Trinca, chiringuiteros, aparachiks, liberticidas, abusones, llámales como prefieras. El Trío Dinámico mismo. O la diva y sus mariachis. Los que mandan en la Cosa Rosa, vamos. Que se han enrocado.

No hay barrera que ya no puedan saltarse. No quedan límites. El último rastro de disimulo se ha disuelto como un azucarillo, solo que no deja sabor dulce precisamente. Y mira que pensábamos que seguíamos a Savater, y sus Herejes imprescindibles.

Algunos residuos quedan del franquismo en la política española y el peor de todos es la tendencia a la «adhesión inquebrantable»: los míos son los míos, con razón o sin ella.

¿Mande, don Fernando? ¿Residuos dice? ¡Joder con los residuos! Pues más parece que se trata de adhesión inquebrantable, o te quiebro. O aquello de tengo una oferta que no podrás rechazar. O aplaudes y callas, o te echo y te callas porque te digo sibilinamente que cuidadito con lo que dices por ahí, que a Mikel Buesa le puede caer una denuncia, y tú ya me entiendes.

Pues sí, íbamos para herejes, pero hemos inventado la ortodoxia a toque de corneta. Y reinventado la paranoia del Kremlin, donde uno solo puede estar seguro de no ser de los malos si lame los suficientes culos de los capos. Y ni aun así, que hay que mirar de reojo y pensárselo dos veces antes de tomarse unas cervezas con alguien, no vaya a ser que uno degenere en garbanzo negro, por las compañías. Y luego te llaman de arriba, a leerte la cartilla.

Sarampión [–>] se llama el proceso. Una crisis tan solo humana; afortunadamente no política. Minucias. Pero hay que tener mucho cuidado: es altamente contagiosa – el 90% de las personas que no posean inmunidad y se pongan en contacto con una persona infectada la adquirirán [–>]. Al parecer lo transmite un paramixovirus del género Morbillivirus. Confieso que me habían llamado cosas peores. Pero le están poniendo remedio. Eso dicen. Así que cuidadito con las reuniones.

Muy bien, me dirá alguno, pero entonces, si la herejía es tan imprescindible… ¿para cuándo la veremos también en UPyD? Bueno, hombre, somos aún jóvenes y tiernos, déjenos crecer un poco.

Sí, la herejía debe ser propia de la senectud. Lo dice Savater, que algo sabe. Mientras tanto, en la casa de Rosa, la cosa está clara: ¡Morbillivirus, estáis jodidos!

Insecticida Cosa Rosa

Insecticida Cosa Rosa