El desprestigio de los políticos y el sistema político va aumentando sin parar, y ya tiene una pinta que recuerda a las cataratas del Niágara.

También recuerda a la fatalidad de una tragedia griega, en la que cada paso nos va acercando a la desgracia inexorable. El precipicio está a la vista de todos los espectadores. Los protagonistas también son conscientes, y tratan de evitarlo. Y sin embargo, sus pequeñeces humanas evitan toda posibilidad de salvación, y el desastre llega a su destino tal y como se sabía desde el principio.

Por ejemplo, si es suficientemente evidente la degeneración de la política, y si aceptamos que cualquier solución pasa por partidos políticos y elecciones – porque todo lo demás es fascismo y dictadura – no queda otra que crear un partido con la propuesta de adecentar en sistema. Parece un sí o sí; no hay otra forma. Hasta que se lleva a la práctica, y cada vez que se hace resulta en la utilización de esa necesidad  por parte de unos listos, para montarse en el carro que ya hay, y seguir haciendo lo mismo.

UPyD es un ejemplo tan perfecto, que si no existiera y alguien lo imaginara en una obra de ficción, resultaría inverosímil, y la obra un fracaso. Y dentro de UPyD, Gorriarán supone un personaje de ficción tan sin fisuras, tan la esencia de Pepiño pero dándole mil vueltas, que no habría lector que se lo pudiera creer. Y sin embargo ahí lo  tenemos. Hablando de cambiar la forma de hacer política, y de coger a los políticos por las solapas. Con apoyos tan notables como Savater, Vargas Llosa, o Santiago González. Y convirtiendo el debate político en una versión tuitera de la telebasura. Regenera, que algo queda.

Les encanta Twitter. Como niños con chupete nuevo. Mensajes de dos frases, o tres si son muy cortas. El juguete ideal para un polemista aficionado a lo que en la telebasura llaman «debate». Y cuando meten la gamba y les dan dos tortas, que es frecuente, insultan, cortan, y santas pascuas. Y a por otra frase ingeniosa.

Mucho mejor que los blogs aquellos que tenían y tuvieron que cerrar. Una lata, te piden explicaciones, como por qué las denuncias que no se pierden sí desaparecen. Y, o das las explicaciones, o se nota que no las das. O si no, hay que restringir la participación en los blogs a los pelotas, y eso sí que canta un montón.

Pero Twitter les ha salvado la vida. Hasta que se la quite. Hay una dicho entre matemáticos que explica que las matemáticas tienen dos problemas gordos. Sirven para que los listos engañen a los torpes … o para que se ahorquen con su propia corbata. Hablando de ahorcarse, Montse Doval (@mdoval) le hizo ayer un nudo ahorcaperros bastante curioso a Gorriarán.

Estaban los chicos de UPyD con su juguete del Twitter, protestando porque los recortes no han afectado a la Igesia. Como no paga el IBI, no le afecta. ¡Que horror! ¿Será posible? ¡Hay que meterle el IBI a la iglesia!

Creo que lo ha borrado, porque no lo encuentro. Pero Montse Doval lo guardó para la posteridad, y lo explica en:

El resto del ahorcaperros:

Con su propia corbata:

Vergonzoso de narices. Y completamente estúpido pedirle a un diputado (un legislador), que se entere de qué va el IBI antes de ponerse a exigir que se lo pongan a la Iglesia.

Pero nada, no se da cuenta, y se regodean en su propia mierda:

No sé, Gorri, no me convence. Fuera de la telebasura, la idea suele ser informarse antes de hablar, y no después. Esta nueva forma de hacer política no parece como para echar cohetes. Especialmente si a la burrez le añadimos la chulería pretendidamente ingeniosa:

Porque pasa lo que pasa, y el ahorcaperros se cierra:

¡Hala, a manipular a otra parte! Bloqueada, cerrada, censurada, y de lo que hables en adelante no me entero. ¿Manipular, eh, Gorri?

Y como Twitter pasa rápido, en seguida se olvida todo el mundo. O eso es lo que espera el gran regenerador. Sin darse cuenta de que esa rapidez efímera, junto al mensaje corto, tiene el efecto contrario. La gente lo guarda antes de que desaparezca, a la que tenga algún interés. Porque si no,  se pierde. En vez de como los bogs, donde se da por supuesto de que un autor medio normal no los va a borrar, cobardemente, para que no se sepa lo que ha estado diciendo / haciendo. Gorri, excelso twitero, pensaba que el juguete era como su blog de Basta Ya, que en cuanto le produjo vergüenza lo pudo borrar.

A la regeneración por la telebasura. O la twuiterbasura. UPyD. El caso es que siempre sea una cloaca.

Elentir tiene mucha explicación sobre el asunto del IBI y de la financiación de la Iglesia, y sobre los sistemas de información y documentación de UPyD:

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