es una inmoralidad acojonante. Y es más inmoral cuanto más se crean el cuento. Los que no se lo crean, y mientan, sólo son caraduras. Pero los que creen en una crisis planetaria, y la están aprovechando para arrimar el ascua a su sardina ideológica, son aproximadamente el máximo imaginable de la inmoralidad. Si tratas de meter goles en un asunto ajeno al problema, es impepinable que estás dificultando la solución. ¡La solución del problema más grave que existe, y que supone nada menos que la supervivencia del planeta!

Para lactantes. Si yo no creo en una crisis planetaria, no puedo creer que pongo el riesgo el planeta. Pero si tú crees en una crisis planetaria, y la usas para sacar ventaja en tus propos fines, no puedes no saber que estás poniendo en riesgo el planeta. (La aternativa de que eres subni puede valer para un campeón en Twitter, pero no para líderes mundiales maduros, o profesores universtarios internacionales).

Y llegamos a Trump, que se sale del acuerdo de París. Y se monta la de Dios es Cristo. ¿En serio? ¿Y por qué aceptaste la firma del país que más paga, sabiendo que su presidente estaba actuando en contra de -al menos- la mitad de sus ciudadanos? Sabías que era así; no podía presentar el tratado ante su parlamento. Aceptaste una redacción muy «creativa», que le permitiera ahorrarse el trámite obligado por ley. Estaba trampeando, y se lo facilitaste. ¿Y ahora protestas porque ese país se salga de la trama que le tendieron?

Yo sinceramente creo que los alarmistas no se creen la alarma que venden. Y hay otros motivos aparte de este. Como que no defiendan las nucleares y el gas (fracking), que de momento es la única solución verosímil. Pero la otra alternativa, pensar que sí se lo creen, es mucho peor. Sería gentuza que actúa al modo de cuatreros, arriesgando nada menos que una crisis planetaria. ¿Cómo se puede superar ese grado de canallada?

 

Ya sabéis el mensaje. Lo de Trump y su salida del Acuerdo Climatofóbico de París no tiene ninguna relevancia. Europa seguirá como si nada hubiera pasado. La única diferencia es que USA ha perdido «el futuro» (es literal). Y además «el liderazgo» (también literal), que va a pasar … ¡a China!

Bueno, el liderazgo yo no sé. Pero el «paganazgo» (la cualidad de pringado) va a pasar con toda seguridad … ¡a Europa! Y como eso de Europa puede resultar un tanto abstracto, el truco para entenderlo es ponerte delante de un espejo. Pringado es eso que ves en el espejo, más allá de tu nariz.

Pongamos números. La mayor parte de la financiación de la broma de París se va a llevar a cabo a través de una movida llamada el Green Climate Fund. El nombre resulta muy indicativo. Green significa caro; Climate significa timo; y Fund significa apoquinar. O sea, Apoquinar un Timo Caro.

No es fácil saber las cantidades. Ahora mismo hay comprometidos diez mil millones. Pero la idea es que en 2020 sean cien mil millones al año. Y todo el mundo da por supuesto que eso es sólo un primer paso, con la idea de multiplicarlo espectacularmente después. Ya se ha hablado de un salto muy inmediato, a trescientos o cuatrocientos mil millones anuales. Pero es fácil es mirar  los números relativos. Que al final es una definición más útil del nivel de pringado.

El cuadro representa el porcentaje de lo que pone cada uno en el Green Climate Fund. Separado en antes de Trump (azul), y después de Trump (rojo). China, el liderazgo, destaca por su ausencia. Sólo representamos el 96% de fondo, para que la idea quede más clara. Hay muchos países más con cantidades perfectamente ridículas, pero no se notaría si las pagan o no.

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El espejo en el que te estás mirando: pasar de financiar el 46,5% del GCF al 67,5%, es lo que los eurócratas llaman «no cambia nada».

Nota: me he limitado a repartir lo que deja de pagar USA, proporcionalmente entre los demás. Pero siempre cabe la esperanza de que la Unión Europea se ponga estupenda y se comprometa a asumir una parte mayor que la proporcional. O todo, con un poco de suerte; y sería un 75%. Tú mira a Merkel y a Macron, y haz la apuesta que consideres oportuna.

