dominatrix

Una nueva forma de hacer política, y de dar la voz a la calle:

… lo de la firmeza, la energía y el control (ver requisitos para un líder) le va a Rosa Díez como anillo al dedo.

Y, tres por el precio de dos, de regenerar la democracia también.


  • Sé que estamos haciendo lo que hay que hacer y que, globalmente, lo estamos haciendo como hay que hacerlo.
  • trabajando en y por las cosas que verdaderamente interesan y preocupan a los ciudadanos
  • todo nuestro tiempo y nuestro esfuerzo a defender aquello por y para lo que hemos nacido
  • sabemos que un partido político –al menos este—no es un fin en sí mismo sino un instrumento al servicio de los ciudadanos.
  • estamos trabajando por dotarnos de un instrumento fuerte y coherente, político, con normas y reglas claras y transparentes, que se adoptan en los órganos competentes y se aplican por los órganos competentes a todos y por igual.
  • También hay quienes me insisten en que salga a la palestra y conteste a todas cada una de las descalificaciones. Sí, digo descalificaciones, no argumentos. Porque es una descalificación acusar al partido de ser una organización en la que no existe democracia; es una descalificación inaceptable, porque no lo es contra la dirección sino contra los miles de militantes que trabajan cada día desde Murcia hasta Asturias defendiendo la posición del partido y dando voz y oportunidades a los ciudadanos.

Y aquí uno no puede ya sino estallar. Olvidemos que para ser una nueva forma de hacer política, viene aderezada por las frases más usadas por todos los políticos desde que se inventó el truco. «El interés de los ciudadanos», «al servicio de los ciudadanos», … Olvidemos la profética pretensión del «hemos nacido para» … Olvidemos la imbecilidad de que señalar la falta de democracia interna no sea un argumento, sino una descalificación, como si no pudiera haber argumentos descalificantes. -Y no a la dirección que ha provoccado tal falta, sino al partido mismo, a la gente que no ha sido consultada. ¡Ea! No; lo peor, lo grotesco es lo de «dando voz y oportunidades a los ciudadanos».

¿Qué voz les das a los ciudadanos, Rosa? ¿Su voz, o tu voz? ¿Y qué oportunidad les estás dando con tanta magnificencia? ¿La oportunidad de votarte a tí? Agradecimiento eterno deberías exigirles a cambio. Por lo menos.

Y a los afortunados que tienen la oportunidad de ayudarte a regalar tu voz a la plebe, y cuya voz aclamándote tienen el honor de poder hacer llegar a tus mismísimos oidos, oh gran Rosa, a esos es una adhesión inquebrantable y admiración infinita lo mínimo que les puedes exigir.

¡Y pensar que lo teníais tan a huevo! El compromiso era lo suficientemente impreciso: «regeneración democrática», «una nueva forma de hacer política», «dar voz a la gente». Hay montones de paripés que encajan  ahí.  Y los conocéis, porque ya están en el proyecto de estatutos. Y con unos capotazos a los exigentes, y una manita por la espalda y una sonrisa de gracias a los dubitativos, todos en el bote. Pero sois insaciables.

Aunque una de las dos ponencias del Congreso será la de ‘Organización y estatutos’, Rosa Díez sabe y por eso lo dice que en ese cónclave no se modificará la estructura orgánica del partido y que se mantendrá el esquema previsto en el reglamento. ¿Rosa es presciente o, sencillamente, sabe que manda mucho? [–>]

Teneís que pillarlo todo, controlarlo todo sin dejar ni un suspiro de resquicio. Una lider, ¡viva!. Una voz, ¡viva!. Una sola web ¡viva!.

… lo de la firmeza, la energía y el control (ver requisitos para un líder) le va a Rosa Díez como anillo al dedo.

Así es, Becerrix. Solo que algunos se habían acercado por la música de una nueva forma de hacer política, y de dar la voz a los ciudadanos. La voz de ellos mismos, no la de una dominatrix. Y no se habían acercado por una música que propusiera  … ¡¡¡energía!!!, ¡¡¡control!!!, ¡¡¡firmeza!!!

latigo

Cambiar de música en medio del desfile, Dominatrix y Becerrix [–>] queridas, obliga a la gente a cambiar el paso, y suele provocar tropezones y caidas. Es posible que el truco del látigo y de ¡¡¡energía!!!, ¡¡¡control!!!, ¡¡¡firmeza!!!, os salga bien. Aunque también puede que hayáis roto el juguete, de tanto apretar. El tiempo lo dirá. Pero para muchos resulta indudable que las exhibiciones de latiguitos y otras admirables lindezas, deberían seguir siendo secretos de alcoba, cosas ob scenas. Nunca herramientas de la política. Al menos no de «una nueva forma de hacer política», porque son tan viejas como las pirámides.

Ancient-Egypt-Pyramids