De Christopher Broker, en  The Telegraph [–>].

El British Council es un instituto fundado hace 70 años para expandir el idioma y la cultura inglesa. Algo como el Instituto Cervantes. Pero parece que ahora no es solo eso:

Más de 3,5 millones de libras han ido para reclutar una red mundial de jóvenes «activistas climáticos» en más de 70 países para actuer en propaganda del cambio climático -lo que los marxistas llamaban «agitprop», y para presionar a sus políticos a unirse a la lucha internacional. Han pagado 1,1 millones de esterlinas bajo un programa llamado Challenge Europe, para financiar a jóvenes «defensores climáticos» en 17 países europeos, incluyendo Gran Bretaña misma. Pero otros 2,5 millones se han gastado en un proecto más ambicioso para reclutar un red mundial de 100.000 activistas en 60 países, dirigidos por 1.300 jóvenes «Campeones Climáticos Internacionales», para participar en «redes internacionales, tanto presenciales como en internet, para compartir ideas, proyectos y experiencias».

De esta cantidad,  £303,093.24 irán a China; £71,262.91 a Brasil; £53,006.25 a Japón; £70,132.88 a la India (incluyendo £11,000 al Teri Institute de Pachauri); £77,507.89 a  Qatar -forrado de petróleo; y £50,000 a USA. Hay £120,000 para una docena de diferentes países africanos, incluyendo  £14,000 para patrocinar «campeones climáticos» en la hambrienta  Zimbabwe.

Todo con la pasta del contribuyente, que piensa que es para promocionar la lengua inglesa y la cultura británica. Así son los alarmistas; y luego tienen los huevos de rematarlo llamándonos «negacionistas». Vergüenza es lo que falta.

Fuente:

British Council gets in on the climate act