También hay otras posibilidades. Como que China e India digan que les preocupa mucho más la crisis planetaria, y que aceptan alegremente quedarse sin la parte que ya no pone USA. Por lo del liderazgo ese. Y hay indicios. Lo cuenta @Suanzes en El Mundo [–>]:

Un enorme fiasco. Tras el desastre de la visita de Donald Trump a la OTAN, el fracaso de la Cumbre del G-7 en Taormina (Italia) y el desolador anuncio de la retirada de EEUU del Acuerdo de París sobre cambio climático, la Unión Europea quiso dar un golpe de efecto y de fuerza asumiendo, junto a China, el liderazgo en la defensa del planeta. Un amago de giro hacia el Pacífico del que, en apenas 24 horas, ha salido escaldada y escarmentada.

Problema. Lo primero que hizo China fue preguntar, ¿qué hay de lo mío? Donde «lo mío» era un estatus comercial mejorado con la UE. Y con eso, no hubo la gran declaración que esperaban los europeos, ni liderazgo conjunto en defensa del planeta, ni leches.

Pero la gran fortaleza moral europea sigue adelante. No pasa nada. No pasa nada, salvo algunas cosas. Parece que el ala derecha de partido conservador alemán (CDU, Merkel) se está hartando un poco del liderazgo climático. Y casualmente justo después de la estampida de Trump, han presentado una declaración pidiendo el fin del «chantaje moral» de los chicos del clima, y el abandono de los objetivos unilaterales alemanes a cuenta del CO2.

Plantean ideas de lo más sensatas.  Desde discutir el rol solitario de los gases invernadero en el clima, hasta contemplar que el cambio climático pueda tener muchas cosas positivas que no se mencionan nunca. Y no están hablando del reverdecer del planeta. Por ejemplo plantean que un Ártico con menos hielo, libre tránsito para barcos y posibilidad de extracción de minerales, pesca y petróleo, bien puede compensar los males ecológicos que le quieren imaginar. Conclusión:

El IPCC de la ONU parece haberse convertido en un circo salvamundos.

¡Glups! Se recomienda leerlo entero:

Y hay más movidas en Europa de las que parece. No todos somos igual de pringados. Por ejemplo, España, que pone comparativamente poco en el Green Climate Fund, supone un 1,6% del total. Pero hay un grupo de países que llaman de Visegrad, Chequia, Polonia, Hungría y Eslovaquia, que sumados todos juntos apoquinan menos del 0,1% del fondo. Por comparar, la diferencia en la primera tanda es entre poner 3 € por cabeza de población (España), y poner 0,3 € (Visegrad). Alemania, 12. Y aun así hay una especie de revuelta de estos países dentro de la UE. Más o menos soterrada, pero revuelta.

Probablemente la peor losa de la broma del clima no sea el Green Climate Fund. Seguro que mucho peor que lo que se apoquina es el encarecimiento de la energía y la pérdida de competitividad que supone frente a terceros países. Y da la impresión de que ni siquiera en Europa todos son pardillos; algunos se resisten, y tal vez surjan grietas.

La prensa fetén quiere vender la película de un Trump enloquecido, absolutamente sólo en el mundo, que ha perdido el tren de la historia. Puede ser. Es un relato que queda muy bién, y nos hace sentir moralmente superiores. Pero si no es cierto, se nos puede quedar cara de tontos. ¿Tú qué tipo de cara le ves a Rajoy? ¿Y a Tóntez? Queda el consuelo de que podemos acabar teniendo muchas naciones. La pera.

Datos:

En política el relato es todo. Y en política moderna (posmoderna) el relato tiene que ser de nivel de lactante.

El planteamiento de Trump, al anunciar la salida de USA del acuerdo de París, es tan importante por lo que no dice como por lo que dice. No ha hablado de ciencia. Ni media palabra. No ha mencionado la alucinación colectiva en la que se ha embarcado el mundo, o al menos el kindergarten. Ni de consenso, verdadero o falso; con valor o sin valor. Vaya, que no ha dicho ni mu de lo que solemos hablar aquí. Y con eso les ha dejado sin argumentos a los alarmistas.

¿Comorrr? ¿No solemos decir que los alarmistas no tienen razón en sus argumentos científicos, y que son mucho mejores los de los científicos escépticos?

Sí, pero una cosa es tener mejores argumentos; y otra muy distinta es tener mejor relato, y más cañones para dispararlo. Trump se ha reunido con científicos eminentes que están en contra de cuento de clima. Como por ejemplo William Happer, al que consideró para el cargo de Asesor Científico del Presidente. (El cargo sigue vacante). Y le hizo hablar con la Niña Trump también. Y supongo que tomó buena nota del impacto del discurso escéptico en ambos Trump. Imagina:

– ¿Mande? ¿Que no se trata de una patraña china para timarnos? ¿Y cómo cojones quieres que lo explique, si así ni siquiera lo entiendo? ¿Método científico dices? ¿Evidencia empírica, a estas horas de la mañana? ¡Pues sí que vamos bien! ¿Tú te das cuenta de las hordas que hay al otro lado de la barrera?

También ha hablado mucho con Scott Pruitt, al que nombró jefe de la Agencia de Protección del Medio Ambiente. Y que, por cierto, le acompañó y dio réplica en su acto de de salida del Acuerdo Climatofóbico de París. Pruitt, que sin duda también conoce los argumentos y peros científicos, le hablaba de puestos de trabajo. Y de compromisos y de chinos, que es de lo que entiende Trump. Y el 99% de la galaxia.

Un campo de juego equilibrado, sin que se aprovechen de nosotros.

Y con eso ha hecho el mono-tema de la explicación.

Quien más quien menos, todos habíamos imaginado cómo debería ser el planteamiento público de la salida de París. Y salía algo mega «inteligente». Pero al atender el discurso de Trump ayer, y ver que no decía nada de lo que pensábamos que había que decir,  y fijarme en los efectos de su mono-tema en la discusión, me di cuenta de que acababa de asistir a una obra de arte. A c o j o n a n t e.

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Se centró en el punto más débil del adversario. Débil en sí mismo, y débil por la facilidad de fabricar un relato que lo destroce. Vale, todos habíamos visto ese punto, y se nos había ocurrido mencionarlo. Pero lo que lo convierte en una obra de arte es hacerlo un punto exclusivo. Ni media coma ajena a ese punto, a la que el kindergarten se pueda agarrar para crear una distracción. Ni siquiera una coma fácil de sostener victoriosamente. No señor; nada que distraiga que te he agarrado por los huevos.

Y ahora mira cómo queda la cosa. Cuanto más alarmismo, mejor.

– ¡Nos vamos a achicharar, y será culpa de Trump!

– ¿Seguro? ¿No será culpa de los que quieren aprovechar una crisis planetaria para sacar ventajas? Explica eso.

– Es una compensación histórica por el heteropatriarcado blanco colonialista.

– ¡Buena idea! ¿Pero entonces, de qué estamos hablando; de una crisis planetaria o del heteropatriarcado blanco colonialista?

Jaque mate. Ya no discutimos la ciencia, ni el consenso, ni la filosofía, ni la madre que los parió. Discutimos si los chinos y los indios, tan listos ellos que se la cuelan a Obama, estaban sacando ventajas injustificados que paga el sufrido americano. Y ahora ven, y explica que eso no es cierto.

Ha cambiado la discusión a otra diferente, que el kindergarten no puede ganar ante el electorado que se disputan. Ni siquiera tienen cubierto el flanco. Ante un (falso) problema moral, lo bueno es poner más que los demás. Eres el héroe. Hasta que preguntas: ¿y si no me da la gana de ser el héroe, que aquí sólo significa ser el saco de todas las hostias?

Yo creo que no he visto una jugada mejor en toda mi vida. Todavía estoy maravillado. Ahora ya puede continuar el debate hasta el más torpe. Es todo cuesta abajo. ¡Y además, lo entiende todo el mundo! Como que tienes a todos los cantamañanas europeos y ONUpeos diciendo que Trump ha perdido el futuro y el liderazgo. Guay, cógelos tú.

Me quito el sombrero.

Añadido (inmediato). El equipo ya va pillando la idea:

Si lo dice él …

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… será. Y parece que lo dice:

«Si realmente lo hace (salirse del acuerdo de París), sería un gran sopapo en nuestra cara» – dijo el obispo Marcelo Sanchez Sorondo, jefe de la Academia de Ciencias Pontificia, que ha acogido numerosas conferencias internacionales sobre «cambio climático».

No es nuevo en la plaza Marcelo [–>]. Y si lo quiere ver como un sopapo a la versión sotana del kindergarten no se lo vamos a discutir. Al contrario, aplaudimos al payaso de Trump con mayor entusiasmo aun. Las chorradas climáticas y perro-fláuticas del papa se merecen una buena torta, y hemos de esperar que él esté encantado poniendo la otra mejilla. O igual también ha cambiado en eso la Iglesia; a saber.

Hay mucha discusión sobre si era importante, o no, lo de la salida de USA del acuerdo de París. Los chicos del clima más pirados pero poco políticos (los más sinceros, menos jetas) sostienen que el acuerdo era un fraude. Mucho blablabla, sin ningún compromiso real ni mecanismo de imposición. James Hansen, sin ir más lejos [–>]. Y se podría entender que si tiene razón, y sólo es un fraude y blablabla, da lo mismo que Trump se saliera o que no.

Pero esta teoría tiene un fallo. Es cierta desde el punto de vista de Hansen; no van a hacer nada que -según la teoría alarmista- sirva para arreglar el «problema» del clima. Lo que proponen no «soluciona» nada a ese respecto. Si quisieran tener algún efecto en las emisiones de CO2, estarían:

  1. Montando centrales nucleares como locos
  2. Impulsando el fracking-gas como desesperados;
  3. Dedicando todas las subvenciones que dedican a los cacharrines verdes, y más, a investigación pura de nuevas fuentes de energía, baterías, nuevos sistemas nucleares de fisión con menos residuos (que ya hay), y fusión nuclear.

Pero que no estén proponiendo nada útil de cara a la teoría alarmista del clima, no quiere decir que no estén proponiendo (y haciendo) otras cosas muy útiles de cara a otros propósitos. Y se va a notar perfectamente en la histeria colectiva global que le va a entrar al kindergarten. ¡Les importa, vaya que les importa! Y de fondo de las histerias siempre hay suses. La plata de alguien. Vaya, la plata de los bolsillos de todos dirigida a los bolsillos de unos pocos. ¿Cómo si no conviertes un no-negocio en un chollo? ¿Qué más da si sirve para el clima mientras sirva para cosa nostra? En ese sentido Hansen no tiene razón. Sí era muy útil el acuerdo de París; con sus subvenciones, sus trasiegos de parné, su Green Climate Fund, y lo que te rondaré.

Y más que plata. Lo mismo que las elecciones de Trump fueron -en buena medida- una guerra cultural, moral, París también. No creo que al payaso le importe nada, pero tuvo olfato y se montó sobre esa ola. Y París significa si vamos a dejar que unos científicos pagados por políticos, y directamente beneficiados por el asunto, pueden decidir -sin que se discuta- la transformación y el empobrecimiento económico del mundo. Así, sin más; por un consenso circular. Yo me lo guiso y yo me lo como. Lo tuyo. ¡Con la justificación de unos modelos de chichinabo, del tipo de los que nunca han funcionado!

Un sonoro sopapo al sotanagarten y al kindergarten es el primer paso imprescindible para quitarse la mierda posmo de encima.

¿Ciencia, dicen? Vale, hablemos de ciencia. Y distingamos.

https://plazamoyua.wordpress.com/wp-content/uploads/2013/10/ciencia-clasica-posmoderna.jpg?w=1020

Por situar la frontera (la raya negra.) De 1687 a la década 1960 – 70 es lo que va de la publicación de Philosophiæ Naturalis Principia Mathematica, a la supresión en la Royal Society de la norma que sale en el cartelito de arriba. Y a la explosión del consenso y la posmodernidad en ciencia. ¿Pero de dónde ha sacado su prestigio la ciencia; de lo que va de Newton a Feynman, o del alucine posmo?

Y ya entramos en los detalles. Dice el kindergarten que USA se ha quedado sola con Nicaragua y Siria, porque son las que no lo han firmado. Pero podrían mirar a los que no lo han ratificado, que a saber si lo harán. No parece mucha soledad. Tienen rodeado el mundo.

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Trump ha estado listo. No se ha puesto cafre, sacando un dedo a la Ciencia del Calentamiento Global Acojonante. Ha tirado por la calle del medio. Se limita a decir que era BAD for America, y que no pasa por ahí. Está mal negociado (leche a Obama).  Y ofrece renegociar otro. Si sale bien para América, estupendo. Si no, mejor nada que un acuerdo malo. Y por supuesto, suspende todos los compromisos (voluntarios) de USA con el acuerdo, y muy especialmente y Green Climate Fund.

Daoizvelarde tiene una teoría, muy verosímil:

https://twitter.com/velardedaoiz/status/870343549501530113

Pero eso no tiene en cuenta a los demás. No pueden rehacer el acuerdo así como así. Trump mismo cita los chollos para China e India, que son el motivo por el que firmaron. No lo hubieran hecho si no fuera para sacar tajada. Desde luego que no lo hicieron por el clima. Yo creo que Trump esta ofreciendo una renegociación con perfecta conciencia de que pone las condiciones que la hacen imposible. Para el acuerdo era imperativo que Europa y USA fueran gilipollas — aunque algunos se forraran en ambos sitios y otros acumularan mucho poder.  Y sin eso, que Trump dice que en el caso de USA no va a ser, no habrá acuerdo. No tendría motivo. Bueno, salvo que lo pague todo Europa; o sea, tú.

Mi apuesta: R.I.P. París.

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We don’t want leaders of other countries laughing at us anymore. And they won’t.

Actualización (casi inmediata):

Problema de entendederas por parte de UNFCCC: nadie ha hecho una petición, sino una oferta.

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Está pesadito el payaso matón. Sigue sin decir si se saldrá del acuerdo de París, o se quedará … ¿para sabotearlo desde dentro?; ¿para tragarse el sapo?

Ayer ha debido haber una reunión del G7. En principio creo que la idea que daban hasta ahora, desde la Casa Blanca, era que iban a tomar la decisión antes de esta reunión, sabiendo que en ella iba a haber declaraciones y fanfarrias sobre el acuerdo de París. También supongo que les presionaban a los americanos los demás, porque estas cosas suelen ir pactadas de antemano; con mucho cuidado, negociación, y precisión.

Pero Trump no estaba preparado ni para rechazar ni para confirmar el acuerdo de París, y ha declinado sumarse a cualquer postura que quisiera adoptar el G7 en común. Vaya, que les ha dejado sin declaración conjunta sobre el clima.

Cuentan que Merkal se ha pillado un rebote de aupa. Ha descrito la parte de la cumbre que ha tratado sobre el clima como «muy insatisfactoria». Y añadía:

– No hay indicaciones de si EEUU permanecerá en el acuerdo de París, o no,

– El tratado de París no es un acuerdo más; es un pacto clave que da forma a la globalización de hoy.

Muy sorprendente, Merkel. Por una parte la confesión de lo nada que le preocupa un achicharramiento imaginario. Se trata de geopolítica con una disculpa extravagante, pero con pinta de poder entusiasmar al más recalcitrante escolástico. A U T O R I D A D a raudales. ¡A mi la ciencia! Pero también parece haber abandonado toda esperanza de influir en Trump. La expresión «dar forma a la globalización» puede que le sirva como consumo interno entre su gente ya convencida, pero difícilmente puede esperar que suponga jabón para Trump. Al contrario; es el tipo de estímulo que más le puede inducir a salir corriendo del tratado.

Trump dice que la semana que viene decidirá. Ya lo ha dicho muchas veces antes.

Aunque la verdad es que estar a estas alturas pendientes de lo que diga Trump parece una pérdida de tiempo, y ganas de ponerse melancólico. Trump dice lo que sea, por el motivo incomprensible que sea, cuando sea. Y si puede ser inoportuno, mejor. Yo no me atrevería a apostar.

Pero el cabreo de Merkel es -al menos- un pequeño consuelo. Y no sé, me sonaría muy extraño ir a tomar la semana que viene la decisión de permanecer en lo de París, pero cabrear hoy a todos los de la reunión. ¿Para qué? Aunque se trata de Trump, y en Trump lo extraño es lo normal.

Fuente

Dw.com:

Añadido para los comentarios:

trump-animal

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